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POV Erik.

Vivir extrañando a una persona es de las cosas más dolorosas que pueden existir. Los demás no lo entienden porque no están en tu lugar, puedes escuchar palabras de aliento, millones de discursos motivacionales dónde te dicen que dejes ir a esa persona porque te daño, porque no vale la pena o simplemente porque es algo que ya pasó. Pero solo tú sabes con lo que estás lidiando, solo tú entiendes el dolor que eso te hace sentir. Los momentos en que pasas dudando, pensando en si esa persona también te piensa, e incluso esos momentos en los que no puedes respirar porque las lágrimas te lo impiden, y aunque tratas de detenerlas siguen allí; saliendo sin tu permiso.

Ella no me recuerda, nisiquiera puedo preguntarme si es que me piensa porque sé que para ella, en este mundo, jamás he estado presente en sus pensamientos. ¿Cómo te haría sentir saber que el amor de tu vida no te corresponde de la misma manera? Que todas las palabras que en algún momento te dijo, todas las promesas que se realizaron, simplemente jamás se cumplieron.

Los sentimientos son complejos, no sabes que sentir cuando una persona que fue tu interés principal y a lo que más atención le dabas simplemente pasa a ser una desconocida que no está más allí. Que aunque sabes que está cerca de tí, que tienes la libertad de hablarle, de acercarte y de implorar de nuevo por una muestra más de afecto, un simple momento a su lado, un cálido abrazo... Es algo que está prohibido para tí. Porque quizá a ella no le haga daño en su momento, pero a tí te dañará de una manera que solo tú puedes comprender y sabes que tendrás que volver a arreglarte a tí mismo para poder dejarlo pasar.

Cuando Alexa nació, yo ya tenía 68 años de vida. Quizá piensen que soy un viejo, pero de dónde yo provengo eso es estar más que joven. Mi padre, el rey Asher, gobernaba lo que en su tiempo era conocido como 'Lesslian', nada más y nada menos que el, en ese entonces, hogar del invierno. Y también el lugar donde fue criada Alexa, al igual que yo. He tenido que pasar por mucho para llegar hasta donde estoy, pues esto que les cuento solo son memorias de lo que algún día fue el lugar en el que nací, el cual paso de ser y sentirse como un hogar a una carcel.

Lesslian era un lugar lleno de vida, podías ver a los pequeños aprendiendo a crear copos de nieve, las tormentas que se generaban siempre que el pueblo decidía hacer una fiesta, ya que tanta energía hacía que el viento y la nieve se mezclaran, se volvían uno, al igual que todos los presentes allí. Era algo magnífico de ver, pues jamás verás una cosa tan maravillosa como toda una familia, que si bien no es de sangre, está reunida y festejando como si lo fuese. El ver a personas unidas que tienen un significado importante en tu vida siempre será algo gratificante, pues te hace sentir pleno y puro.

Desearía que las cosas hubiesen seguido de esa manera.

¿Han escuchado esas historias bíblicas dónde mencionan demonios como lo es el Leviatán? Yo jamás les preste atención, pues nunca creí que algo así pudiese llegar a pasar. A pesar de que todo mi pueblo es considerado como algo mágico en el mundo de los humanos, en mi inocencia creía que éramos únicos. Que nadie más podía llegar a poseer dones como los nuestros, y si bien no son como los nuestros, existen. Más letales, más listos, y con mejores maneras de ataque que las nuestras.

El día en que descubrí que no éramos los únicos diferentes al resto, fue cuando conocí a el demonio mismo. En mi hogar le apodaron 'démon de feu', pero él se hace llamar Aosaginohi. Mientras que nosotros controlamos todo lo relacionado al agua y al invierno, él es lo contrario. Maneja el fuego. Ví como mi hogar se consumía lentamente por las llamas que él iba dejando en el lugar sin poder hacer nada. Miles de muertes de personas que pudieron hacer mucho pero no lo hicieron, porque nuestro pueblo no estaba listo para luchar. Siempre vivimos en paz y armonía, jamás fuimos una amenaza para nadie. Él solo llegó un día y proclamó ese lugar como suyo, algo que evidentemente no aceptamos, fue nuestro primer error.

Cuando Aosaginohi llegó a nuestro hogar, era un humano común. No había rastro alguno de su forma real, nadie sospecho de ello, sin embargo fue una gran noticia para el pueblo el saber que había un humano entre nuestras tierras, pues si bien no teníamos problema alguno con ellos, nuestros dones y secretos no eran algo que se le pudiese contar a cualquier persona. Se tenía que proteger el secreto de lo que éramos si queríamos vivir en paz. Y así fue, fueron días en que no usamos nuestros poderes solo para ocultarnos de un humano que en realidad era más parecido de lo que creíamos a nosotros, y conocía nuestros secretos quizá mejor de lo que nosotros mismos lo hacíamos.

Una vez que Aosaginohi mostró su forma real, el pueblo entro en pánico. Una serpiente del tamaño de más de medio pueblo, con escamas tan blancas como la nieve y unos ojos rojos como la sangre se hizo notar allí. Una voz invadió nuestra mente y escuchamos atentamente sus palabras. 'Idse de aquí ahora si no queréis perecer'.

Nadie lo tomo enserio. Pero era más real de lo que todos creímos. Mis recuerdos están deteriorados a partir de allí, pero hay cosas que recuerdo. Los llantos, los gritos, la ciudad ardiendo en llamas.

Y a mí padre escapando con ella. De entre todos, él la salvó a ella. Él me confío un secreto que debía de guardar y así lo hice, debía esperar a sus 18 pero Aosaginohi la encontró antes. Soy el único que sabe lo que ella es y de lo que es capaz. El otro es mi padre, pero ahora solo es un prisionero más en lo que alguna vez fue el hogar del invierno. El rey fue proclamado así por sus inmensos poderes, los cuales eran incomparables a los de cualquier otro de nosotros. Podía manipular a su antojo todo allí, al igual que quitar los poderes helados a quienes eran demasiado tibios para ellos. No puedes darle a congelar hielo a alguien que sabes que solo logrará derretirlo.

Y aún así, él no pudo ganar contra ese demonio. Ahora, yo soy el último que queda vivo afuera de ese lugar junto con ella. Todas las personas que aún habitan en esa ciudad, ahora están muertas en vida, son solo esclavos que no pueden reaccionar sobre lo que realizan porque están bajo las órdenes de él.

Aunque me cueste aceptarlo, sé que solo ella y yo somos capaces de vencerlo. Pero lamentablemente, nos necesitamos el uno al otro para ello. Es un hilo que tenemos que seguir, que nos lleva al lado del otro. Algunos pueden creer que es el destino, otros quizá que solo es una coincidencia.

Pero deberían de recordar algo, mi padre es el rey. Pero yo soy el principe. Y haré valer mi título como se merece. No seré un esclavo más. No dejaré que él siga atormentando mis pensamientos y mucho menos que se aproveche por más tiempo de un pueblo inocente, de personas inocentes que jamás quisieron esto, que no lo merecían siquiera.

Y estoy seguro e que en cuanto ella pueda recuperar su memoria y saber quién es, estará de acuerdo en ayudarme. Es su destino. Ella nació para ello, por eso él quiere eliminarla.

Y si bien conozco su historia, quizá es demasiado pronto para contarla.

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⏰ Última actualización: Jan 24, 2023 ⏰

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 ♡٤໋໋۪͙࣪࣪۫. La última nevada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora