Capítulo 3. Buscando ropa, encontrando celos.

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Hirving suelta un quejido cuando siente como jalan su playera para que se agache.

-¡Pero no me jales!- Dice con molestia acomodando su ropa.

-No te tiene que ver pendejo.

Memo e Hirving estan afuera de un restaurante mirando por un pequeño espacio. Después de que Lío se fuera, Guillermo había tomado sus cosas y se había dado la tarea de "cuidar a Lio durante su cita" porque según el se lo debía.

-Yo ni siquiera quería venir Paco.

Hirving no había sido más que un pobre chico que buscaba debajo de los autos en el estacionamiento después de que el equipo sacará las cosas de su maleta y las esparcieran en todo el campus como una broma por su reciente ingreso al equipo.

-No quiero ir, me faltan mi zapato, mis boxers y mis calcetas.

-¿No traes calzones cabron?

-Eso que importa.

La cara de asco de Memo hace que Hirving voltee los ojos.- Ya, ya príncipe, ni que fuera para tanto.

-Entonces que, ¿Me acompañas?

-No mames Paco, estos pendejos ora si se pasaron, llevo horas buscando mis cosas.- Hirving vuelve a agacharse para mirar debajo de otro auto.- Además, a Lio no le va a pasar nada nomás fue a una cita.

-Tu que chingados sabes de eso, ándale Chucky acompáñame, y yo busco tus cosas.

-Te trae bien mal wey.

-Cierra el hocico y mueve las patas.

Sin embargo, la cita de Lio iba de maravilla, reía con el portugués y hablaban de todo tipo de cosas, y podía notarse desde lejos que al más alto le gustaba el chico que tenía frente a el.

-Francisco Guillermo Ochoa Magaña, ya vámonos puta madre.- Golpea el hombro del rizado con fuerza y después se cruza de brazos.- No le va a pasar nada, y si el morenazo quisiera besarlo, Lio le pica el ojo con la nariz, así que no tienes de que preocuparte.

-¿Crees que quiera besarlo?- Pregunta con pánico.

-Ya cállate Guillermo, mejor di que te mueres de celos.

-Nomas lo estoy cuidando, el me acompaña a mis citas y ahora estoy aquí, viendo que ese cabron no se quiera pasar con el.

-Si, como digas.

Hirving se sienta en la banqueta, ya estaba oscureciendo y no quería dejar a Memo solo, no podía hacerle eso, le había comprado boxers en el tianguis para que estuviera cómodo, ademas, el tampoco quería regresar solo, le esperaba un largo tiempo para volver a casa.

.

-Perdon por hacerte venir.

El rizado camina a un lado de su amigo con la mirada en el piso.

-Meh, ni tenía nada que hacer, además, estuvo chido ver como casi te rompes la madre.

Ambos ríen y se detienen cuando llegan al departamento del más pequeño.

-Pero ya hablando en serio.- Hirving sube un par de escalones para estar a la altura de Ochoa y tomarlo por los hombros.- Se que no es fácil para ti eso de los sentimientos y que pues te cuesta un chingo de trabajo expresarte, pero no está mal querer a alguien Memito y tampoco está mal dejar que te quieran, ya deja de cerrarte al mundo wey, te puede dar cosas bien chingonas, y tú puedes darle cosas chingonas al mundo.

First Date - Mechoa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora