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Jueves, 12 de noviembre.
Me encontraba con Anthony en la biblioteca que se encontraba en el campamento mientras le contaba sobre lo que, sucedido en el bosque, había tomado mucho valor para contárselo. Regresando a el tema Anthony no parecía muy sorprendido ante lo que le había contado.
—Parece que tus sueños son algo salvajes. —dijo.
—¿Qué opinas? —dije tratando de ignorar lo que había dicho.
Jugaba con mis manos mientras esperaba una respuesta decente de él.
—Que necesitas novio.
Lo golpee levemente con el libro que estaba sobre la mesa, pero a él parecía no importarle ya que solo reía ante mi reacción.
—Ni siquiera se por que te pido tu opinión.
—Esta bien ¿quieres mi opinión? —asentí. —Dile lo que sientes a Xavier.
—¿Y qué hago con Xaver?
—Había olvidado su existencia. —dijo. — Ahora que lo mencionas en todo esto no sé qué decirte.
Al escuchar eso solo suspire y me eche mi cabeza para atrás recostándome en la orilla del sillón donde ambos nos encontrábamos.
—No se como ayudarte, Lex. —me miro. —Jamás te había visto así por un chico o peor por dos chicos.
—Con estar aquí conmigo tengo suficiente. —gire mi cabeza para verlo.
—Aprecio eso. —sonrió. —Cambiemos el tema de la conversación.
—Bien... ¿Ya tienes cita para el baile?
—Lo había olvidado. —dijo.
—¿Ya tienes candidatas para acompañarte? —pregunte. —Claro que las debes de tener, engañador de mujeres.
No era una mentira que mi mejor amigo era un idiota con las chicas siempre tenía a una chica diferente cada semana, mejor me corrijo cada bendito día. Y lo peor de todo eso es que aquellas chicas con las que salía me culpaban sobre que su relación con el terminara, aunque Anthony siempre les hacía saber que éramos únicamente amigos, pero me imagino que ellas necesitaban echarle la culpa a alguien, no las odio por eso porque yo hago lo mismo cuando me enojo.
—¿Engañador de mujeres? ¿Enserio?
—Te define como persona.
—Eres una grosera. —se quejó. —¿lo sabes?
—Algunos me llaman encantadora.
—Y uno de los que te llama así, se acerca a nosotros.
Gire mi cabeza encontrándome con Xaver acercándose junto con Bianca, la segunda se sentó en el sillón que se encontraba a lado de nosotros mientras que el tomo asiento en la orilla del sillón al lado mío.
