La otra cara de la moneda

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TN

Cuando me asegure de que todos estuvieran dormidos y el pasillo no estuviera ninguna luz ensendida supe que era seguro salir e ir a donde queria; no me puse zapatos no queria hacer ningún ya en el gran silencio y cuando puse un pie en el primer escalón escuche como unas pisadas fuertes aterrisaban en el suelo haciendo un leve crujido, mis sentidos se pusieron alertas, ningún niño se atrevía romper el toque de queda,  así que del cuarto más sercano de las escaleras donde había cosas para el deporte encontré un bat de béisbol, lo tome y con aun más sigilo baje las escaleras con el bat en las manos, con agarre firme aunque un tanto inseguro, mi oído agudo captó una respiración agitada en la cocina seguido de eso otro chirrido de la madera.

Fui más lento mientras escuchaba el sonido sordo de golpes secos y cuando estuve en la entrada de la cocina por la poca luz de las ventanas vi 2 siluetas una más alta que la otra, con una mano palme el interruptor de de la habitación, para cuando esta estuvo llena de luz halse el bate en lo alto, solo para descubrir aun tipo raro con pasa montañas negro y a un chico con mallas de licra, botas, chaleco y antifaz coloridos.

Eh de admitir qué me desconserte un poco, había escuchado historias de Gotham, todas contadas por los niños más chicos del lugar, de como esta estaba infestada de criminales y eso ya lo tenia bien en claro de primera mano, pero también escuche de otros supeheroes aparte de Batmam qué resguardan las noches turbulentas e intranquilas en la ciudad y el niño en mallas era uno de ellos, Robin el petirrojo del caballero de la noche.

Reaccione en una fracción de segundo cuando escuche y vi al sugeto encapuchado sacar un revolver y apuntarlo a Robin.

-¡CUIDADO! - Grite tan alto como pude, acercandome lo más rápido posible y empuñando el bat logre darle a la mano del hombre para que así el arma saliera volando muy lejos pero no logre evitar alejarla sin antes haber disparado una bala que por fortuna no dio a una parte vital del chico, dio a parar en un brazo.

El chico petirrojo deforma agil  paso a un lado mio, alzó los puños y solo uno  golpeó con fuerza la mandíbula del hombre  desde abajo y este finalmente cayo al suelo noqueado.

Ambos estábamos con respiraciones irregulares más yo que reaccione por instinto y solo cuando el peligro paso medí cuenta que un maleante entro a la casa hogar, que apunto con un arma a alguien y que yo defendí a uno de los vijilantes de la ciudad, en cuanto a el, fue por la intensidad del golpe qué al instante volvió a respirar como si nada.

-Gran golpe-comente con asombro y algo en shock.

-Buen brazo-dijo tajante pero con apenas una comisura de su boca levantada muy levemente qué casi pasa desapercibida.

-¡Tu brazo esta sangrando!- solté el bat y este sonó deforma metálica me acerque alarmada por las gotas carmesi qué comenzaban a acumilarse en el suelo  y el retrosedio, chasqueo su lengua.

-No es nada si apenas me roso- con su otra mano la llevo a la zona afectada.

-No te creo dejame ver-hable con determinación algo cansada por su necedad, di un paso al frente, esta vez no se movió.

-Qué terca, que no es nada-gruño y esta vez hablo con poca pasiencia, oh chico no sabes con quien tratas .

-Prefiero el termino obstinada y puedo puedo ser peor- si el era terco yo lo era mas, me cruze de brazos y sonreí levemente sin mostrar los dientes.

Me miro fijamente, estaba irritado, era un terco pero sabia que estaba a nada de seder y si no me equivocaba con lo siguiente terminaría por caer.

-Vamos quiero agradeserle al asombroso petirrojo el qué haya venido a detener a ese tipo malo- lo dije lo más calmada posible y algo preocupada de que solo estuviera haciéndose el fuerte, a personas como el era bueno hablarles por su lado, todo lo que dije no era  simple parloteo para que accediera a revisarle la herida ya que deberdad le quería dar las gracias.

Lo que trajo las olas de mar(Damian Wayne y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora