¿Supervivencia del más fuerte?

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-Señorita _____, ¿lleva todo lo que nesesita en su mochila? - Alfred me veía fugazmente por el retrovisor.

-Sí- acomodaba como podía la corbata, mis manos torpes por los nervios y mi nula experiencia atando la lograba desesperarme levemente.

-Y usted joven amo Damian, ¿echo la tarea que hizo anoche?

-Sí -el miraba desinteresado por la ventanilla del carro desde que se echo a andar este.

Alfred movió levemente convenido por las respuestas.

-Joven Damián ¿podría ayudar a la señorita ____ a atar su corbata? dentro de poco llegaremos a nuestro destino.

El nombrado chasqueo la lengua, espero un minuto meditandolo y finalmente se volteo a mirarme.

-Escucha no me gusta explicar 2 veces así que será mejor auqe prestes mucha atendió porque será la primera y última vez que te ayude con esto, ¿entendido?-con el seño fruncido como ya es avitual en él me miraba atentamente, no se veía muy pasiente.

-Aprendo rapido- le prestaba extra atención y ya había dejado mis manos en mis piernas al igual que gire más asía su dirección estirando el cinturon de seguridad y pasándolo por un lado para que no estorvara.

Se acerco y tomo ambos extremos en total silencio, empezó a entrelazarlos mientras yo no despegaba mi atención de la tela rojisa aprendiendo cada nudo y giro que daba, no la ataba tan rápido ni tan lento era a un nivel intermedio en el que se alcanzaba a apreciar cada acción que hacia, note ese gesto y cuando termino la observe sorprendida por lo censillo que lo habia echo ver.

-¡Muchas gracias !-Sonriendo con genuina alegría seguía apresiendo el buen  trabajo que hizo, estaba aliniada y simétrica, finalmente la metí entre el saco azul marino del uniforme, baje el cuello de la camiseta y finalmente lo observe.

-Lo has echo ver muy fácil eres genial, ya no lo olvidaré-los nervios paresieron desvanecerse un poco.

El oji verde suspiro con pesadumbre y cruzó los brazos, miró nuevamente por la ventanilla pero tenía una muy leve sonrisa divertida que se reflejaba por el vidrio, le gustaba que lo alagaran.

-No seastonta, como si fuera la gran cosa, obviamente es algo fácil porque no tiene mucha ciencia-su voz era seria y con un leve agitar de una de sus manos le resto importancia pero se notaba que cuidaba el tono con lo que dijo lo primero para no sonar tan rudo.

Alfred sonrio negando subemente y de yebo estábamos en silencio lo que restaba del camino. Cuando el vehículo detuvo su movimiento por un seguro también lo hizo mi respiración y de pronto empezaron a sudar  las manos.

Damián ya habia salido pero al ver que no lo seguia se detuvo, Alfred volvio a ver por el retrovisor quitándose el sinturon y girando se a verme mejor.

-En tiendo que este nerviosa pero no hay nada que temer, señorita _____- comprensivo y gentil hizo el aman de sacudir alguna pelusa del uniforme y me entrego una bolsa pequeña con galletas que había horneado en la mañana.

-Pero ¿Y si ago un desastre? ¿Y si no le agrado a nadie? Escuche de Marco que en su primer día de escuela le tiro su jugo enzima de un chico que resultó ser uno de los matones de su escuela este lo empujo y terminaron en detensión-suspire con preocupación.

-Señorita no pasará nada, se lo aseguro-salió del coche y en pasos elegantes llego hasta mi puerta y la abrió-tiene una personalidad radiante, es inteligente, amable y confiable  apuesto aque podrá podrá encajar sin importar que, podrá hacer muchos amigos, hoy incluso, podría hacer uno así que no se desanime.

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⏰ Última actualización: Jun 17 ⏰

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Lo que trajo las olas de mar(Damian Wayne y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora