Un guerrero no muere || 𝐍𝐄𝐓𝐄𝐘𝐀𝐌

2: "Voluntad de Eywa"

Nota: Las partes en negro significa que ellos estarían hablando en su idioma nativo.

— Papá, tengo miedo... — Susurraba, Neteyam de ocho años.

— No, no tengas miedo, mi pequeño... — Le decía Jake mientras se le acercaba. Pero mientras más lo hacía, la figura de su hijo se hacía más y más grande, hasta que no era más un pequeño.

— Papá, ¿Por qué estoy sangrando? — pregunto el adolescente de 15 años, observando con irá a su mayor. — ¿Me dejaste morir?

— No Neteyam... Y-yo...

— ¡Me prometiste cuidarme! ¡Me mentiste! — Hablaba con fuerza, agarrando de la nada un arco y una flecha.

Jake quería hablar, pero se quedó sin voz. Más cuando detrás de su hijo estaba Neytiri, acariciando los hombros de Neteyam, susurrándole algo al oído.

La flecha de su hijo le atravesó el pecho.

Sentía como le quemaba, como la sangre le escurría en su abdomen y llegando a sus muslos.

Miró a su hijo, pero este ya no estaba solamente con su madre. Toda su familia estaba ahí, viéndolo a la distancia. Y detrás de ellos, una nube negra se aproximaba y gritos de aldeanos se escuchaban.

Volvió a dirigir su vista a Neteyam, viendo como este se alejaba y le daba la espalda. De pronto se dio cuenta que el mismo lugar donde tenía la flecha, era donde su progenitor tenía la herida de bala que parecía no dejar de sangrar.

Pero como un sueño, su pesadilla... Terminó.

Despertó de golpe con la respiración agitada y rostro bañado en sudor.

Miró a su alrededor buscando a su esposa e hijos, pero comenzó a alarmarse de sobre manera al no ver a ninguno ahí.

Se levantó con fuerza y salió de ahí gritando los nombres de su familia, dejando pasar por alto a los habitantes del clan que lo miraban incluso con miedo.

No fue hasta que llegó a tocar la arena, que se dio cuenta que sus hijos se encontraban en el agua junto a la hija del líder del clan.

Estos al escuchar los gritos de su padre nadaron rápidamente hacía donde él estaba.

– ¡Papá, ¿Qué sucedió?! – Fue Lo'ak el primero en llegar hacía el mayor. Pero en vez de una respuesta verbal, lo que recibió fue un abrazo inesperado, sorprendió a los demás.

– Por favor... Cuídalos Eywa – Susurraba Jake, sin soltar a Lo'ak, que de inmediato supo la razón de la desesperación de su padre.

Correspondido al abrazo con la misma fuerza, siendo seguido por Tuk y Kiri, quienes se unieron al ver a su padre llorar.

A lo lejos de ahí, Neytiri miraba la escena con seriedad. Sentía que su voluntad con Eywa se apagaba, pero trataba de entender que toda energía es prestada, y que su Neteyam solo se había ido en el momento correspondiente.

Pero, ¿Y si realmente ese no era el plan? ¿Y sí Neteyam no debía irse?

( . . . )

La familia cenaba en silencio. Si no fuera por Tuk y sus ruidos al jugar con la comida, el ambiente sería mucho más incómodo de lo que ya era.

Kiri y Lo'ak se miraban de vez en cuando, sin saber que decir o actuar en esa situación.

No fue hasta que Kiri suspiro y rodó los ojos ante la mirada instante de su hermano.

– Las aguas han estado inquietas últimamente, todo indica que habrá una tormenta pronto – Mencionaba la joven, captando la atención de sus padres.