Donde Robert es malo con Pablo y a casi todos les da un infarto

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—Gavira, las fases de la división celular.

—Gavira, las partes de las células.

—Gavira, encima encargada de solidificar los huesos.

Gavira, Gavira, Gavira.

Toda la semana después de su intento de charla con Robert fue así. Pablo se preguntaba si es que esa era su forma de demostrarle que ese maldito beso no había sido nada, que él simplemente no estaba interesado y que de hecho lo odiaba por mancillar su impecable vida de viudo codiciado por todos y todas.

—Gavira— llamó Robert durante la clase del viernes, exactamente ocho días después de que hablaran. Pablo solo pudo encogerse en su asiento —¿Cuántos huesos tiene el cuerpo humano?

Leonor levantó la mano, como siempre, siendo la Hermione de ese grupo en el que él era Ron, pero sin el romance, solo con lo tonto.

—¿No lo sabes? —Preguntó Lewan dejando de escribir en el pizarrón para girarse a ver al chico encogido en su asiento.

Pablo solo atinó a asentir, pues lo sabía muy bien a base de pasar horas y horas sentado frente a su escritorio repasando lo necesario, pues quería ser de esos dioses que entran a la UNAM o el Politécnico a medicina al primer intento. Sin embargo toda pregunta hecha de la manera adecuada era irresoluble.

—306— Respondió Pablo, sintiendo como el sudor perlaba su frente y sus manos se ponían heladas.

El profesos suspiró llevando una mano a su frente y comenzando a negar.

—¿Y así pretendes ser médico, Pablo? Ni siquiera puedes responder la pregunta más básica sobre anatomía humana. No estuviste ni siquiera cerca. Deberías pasar más tiempo entre tus libros y no pensando en... estupideces.

Gavi sintió como las lágrimas se acumulaban en sus ojos, intentó contenerlas, pero en un parpadeo una lágrima se escapó y fue vista por el mayor.

—Guarda esas lágrimas para cuando estés entre la lista de rechazados.

Habló Robert, girando para volver a escribir en el pizarrón.

—¿Pero por qué te trata así? Es un gilipollas contigo, tío— Dijo Pedri mientras caminaba junto a su mejor amigo y Leonor en dirección a las canchas de la escuela, donde se llevaría a cabo la prueba para el equipo de futbol de la escuela.

—Está loco— Dijo Leonor mientras dejaba caer su mochila en la grada más baja, sentándose para ver a sus amigos. —Ignóralo, Gavi. Vas a entrar a la universidad y serás el mejor médico de tu generación.

Pablo ya ni dijo nada, nomas buscó en su mochila su ropa para hacer deporte y se fue a cambiar a los baños. Si fuera otro profesor el que se lo tría entre ceja y ceja, otra cosa sería, pero que fuera Lewandowski era hasta doloroso. Pedri lo siguió al instante, así que entraron juntos.

—Yo sí me voy a quedar, el pendejo de Memo quien sabe parece coladera.

—Cállate pinche Chicharito, que nunca me has metido un gol.

En los baños había otros chicos cambiándose, como siempre estaba el mismo grupito de los cuatro desmadrosos, también andaban ahí los tres argentinos y algunos otros vatos que no conocían.

—Ya se me hacía raro no verlos aquí— Saludó Andrés al verlos entrar al baño que estaban usando de vestidor.

—Nos tardamos porque Pablo estaba llorando porque lo odia Lewandowski— Dijo Pedri.

—Tssss, entonces ya valió madre. Él y Müller llevan el equipo— Intervino Chucky.

Gavi sintió ganas de ya ni presentarse, solo agarrar sus cosas e irse, pues sabía que entonces no tenía oportunidad alguna de entrar al equipo. Sin embargo una vena de orgullo le impidió irse.

Young LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora