Mi carrera había empezado con fuerza, pero no podía concentrarme. Tener la piel de JungKook bajo mis manos era lo más cerca que me había sentido del todo en mucho tiempo y mientras mi mente revivía la hermosa tortura, era imposible mantener un ritmo uniforme. El simple hecho de ver una película con mi hijo era increíble, pero tener la oportunidad de ayudarlo, de hacerle sentir mejor, era la perfección. Su piel había estado caliente bajo mis manos y pensé que le había dado al menos algo de alivio, pero los sonidos que hacía iban directamente a mi pene. Al final, tuve que separarnos para que no se diera cuenta de que me estaba forzando contra mis pantalones. Aun así, toda la noche había sido mágica.
Cuando decidí volver corriendo a casa y agarrar mis auriculares -cualquier cosa que me ayudara a distraerme y a mantener el ritmo para no acabar cayendo de bruces- lo último que esperaba era escuchar a mi hijo masturbándose. Yo también había tenido veintiún años y me había restregado una en mi buena ración de duchas, así que me reí y traté de ignorar la sensación que me recorría al saber que, a pocos metros, mi hermoso hijo estaba desnudo y experimentando el tipo de placer que yo haría cualquier cosa por darle. Crucé la habitación en silencio y agarré los auriculares para escabullirme antes de que supiera que estaba allí, cuando el sonido de sus gritos me hizo detenerme en seco.
Oh, Dios mío, Papi.
Tan bueno. Sí, fóllame más fuerte. Por favor.
Papi, te amo.
Se me erizaron todos los pelos del cuerpo, el intenso cosquilleo rozaba el dolor.
Las palabras me llenaron como un líquido frío mientras me moría de sed. Eran exactamente lo que deseaba escuchar de la persona que quería que las dijera, pero en lugar de excitarme, sentí pánico. Mi mente se tambaleó mientras trataba de procesar lo que estaba escuchando. No era posible que quisiera...
Respiré profundamente y traté de calmar mi mente que daba vueltas. No. No lo hacía. Había visto a algunos de los tipos con los que JungKook había salido en los últimos años, y más de una vez había tenido el placer de conocer a alguien más cercano a mi edad que a la suya, y se me había ocurrido que mi hijo podría tener un poco de daddy kink. Cada vez que me veía obligado a estrechar la mano de un hombre diez años mayor que JungKook, quería gruñir, marcar a JungKook como mi territorio. Pero sonreía y entablaba una conversación cortés, sabiendo que debía ser yo quien cuidara de él, y los despedía con una sonrisa mientras me dolía. No había nada que esos hombres pudieran darle que yo no pudiera, nada que ellos pudieran hacer que yo no hiciera.
Excepto todo.
Me había costado tiempo hacerme a la idea de que quizá lo que JungKook quería era exactamente lo que yo sacrificaría mi vida para darle. Pero la idea de que esos hombres fueran capaces de cuidar de mi hijo de la manera que yo anhelaba, la idea de que los llamara Papi... Era una cuchilla fría que me desgarraba el pecho, dejándome abierto, en carne viva y sangrando.
El sonido del agua se detuvo y los latidos de mi corazón se ralentizaron mientras me obligaba a concentrarme. Nada de eso importaba ahora. JungKook no necesitaba verme lidiar con mi equipaje. Las Reglas estaban ahí por una razón y se extendían más allá de no tocar. En el fondo, existían para no hacer daño a mi hijo de ninguna manera.
Con los auriculares en la mano, me dirigí a la puerta, decidido a completar mi huida sin ser visto, pero no había dado más de tres pasos cuando apareció JungKook, la puerta del baño completamente abierta y el cuerpo desnudo de mi hijo apareciendo en la puerta, a contraluz y rodeado de vapor. Era una imagen que no podría haber conjurado ni en mis fantasías más salvajes, pero que sabía que nunca olvidaría.

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Call me Daddy -- JinKook (adapt.)
FanfictionJungKook nunca esperó que una llamada telefónica cambie por completo su vida, pero este verano nada salió como estaba previsto. jk bttm sj top Advertencias: Este libro se centra en una relación romántica de carácter tabú entre dos adultos con con...