Océano mágico

capitulo 3 [túnicas, varitas y ¿familiares?]

Después de que la familia
Snape, junto con sus guardaespaldas salieran de
Flourish y Blott, se dirigieron
a Madame Malkin:túnicas para toda ocasión, por el uniforme de Severus, dónde
una bruja de avanzada edad,
su baja estatura, cabello
canoso, el cual llevaba
recogido en un chongo algo apretado, ojos cafés con un
brillo amigable y sonrisa maternal te inspiraba a
confiar, después de
intercambiar unas palabras, Madame Malkin, le comento a Severus que al ser un doncel
su uniforme era
completamente diferente
al de los de más estudiantes, siendo el caso que parecía
más un vestido que un
uniforme, después de que Madame Malkin les explicará que esos uniformes se usaban desde la época de Merlin,
dónde eran más común ver donceles revoloteando por los terrenos de Hogwarts, pero
que muchos de esos donceles eran nacidos de muggles los cuáles eran tomados por demonios practicantes de brujería, cazados hasta la extinción siendo Merlin el
único sobreviviente gracias
a los fundadores de Hogwarts, también les explico cómo se vería una vez que se
clasificara con lo que a Tobías
y Severus les pareció una
gráfica del antes y después

(Algo así)

(El verde claro con rayas
blancas es el original)

Dando las gracias a la anciana
bruja después de que le
tomara las medidas correspondientes al más joven
y pagar por los uniformes
y uno que otro sombrero
y guantes que a Severus le gustaron, los varones de la familia Snape se retiraron
junto con los guardaespaldas
de Severus a la tienda de
varitas

Ollivanders; una tienda
donde la mayoría de magos
y brujas van por su propia
varita, aunque, Ollivanders,
no es el único local donde venden varitas; en el callejón Knocktum se encuentra un fabricante de varitas personalizadas y sin un rastreador que le avisé al ministerio de magia si algún
menor de 17 años a realizado magia fuera de la escuela, en cambio. Ollivanders las tiene prefabricadas , una varita en
la cual no puedes estar 100% seguro que te resultará a la perfección, además contiene
un rastreador

—Bien, antes de entrar,
los chicos y yo decidimos esperarte en el Emporio de
las lechuzas, para obtener
tu lechuza y algún regalo
que te apetezca... tienes todo
lo necesario del boticario en
la mansión ¿verdad?—
pregunto Tobías después de
meditarlo por un momento, cómo un recuerdo tardío recibiendo un movimiento afirmativo de Severus, con
eso dicho Tobías se retiró con
los gemelos siguiéndolo,
ya que Matías se quedó
vigilando a su joven amo

—¿Entramos joven amo?— pregunto Matías a su joven
amo con su típico tono serio
pero a su vez suave
 
—Sip, ¿crees que pueda convencerlo de que vallamos
al callejón Knocktum, por una
varita personalizada como la suya?— pregunto con un dejé
de esperanza filtrándose por
su voz

—Tendremos que preguntarle
a su padre pero yo creo que
si, siempre y cuando yo esté presente cuando realice
hechizos y sea por su
seguridad— le contestó su guardaespaldas sin intención
de darle falsas esperanzas,
pues el callejón Knocktum no
era para cualquiera, ese
callejón era considerado un
lugar donde ningun mago o
bruja debería siquiera pisar, mayormente por qué lo fencuentavan criaturas consideradas obscuras y
vendía objetos de alto riesgo

Al entrar una campanita sonó
avisando a quienquiera que atienda, que tiene nuevos clientes, en si Ollivanders
era una tienda demasiado antigua con estantes
polvorientos con cajas rectangulares apiladas,
un mostrador de roble igual
de polvoriento y viejo, junto
con una única silla de madera donde Matías se sentó a esperar

—Ah, joven Snape estuve esperando su visita mucho tiempo, todavía recuerdo
cuando, la dulce Eileen vino acompañada de sus padres a comprar su primera varita, mmm...20 cm rígida, núcleo
pelo de veela, madera sauce llorón, execelente para encantamientos—empezo a divagar el recién llegado causando que Severus saltara
en su lugar al no percibir que
alguien se acercaba,
Ollivanders sin embargo ni siquiera se inmutó viéndolo
con sus penetrantes ojos color morado que parecían leer el alma, su cabello desordenado
y blanco por la edad la cual
se veía muy avanzada, le
recordó a Severus el cabello
de su abuelo cuando recién
se levanta las beses que los
visita a el y a su padre, junto
a su abuela que siempre le
lleva chocolate amargo