EL NACIMIENTO DE LA BESTIA

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Había una vez, antes de que el monstruo apareciera, una pareja enamorada y feliz, como todos en el pueblo, esta pareja tenía bastante dinero. La mujer hermosa, divertida, amaba ir a los bailes con vestidos preciosos y zapatos de lujo. El hombre, con una gran reputación, alegre, amaba ir a los bares con sus amigos mientras que su esposa bailaba felizmente. Así, en su pequeño pueblo se habían convertido en la pareja más feliz y perfecta del mundo.

Un día aquella pareja descubre que esperan a un hijo y aunque todos pensaran que el matrimonio sería feliz antes esta noticia, la mujer solo podía pensar en cuanto dinero tendría que darle a ese niño, cuantos zapatos tendría que dejar de comprar; el hombre preocupado por sus noches en el bar, sabía que en cuanto naciera el pequeño tendrían que ahorrar un poco, no despilfarrar el dinero en cerveza. Tras unas pláticas privadas entre los dos llegaron a la conclusión que un niño no sería malo, que no tomaría mucho dinero y que podría ser bueno para su reputación. Un niño... solo un niño en la familia.

Después de los 9 meses del embarazo, la bella mujer se encontraba dando a luz en su hogar, las cosas iban bien durante todo el tiempo hasta que aquella mujer se convierte en madre, en madre de "dos pequeños varones" anuncia el doctor quien presencio el momento.

—Usted ha dado a luz a gemelos, ¡En hora buena! Ambos son varones—dijo el doctor alegremente, pues cualquier persona pensaría que tener gemelos podría ser una gran noticia, pero no para esta nueva familia.

La madre en un momento de crisis al ver dos bebes y el esposo exaltado por la sorpresa, le pidieron al doctor que esperara en la sala mientras los dos padres analizaban la situación.

— ¿Qué haremos con dos niños? — Preguntaba la madre a su esposo con desesperación— Dos niños es un gasto grande, podemos con uno pero ¿Dos? ¿Acaso piensas que dejare de comprar ropa o zapatos para poder mantenerlos a ambos? ¡Esto no estaba acordado!

—Déjame pensar— el hombre, en un tono más tranquilo le respondía a la esposa pero en su mirada se notaba la frialdad, él tampoco estaba feliz por aquel niño extra que salió de su mujer. Sabía que ese nuevo individuo inesperado afectaría los planes y su economía, pero no lo permitiría; al cabo aquel niño era un desconocido, solo bastaría un poco de dinero para deshacerse de él.

Llamo al doctor, le dio un pequeño soborno para que no hablara del segundo niño nacido, y así sencillamente el pequeño desapareció esa misma noche, dejando a uno de los gemelos en cama con su madre mientras el padre se adentraba en lo más profundo del bosque dejando al recién nacido en una cueva.

Aquellos padres olvidaron al pequeño fingiendo ante el pueblo felicidad por su único varón mientras un inocente bebe sufría de frio y moriría congelado o devorado por los animales que se encontraban en la obscuridad del bosque.

El pequeño MoustroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora