MARK CROMLEY

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       Caminaba  de prisa, atrás, su androide personal lo seguía a un par de metros, era  modelo Z última generación, todo un estuche de monerías; auxiliar de finanzas, guardaespaldas equipada con un campo de fuerza de energía y autorización para responder a algún ataque, también era ayudante  y asesor directivo, la llamaba Julia Z y tal vez era en el único ser  en quien confiaba Mark. Se encontraba inquieto y con la mirada perdida, vestía siempre con ropa similar,  saco y playera color negro, jeans azules y tenis blancos, su mente aún no asimilaba lo que habían descubierto, el descubrimiento del siglo, no, tal vez del milenio, aún estaba alucinando con lo que había visto  en el  bosque del norte, nadie podía se lo podía contar, él había sido testigo ocular y  lo que tenía en uno de sus laboratorios era algo sorprendente, no tenía que ser un genio para darse cuenta que todo cambiaría. En el fondo comprendió que el hecho de ya contar con evidencia y sobre todo con tecnología extraterrestre podría ser un arma de dos filos, aunque era dueño de  su propio país, contenía tecnología de primer mundo, habían países que harían de todo por apoderarse de aquello, su vecino Estados Unidos por ejemplo con la CIA y el FBI que pese al tiempo aún poseían poder e influencia mundial, la potencia mundial China, o tantos otros países. Podían hacer un truco como lo hizo Rusia con Ucrania y crear una guerra sólo con la intención de adueñarse de Nueva Aztlán,  de las minas de rodio que era un metal diez veces más valioso que el oro y de igual manera las minas de cuarzo que eran el principal producto con el que se fabricaba toda la tecnología de Marketech, las partículas de cuarzo combinadas con otros elementos era el secreto mejor guardado, y aunque muchos podían conocer los productos, no sabían cómo fusionarlos para darles el uso que Mark Cromley sabia, pero ahora eso pasaba en segundo término, su descubrimiento era de esos que marcaban la historia, un antes y un después.

         —Julia, dime todos las propiedades sobre el organismo  "X". —ordenó Mark.

        —Sí Mark, como órdenes —respondió la androide con voz melodiosa que correspondía a su bella apariencia,  llevaba un traje sastre color azul marino con blusa blanca, cabello agarrado con un listón rojo, incluso traía puestos unos lentes de aumento de pasta negra a pesar de no necesitarlos, solo para darle una apariencia más humana, en Nueva Aztlán nadie tenía problemas de la vista, diabetes o cáncer, Julia Z  no los necesitaba al contar con vista de águila,  visión nocturna  o podía usar  rayos  infrarrojos para escanear si alguien estaba armado; entre otras cualidades que los androides comerciales no poseían, pero ella era especial— . El organismo "X" esta hecho de un elemento desconocido, capaz de percibir la energía solar y usarla como alimento y propulsor sin necesidad de baterías, a su vez su estructura molecular se adapta al ambiente y a distintas formas orgánicas, sin embargo, en nuestra atmósfera y con los contaminantes expide feromónas para protegerse, provocan que el clima cambie abruptamente, frío o calor extremos, y en la personas se han visto cambios terriblemente sorprendentes, degenerativos instantáneos en el cuerpo de las pers...

       —No estoy entendiendo bien, explícate a detalle Julia  —interrumpió— ¿Cambia la atmosfera y produce enfermedades?

      —Efectivamente Mark, si el organismo X está expuesto en una zona dónde las temperaturas son altas, la temperatura ambiente tiende a bajar y de manera inversa, mientras que con los organismos vivos que son expuestos de forma directa, activa la corteza prefrontal ventromedial  provoca una actitud violenta inhibiendo todo rasgo de empatía y cordura, mientras  que  están expuestos de forma indirecta, afecta el sistema inmunológico, activa     células cancerígenas, no sólo eso, sino que las  acelera, aún no sabemos a que grado avanza el proceso degenerativo, pero en los dos casos que tenemos, ambos los tenemos en la clínica en observación, uno de manera directa y otro de forma indirecta, al primero tuvimos que cedarlo para calmarlo, al segundo  está en un proceso de metástasis cuando una semana antes estaba completamente sano.

      —Entiendo, entonces, bien alguin podría hacer uso de esas cualidad.

     —Efectivamente Mark,  veo que tu sistema nervioso y los latidos de tu corazón están acelerados ¿es por el descubrimiento del organismo X.

      —Por supuesto Julia, ¿por qué más iba a ser?, esto va a cambiar el mundo, aunque hay algo que me tiene desconcertado ¿Cuántos organismos X nos visitarán? porque debemos de estar preparados, si cae en un glaciar o en el Polo norte o Sur, provocarán un descongelamiento de lso glaciares y no quiero ni contarte lo que sucederá.

      —No hace falta que me cuentes Mark, sé lo que pasaría. —respondió  la androide.   

LA ULTIMA NOCHEWhere stories live. Discover now