BULLETBLOT - El Guerrero De Tu Casa

El Final es una Sinfonía

-¡Hablen, hablen cabrones! Dejen de llorar ojetes.-

-¡¡Alto!! P-Por favor, s-somos, policías, estamos en cubierto.-

-¿Qué carajos?-

¡Bulletblot no bajes tu arma!

-Sí, sí, este wey era un traficante de menores, descubrió nuestra investigación, e iba a delatarnos con su jefe, Obidio Gustán.-

-Mierda, Los Hijos Azteht siguen operando.-

-Exactamente, esta noche habrá una entrega en el subterráneo, pero debemos dejar que ocurra. Las personas dentro traen microchips instalados que nos guiarán con los compradores.-

-¡¡Esas personas son niños!!-

-Lo sabemos, pero así tiene que ser, son niños sin padres, nadie los va a extrañar, vivían comiendo de la basura, son solo un montón de adictos a las pastillas azules.-

-Hijos... Hijos de puta... ¡¡¡HIJOSDESUPUTAMADRE!!!!

Lo siguiente que recuerdo fue tan borroso como mis momentos más íntimos con Yera Meg, mi Chinchilla, qué diría si me viera en esta situación, torturando a dos policías encubiertos para que me digan cómo llegar al sitio de entrega...

-¡¡Ahh, sigue las vías!! ¡¡Las vías te llevarán al ferry subterráneo donde se realizará la entrega, ahhh, ¡¡Mi Diooos!! por favor nooo!!-

Shhh, tú trágate tu sangre, y tú quítale la espuma de la boca a tu amigo, y haz que hable.

¿Quiénes me estarán esperando?

-OBIDIO... OBIDIO GUST... hhss...-

Ahora, si no quieres terminar como tu amigo, tú vendrás conmigo.

-Im-imbécil, ¿no te has d-dado cuenta verdad? Somos policías, traemos micrófonos todo el tiemp...-

Oh, claro que lo sé, en realidad cuento con eso, y para que me escuchen bien fuerte y claro: SI QUIEREN ATRAPARME Y VOLVER A VER A SU COMPAÑERO CON VIDA, PERFECTO, VENGAN POR MÍ. PERO PRIMERO VAN A TENER QUE SEGUIRME EL RASTRO CAMINO A LA ENTREGA DEL CARGAMENTO, BESITOS.

"De esa forma nuestro héroe callejero se dirigió con su rehén dentro de las instalaciones de la estación abandonada, al parecer todo el mundo estaría resguardando la "entrega de cargamento" y dejaron a estos dos soplones cuidando el changarro."

Si quiero que esto valga la pena, necesito hacer todo el guateque posible. Oh, mi querida Meg, espero que le pongas mi nombre al menos uno de tus hijos.

...

Las personas necesitan escuchar una sinfonía entera al menos una vez en su vida, aquellas personas que nunca han visto un arma y pueden comer tres veces al día a diario deben de escuchar muchísimas hermosas sinfonías. No obstante, nosotros también escuchamos sinfonías desde nuestro alumbramiento, solo que las nuestras son un poco más... Contemporáneas.

Los gritos de nuestra madre mientras choca nuestros cráneos contra el suelo son hermosos xilófonos que quedan marcados en nuestras cabezas, los golpes de una hermana seis años mayor haciéndonos comer arena orinada por el gato de nuestra tía debe de ser lo más cercano a un güiro en la música clásica; o una tía abusiva que nos obligaba a verla tener relaciones sexuales mientras nuestro llanto resonaba en las paredes como las membranas de un tambor. Una vez les conté esto último a mis padres, y las voces más sublimes resonaron con los insultos más extravagantes y elocuentes, cantatas solo equivalentes a las de La Traviata de Verdi.

La última sinfonía que yo escuché fue una en la que tuve el honor de participar; una sublime ráfaga de balas usando a un policía de encubierto como escudo. El eco de las paredes de una cueva/túnel eran el culmen de las sensaciones y aunque breve, fue interesante ver cómo caían rendidos uno por uno docenas de sectarios, con el mismísimo Obidio Gustán haciéndome una ovación de rodillas, ¡A mí! Por fin soy alguien importante, casi parecía como si ninguno se fuera a levantar después de eso.

Tan solo espero que a los 15 niños que salvé, incluyendo a los tres pequeños hermanos hijos de la chica que me apuñaló en el hombro, tengan una segunda, y una tercera, y unas siete veces siete oportunidades que yo nunca tuve. Que el mundo, aunque no decida saber nunca lo que está pasando aquí por su propia salud, sea un poco menos oscuro con mí hacer.

-¿Yera, mi querida Yerania eres tú?-

Fin