Epílogo

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5 años después.

"¡Jeno! ¡Llegaremos tarde!" Exclamé desde el último escalón, esperando a que bajara con Caleb.

Mark y Haechan iban a casarse, larga historia...el problema es que Renjun ya me había dejado unas cuantas llamadas diciendo que estaban esperándonos a nosotros y Jeno estaba teniendo problemas con atar la corbata de Caleb seguramente.

Siempre tan adorable.

Habíamos adoptado a un niño, cuando este tenía unos cuatro años, en este momento, tenía seis, hubo unos cuantos problemas con ponerle el apellido, porque obviamente habíamos optado por los dos, pero no sabíamos cual poner primero, así que habíamos recurrido a hacer piedra papel o tijera, y ahora el pequeño Caleb se apellidaba "Na Lee" porque le había ganado a mi prometido con 2 de 3.

El cabello de mi hermoso hijo era color rubio platinado y era bastante lacio, aunque con Jeno teníamos la costumbre de despeinarlo siempre porque se veía mucho más adorable, sus hermosos ojos miel resaltaban ante su tez blanca y sus labios color sandía, que me recordaban mucho a los de su otro padre, también resaltaban ante el color de su piel.

Observé a Jeno bajar con Caleb a su lado por las escaleras de la casa que habíamos comprado con mucho esfuerzo, ya que nuestros salarios como profesores de literatura no eran los mejores.

Compadecía a Caleb, a decir verdad, lo atormentábamos con historias todas las noches y le narrábamos acontecimientos todo el tiempo. Pero a él le agradaba y siempre esperaba por más.

Los tres llevábamos trajes color negro, con camisas blancas por debajo y ellos dos llevaban corbatas negras. Estaban vestidos idénticos, hasta le había puesto unas botas parecidas a las suyas, oh por Dios, Jeno.

Se frenaron en el segundo escalón, uno por sobre el que yo estaba y juntaron sus pies acomodando sus manos detrás de su espalda tomando la misma posición.

Vale, me daba miedo lo parecidos que podían llegar a ser.

Jeno estaba prácticamente igual que cuando nos volvimos una pareja, aún llevaba su sedoso cabello hacia atrás y su anatomía seguía siendo igual de fuerte, ya que había instalado un gimnasio en la casa en donde entrenaba una hora al día, al igual que yo.

"Papá Jaemin." La voz del pequeño resonó en el lugar y observé el atisbo de una sonrisa en el rostro de Jeno mientras bajaba la mirada hacia él. "Papá Jeno me ha dicho que tú podías cargarme hasta el auto." Pidió el pequeño, quien fingía inocencia.

Jeno tenía la manía de cargar al pequeño hacia todos lados, cosa que a mí me molestaba y sabía que jamás quería hacerlo. No es que me molestara, pero va a tener esa costumbre unos cuantos años, y joder, crecerá y no será nada fácil.

"Solo porque comenzarán sin nosotros si no nos apuramos." Le contesté más a Jeno que al pequeño, mientras me agachaba y lo tomaba en mis brazos.

Cuando me levanté pude notar la sonrisa de Jeno en su rostro y negué con la cabeza.

Caleb acomodó sus piernas alrededor de mi torso y me dirigí hacía la salida.

Jeno se adelantó para abrirnos la puerta, y salimos hacia fuera esperando a que llegara para abrir el Jeep que se había negado a cambiar, yo si había cambiado mi auto antes de mudarnos, pero el estaba bastante enamorado de su precioso Jeep Patriot, y así lo hizo.

Bajé a Caleb de mis brazos dejándolo a un lado y abrí la puerta trasera, el se trepó por los asientos buscando el cinturón de seguridad para colocarlo el mismo y lo logró. Ya más tranquilo, me subí en mi lugar y noté que Jeno ya se encontraba poniendo en contacto el auto mientras yo cerraba la puerta.

Quarterbacks - NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora