Yo soy Inuzuka Kiba

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Hola, vengo con el primer capi de mi fic sobre Kiba. Es mi primer fanfic así que sean amables plz, lo hago con mucho amor <3

Los personajes son propiedad de Masashi Kishimoto :D

Nota: (t/n) = tu nombre, querida fic reader.

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-Entiendes que es importante ¿verdad, (t/n)? -. la mirada atenta de tu padre siguió cada gesto de tu rostro. Suspiras, resignándote.

-Está bien, padre. Es sólo que no entiendo porque tengo que ir yo, si el negocio de las armas es tuyo-.

-Oh, querida, pero tu eres mi brillante heredera. Si no comienzas a hacerte cargo, los demás comerciantes pensarán que los Mekomoris se están quedando obsoletos- rió animado -además será una buena experiencia para ti. Viajar, ver el mundo, hacerte cargo de ti misma... Pero bueno, basta de charla. Alista tus cosas y prepárate para partir, mis empleados llevarán tu ropa en un rato-. Te tomó de los hombros y te obligó a subir a tu cuarto.

Una hora después te encuentras en los límites de Takumi no Sato, o la aldea de los artesanos. Tu padre te insistió en ataviarte con una preciosa yukata corta, de colores suaves y que te quedaba muy femenina. Quizá más tarde te pondrías algo más cómodo, cuando él ya no pudiera intervenir.

Cuando estás a unos metros de la puerta alcanzas a ver una figura masculina, distraídamente recargada en el marco de la gran entrada a la aldea. Te parece extraño pues conoces a todos los chicos jóvenes de Takumi no Sato (tu padre se había encargado de eso) y ninguno tenía, ni por asomo, una figura parecida a la de él. Aún a la distancia podías ver que era varios centímetros más alto que tú y aunque no se veía excesivamente musculoso podían adivinarse unos brazos bien torneados debajo de su chaqueta negra. Su complexión era delgada, pero firme. Y se distinguía como su cuerpo se reducía en torno a su abdomen que debía estar muy bien trabajado.

Conforme te acercaste más viste al brillar en su frente. ¿Un protector? Eso sólo significaba que era un ninja. Los ninjas no solían venir a adquirir armas en solitario, la administración de cada aldea hacía encargos específicos y los mismos eran transportados por gente de tu aldea. El asunto era definitivamente muy extraño.

Ladeaste un poco la cabeza con curiosidad pero sin mostrar ninguna emoción en tu rostro. Levantaste tu mano hasta tu sien y con un giro de la muñeca agitaste con gracia y cierta arrogancia uno de los mechones de tu cabello para acomodarlo. No debías mostrar ningún tipo de debilidad frente a un ninja.

Caminaste con porte impecable hasta la puerta, mirando de reojo al chico y te quedaste del lado opuesto al de él, esperando a los empleados de tu padre.

De pronto un perro enorme y blanco se aproximó hacia ti, saliendo casi de la nada. Era el perro más grande que habías visto en tu vida. Te sorprendiste por su repentina aparición ¿quizá era un perro ninja? ¿existían acaso?, después de dudarlo un poco extendiste tu mano para poder acariciarlo. El perro la olfateó, la lamió pesadamente y luego se te tiró encima agitando la cola animado y lanzando ladridos mientras tu lanzabas grititos.

- ¡O-oi, Akamaru!-. escuchaste decir al chico mientras luchabas para que el enorme animal no te deshaciera a lamidas. A esas alturas ya habías perdido tu compostura completamente.

El chico intentó domar a su bestia restringiéndolo como en un abrazo, pero Akamaru se sacudió con enorme fuerza e hizo que el ninja cayera encima de ti. luego se paró saltando y ladrando, estirando sus patas delanteras mientras agitaba su cola en lo alto y saltando más.

El joven castaño apoyó una mano en el suelo pare levantar su torso y mirar extrañado a su amigo mientras tu seguías con la espalda pegada al piso... debajo de él.

-Akamaru no suele portarse así con extraños-. dijo, más intrigado que avergonzado por su comportamiento. Giró la cara hacia ti, notando por fin que seguía encima tuyo. Sus ojos rasgados te miraron intensamente durante varios segundos. "Seguramente está muy apenado, ni siquiera tuvo la delicadeza de quitarse de encima y ayudarme a levantarme" pensaste con cierta indignación.

El chico soltó un ruido gutural extraño que te hizo pensar que estaba perdiendo el aliento por la vergüenza que había hecho pasar a ambos. Pero en lugar de eso soltó una enorme carcajada.

-Tu... tu cabello-. dijo sin poder detener su risa. Avergonzada lo empujaste y te levantaste del suelo, llevando rápidamente tus manos a tu cabello. No sólo estaba despeinado, también estaba lleno de baba lo que te impedía regresarlo a su posición natural. Tus mejillas ardieron de enojo, pero suspiraste para tranquilizarte a ti misma y esperaste a que el chico dominara su ataque de risa. Cuando al fin se tranquilizó se levantó, poniéndose muy cerca de ti.

-No pongas esa cara... ven, yo lo arreglo- y pasó sus manos por los mechones más rebeldes, haciéndote sentir extraña. -No es el mejor peinado... pero al menos ya no va en contra de la gravedad-. sonrió divertido.

-Está bien, no tienes que preocuparte- te alejaste rápidamente unos pasos y bajaste la mirada aplastando tu cabello con ambas manos.

-¿Preocuparme por qué?- Tu enojo volvió al darte cuenta de que al chico no le importaba siquiera entender la situación. Volviste a tu tono frío.

-En un momento me traerán mis cosas y podré al menos ponerme un sombrero-.

-¿Hm? ¿Tú eres de la familia Mekomori?-. Arqueaste una ceja.

-Sí, lo soy... ¿y tú eres...? -.

-Inuzuka Kiba de la aldea Konoha. Tu padre me contrató para escoltarte hasta el país del agua-. rodaste los ojos, aún después de esa plática de hacerte cargo de ti misma tu papá te había contratado un niñero. Kiba te miró de arriba a abajo y de repente parecía menos divertido. Chasqueó la lengua. -Ahora entiendo porque me advirtieron sobre las niñas ricas. Pareces dar problemas-. Cuando ibas a reprocharle Aakamaru restregó suavemente su lomo con tu costado, parecía arrepentido. Suspiraste y acariciaste su enorme frente con delicadeza. Mientras tanto Kiba se había girado y rebuscaba entre una pila de cosas que no habías notado hasta ahora. te puso bruscamente uno de tus sombreros de sol, al parecer tus cosas habían estado ahí todo el tiempo.

-Bien, nekomimi¹, en marcha-.

-Mi apellido es Mekomori... ¿y sabes? cambié de opinión. Quiero regresar a casa y asearme antes de partir-. obtuviste un gruñido de fastidio como respuesta. Te tomó de los hombros justo como tu padre y te guió con firmeza hacia la salida.

-Vamos mujer, aún luces bonita-.



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Notas de autor:

1. nekomimi signifiga orejas de gato.

Bueno, eso es todo por esta vez ¿Se te ocurre la razón por la que Akamaru se portó así contigo?

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A neko secret love (Inuzuka Kiba x lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora