Dos

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Señor Jeon

🥀

— ¿Estás seguro, Jungkook? — observaba preocupado desde el marco de la puerta de madera, madera pintada de blanco y desgastada por los años, los golpes y el descuido.

— Jamás estuve tan seguro — habló con voz ronca por el dolor de garganta, pero con seguridad. Dió click en el ratón y cerró la laptop.

Siguió sentado en su escritorio, reflexionando, mirando a la nada mientras colocaba una mano en su mentón. Miró a su amigo aún en la puerta, sintiéndose un poco culpable por la expresión en su rostro.

—. He estado un año entero paseándome por los lugares donde solíamos ir con la esperanza de encontrarlo, de verlo ahí. De esperar a que algo lo vuelva a traer a mí, o yo encontrarlo a él. Estoy cansado de estar deprimido, estoy cansado de no poder seguir adelante por su culpa. — habló con odio y dolor, más odio que dolor. Lo odiaba, pero Taehyung aún seguía ahí, en algún rincón en su corazón.

— Necesito salir de aquí, obligarme a seguir. No puedo seguir encadenado a él, Joon. — la mueca del más alto se eliminó. Al fin Jungkook quería avanzar.

Él mismo sabía que no lograría deshacerse de Kim. Pero, tenía que intentarlo.
La vida de asco que llevaba lo estaba carcomiendo por dentro.
Estaba seco, inerte, muerto en vida.

Namjoon lo miró orgulloso, vaya que estaba muy tranquilo con ese pensamiento. Le dolía ver a tan destrozado Jungkook y que él, por sus medios, decidiera salir de esa nube gris e intentar ponerse de pie le daba paz.

— ¿Tu destino es...? — Jungkook se levantó y sacó una maleta mediana y una mochila, le importaba poco la ropa que tomaba así que simplemente la echó a la maleta, además de tomar varias cosas más.

—  Australia. — respondió, sin quitar la vista de sus cosas y sin parar sus acciones.

Kim asintió, sonriendo un poco antes de irse.

Tenía un boleto de avión a Australia, pero en realidad, no tenía un destino fijo. Su vida actual se definía por ir a la deriva, perdido en absolutamente cualquier cosa, vagar por ahí y por allá.

Observó un cuadro que había conservado parado en la mesita de noche, era él y Taehyung junto con su antiguo perro, Bam. De nuevo se sentía insuficiente, roto. Negó con lacabeza, tomó sus cosas y salió de la habitación.
Quería dejar de ser él.

🥀

[Dos años después]

El humo del tabaco salía por sus fosas nasales, tenía una cara tranquila, atenta a la tableta que sostenía en manos y picoteaba, dibujando en ella.

Todo en él había cambiado.

Tras usar simples playeras coloridas o camisas grandes, usaba unas que se ajustaban a su masculina y musculosa figura. Bueno, tampoco no usaba a revienta botones, pero si que presumía su musculatura con camisas de colores básicos y a veces apagados, neutros, etcétera.
Había cortado su cabello. De tenerlo largo y rizado, ahora era lacio y rapado de atrás en un degradado ascendente. Tenía un piercing en el labio y varias perforaciones en las orejas. Resaltando también aquel par de piercings que descansaban en sus pezones y sobresalían de su camisa azul grisáceo; camisa que estaba doblada hasta los codos, dejando ver parte de sus bastantes tatuajes que cubrían todo el brazo derecho.

Portaba un simple pantalón de vestir, negros y lisos, planchados y de su talla.

En fin, se había convertido en un egocéntrico con su físico. Porque sabía fielmente que tenía una cara de dioses.

Pleasure - EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora