Tres

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🥀

— En mi vida, nunca había conocido a alguien más fácil y prostituto que tú... — gruñó con hartazgo, sintiendo el apretar de sus finos y caros pantalones de vestir.

El bulto se notaba demasiado sobre la tela, pero era ocultado con aquel escritorio de madera.

Una superficie dura paseaba de arriba a abajo, lento y tortuosamente, masajeando su miembro totalmente duro y atascado entre sus bóxers. Un pie con caros zapatos de vestir tentando sin decencia esa zona.

— Ajá, sí. Lo dudo. — aseguró relajado, con una entonación seductora —Pero te aseguro que al menos, de entre todas tus perritas, soy el más sexy... —Jeon alzó su ceja y le sonrió incrédulo.
Con la visita de Taehyung, los pensamientos deprimentes surgían a la par que los recuerdos más calientes y perversos; dudaba demasiado de si el tipejo que tenía enfrente era más sexy que el castañito, pero tampoco no estaba tan mal.

Cuando el chico notó la incredulidad en la mirada del pelinegro, apretó la suela de su zapato con fuerza y sonrió con malicia. Jungkook volvió a gruñir, apretando su dientes y, cuando se relajó, empujó su mejilla con su lengua, más tentado que molesto.

— Más te vale venir y usar tu asquerosa boca como se debe.— amenazó fuertemente, — No me hagas repetirlo dos veces— sonrió.

Aquí ganaban todos: el otro generaba lo que quería en sus pantalones y Jeon tendría una prueba de las que le gustaban.

El rubio sonrió aún más, victorioso, y se levantó de la silla frente al escritorio. A pasos lentos, rodeó la esquina y con su mano delineó el perímetro de la mesa. Jeon giró sobre el eje de la silla y esperó a tener al hombre en frente suyo mientras abría ligeramente sus piernas.

El que estaba de pie pronto redujo su estatura agachándose hasta que sus rodillas tocaran el suelo. Su cuerpo se inclinó hacia adelante y sus manos se dirigieron instantáneamente al zipper de su pantalón, lo deslizó hasta abajo y, sin deshacerse del pantalón, aprovechó el hueco que había creado sin desabrochar otra cosa másque la cremallera, deslizó como podía su boxer negro y sacó de ese tan presionado lugar su miembro totalmente erecto y sensible.

—Deja de darle vueltas y mételo a tu jodida boca de una maldita vez.— ordenó —No creo que sea la primera vez que veas un pene en tu vida.

—No lo es. Pero siempre me tomo la molestia de admirar un buen pene.— contestó.

Llevó su mano a los rubios cabellos del otro, tomandolo con fuerza y jaloneando un poco los que se encontraban en su poder.

— Abre la boca, pretty...—tan pronto cómo ordenó, lo hizo sin reprochar.

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La ventaja que tenía al tener esa mano controlando su cabeza la hizo desconectarse un poco.
Afianzó su agarre y empujó con fuerza la cabeza ajena hacia su entrepierna, haciendo que el pobre joven tragara absolutamente toda su gran extensión, escuchando las arcadas que esto provocó en él.

Soltó un jadeo profundo, echando su cabeza hacia atrás cuando sintió la calidez de su lengua. Cerró los ojos al sentir su boca subir y bajar lentamente, succionando su pene con aquellos gruesos labios.

Sus manos rodeaban la base de su falo, ayudando como soporte para él y para generar un perfecto roce de su boca y su piel.

Jungkook gruñía y jadeaba. Se la estaba pasando bien, el rubio sabía lo que hacía.

Un sonido de notificación hizo a Jeon jadear más fuerte y abrir sus ojos. Se reincorporó, tomando su celular del escritorio, revisando la razón del sonido.

Pleasure - EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora