Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 08

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•Capítulo 08❝Tu lugar seguro, es un lugar al que siempre debes de acudir❞

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•Capítulo 08
❝Tu lugar seguro, es un lugar al que siempre debes de acudir❞

—DIME OTRO —reprochaba el menor casi en berrinche.

—Pero ya te dije tres, aparte, ni siquiera son buenos. 

—¡Kei! Dime uno más, y ya, te prometo que será el último. 

—¿Y qué gano yo? 

Lentamente, se paró de su posición principal en el suelo justo en frente de los pies de Keisuke para subir a horcadas al regazo de este. Había aprendido esa técnica de Mikey, según él, siempre que quería algo de Takemichi hacía eso y nunca fallaba.

—¿Un beso? —dijo mientras hacía su boca en forma de piquito.

—¿Solo uno? 

—¿Dos besitos? ¿Te parece bien ese trato? 

—No del todo, pero lo tomaré —. Agitó sus manos en forma de celebración y le dio un pequeño bestio en el cachete a su mayor —. Bueno, ¿cuál te podré decir? Realmente es que antes no escribía nada romántico.

—Dime lo primero que se te venga a la mente —. Sabía fielmente que Keisuke podía inventar los mejores poemas en menos de cinco minutos. Estaba seguro de que pensaba refinado y con palabras que lo más probable es que no conociera. Por lo que había aprendido desde el incidente de la boda es que su familia tiene mucho dinero — aunque ya lo creía por la casa, coche y cartera de su pelinegro—También son gente con clase, de esas que usan cientos de cubiertos y se colocan servilletas en el regazo a la hora de comer.

—Veamos… —cerraba la boca con los labios por el interior de esta y volteaba los ojos ligeramente hacia arriba como si quisiera ver sus cejas. Siempre hacía eso al reflexionar. A los ojos del rubio, eso era malditamente adorable —. Me gustan los jaguares, los enigmas y lunares, así que contigo quiero ir a lugares y ponerte en Pino Suárez. 

Oh, Jesús, ¿por qué utilizaba esa manera tan vulgar de pedir sexo? El de iris esmeralda solo soltó una carcajada y reprochó al no tener su poema romántico.

Lᴀ Mᴇɴᴛᴇ Dᴇ Uɴ Pᴏᴇᴛᴀ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora