MARCOS AGUILAR:

3.6K 116 6
                                    

main character: Siena Fuentes Echague, quince años, ojos miel, pelo ondulado castaño claro.

_____________________________

Siena charlaba con su hermano, Rocco.

-¿Y Vico? ¿Sigue igual?.- Preguntó la chica.-

-Sí, su viejo es un enfermo, loca, y ella no lo quiere entender.- Contó.-

-Y yo que me quejo de papá, por lo menos no nos pega.

-Pero sí nos dejó un trauma.- aclaró. Siena se incomodó ante el tema, y Rocco sabía eso, ella jamás quiso hablar sobre aquello.- Dale, algún día vamos a tener que hablar de esto.

-Bueno, pero no ahora, no tengo ganas.

-Nunca tenés ganas. Pero solo quiero saber una cosa.

-¿Qué?.- Respondió sin ganas, aunque ya sabía la pregunta que su hermano le iba a hacer.-

-¿Llegó a hacerlo?.- Rocco paró de caminar para escuchar la respuesta.-

Al ver que su hermana asentía, apretó los puños y suspiró fuerte.

-Pará, ¡Siena!

La chica comenzó a alejarse. Los momentos se le empezaron a aparecer en la cabeza, por lo que comenzó a temblar mientras caminaba, hasta que se chocó con alguien.

—Perdón— Dijo en voz baja Siena.—

—Ey, ¿Estás bien?.– Escuchó la voz de Marcos. Ella asintió y se intentó ir, siendo detenida por la mano de aquel chico en su muñeca.– Alguien no llora por nada. Vení.—

Marcos la llevó a las escaleras, donde no había nadie.

—Ahora, ¿Me contás?.— Marcos preguntó.—

Él estaba sentado y miraba a Siena expectante. Siena también estaba sentada, pero miraba hacia sus piernas

—Nada, estoy bien.— Dijo, cortante. Él la miró y ella a él. La chica suspiró.— Hablé con Rocco de algo que me pasó hace un tiempo. Volví a recordarlo y yo... yo me puse mal.

—¿Qué recordaste?.— Preguntó, suavemente. Ella suspiró otra vez, negando con la cabeza.—

—No sé si estoy lista a contárselo a alguien que no sea mi hermano. Ni siquiera a él le conté los detalles.— confesó. Marcos asintió.—

—Mirá, yo también soy tímido y no me gusta contar mis cosas, es por la misma razón por la que te entiendo, y sé que vas a pensar que voy a tenerte lástima. Pero sé que lo peor que alguien puede sentir por alguien es eso, lástima.— admitió. Siena asintió y se lo llevó al lugar por debajo de las escaleras, para que nadie es escuchara.—

Marcos se puso nervioso porque pensaba que iba a pasar algo.

—acá nadie va escuchar.— Dijo Siena.—

Marcos empezó a escuchar el relato.

—Bueno, resulta que mi papá es un completo idiota. Él nos mandó a mi y a mi hermano cuando teníamos entre cuatro, cinco o séis años, no recuerdo, a un prostíbulo, creo que se llamaba. Especialmente para Rocco, porque mi papá quería que él se convirtiera en hombre, sus palabras. Entonces lo dejó a él con una mujer, y a mi me dejó sola, porque él se fue con otra. El señor que era, por así decir, el jefe de todo el lugar, me preguntó si yo venía con alguien, yo le contesté que sí y le señalé a mi papá, pero entonces el señor dijo "ah, pensaba que habían contratado una mujer, pero bueno, acá tenemos a un hombre disponible que hará lo que tu padre pidió, ¿Sí?". Yo tenía cinco, seis, y me llevó a con un hombre. Sentí tanto temor cuando me dejó sola con él que me quedé completamente quieta, a su disposición.— dejó de hablar cuando entendió el punto.—

Marcos parecía enojado.

—¿Cómo alguien es capaz de hacer algo así?.

Marcos dejó la pregunta al aire y luego abrazó a la chica.

—Gracias, por contarme.

—No, gracias a vos por escucharme. Y, por favor, no sientas lástima de mí.

Lo peor que Siena podía sentir era compadecerse de sí misma. Si llegaba a ese punto, debería pedir ayuda.

—No siento lástima por vos, Siena. Solo pienso que tu papá es un loco. Tampoco me imaginaba que Rocco habría pasado por eso.

—Uy, conté de más creo. Rocco no quiere que nadie se entere de eso. Por favor no digas nada de lo que hablamos.

—Tranquila, que no cuento nada. Y, Siena, yo quería decirte...

—Perdón, me tengo que ir.
—Pero..
—Perdoname, después te veo.

Siena salió del lugarcito y se encontró con Rocco.

—¿Qué hacías ahí?— Preguntó, cruzándose de brazos.—
—¿Yo? Nada.—

—Sabés que yo no soy así, vieja, ¿Qué hacías ahí?

Antes de que ella pudiera contestar, Marcos salió y miró a Rocco, quien lo miró sorprendido.

—Que asco, loca. Yo pensaba que estabas mal.
—No, Rocco, no nos acostamos. No sería capaz todavía.
—Bueno, pero igual no sé porqué tenes la idea de que yo te voy a decir algo. Vos Hacé lo que más quieras, yo no te voy a decir nada.
—Marcos, después te hablo, ¿Dale?.

El chico asintió, se levantó y se fue.

—A ver, entrá conmigo que te quiero hablar de algo.
—No voy a entrar ahí con vos. Ahí, creo que por lo menos cinco personas tranzaron, así que paso, vayamos a otro lugar.
—Está bien.— rió Siena.—

—Vayamos al bar.
—No, no es algo que vos quieras que las personas escuchen.
—Ah, ¿Qué querés hablar de eso?
—Eh, me mandé un moco.
—¿Qué pasó, eu?

Siena se llevó a su hermano al patio, y se sentaron en un banco a charlar.

—Sin querer le conté toda tu historia a Marquitos.
—Enna, ¿Ne estás diciendo en serio?—Sí, perdoname. Es que le empecé a contar todo lo que me pasó. Sabes que empezar a decir todo me cuesta, pero lo logré, ¿Eso no es bueno?
—Confío en que Marcos no va a decir nada, así que, tranqui, no pasa nada.
—Uf, me asusté.

__________________________________

Ya era de noche, y Marcos buscaba a Siena. Ella estaba en el bar, tomando un jugo mientras que charlaba con la bufetera.

Marquitos llegó a verla y le habló. Le dijo que quería hablarle de algo, entonces ambos fueron a un lugar más privado. Él estaba nervioso. Necesitaba confesarse.

Marcos y Siena siempre habían sido amigos, pero hacía tanto que se conocían que Marcos no se animaba a dar el primer paso. Y Siena tampoco. Siena menos todavía.

—Mirá, te tengo que decir algo.
—¿Qué pasó?

Marcos jugaba con sus manos.
—Mirá, así de fácil. Quiero intentarlo. Estoy enamorado de vos, Siena.
—¿En serio?

Marcos dio un paso largo hacia ella, quedando sus caras muy cerca.

—¿Vos qué sentís por mí?
—Siento.. todo por vos.

El chico puso sus manos en la cara de su amiga— por ahora— y ambos acercaron más sus rostros para besarse.

El beso se sintió hasta lo más profundo del alma de la chica, y el chico sentía como si esos labios le dieran electricidad y valentía por todo su cuerpo.

Marcos era tímido, pero leal. Siena era desconfiada, pero fuerte.

Y en la cabeza de chica solo pasaba por su mente, ¿Funcionaría?


POMELO, one shots rebelde wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora