Capitulo uno

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Park JiMin fue un infante alegre, le encantaba jugar con sus padres en especial con su mama quien era con la que pasaba gran pare de su tiempo, sin embargo, un día no llego a casa después de decir que iba con su tía al mercado.

Ese mismo día su padre le había propuesto un juego, uno en el que iba a divertirse mucho, pero para eso iba a tener que ir con él a casa de uno de sus amigos. El pequeño acepto con mucha emoción porque iba a jugar con su padre tras mucho tiempo de haberle dicho que no podía debido a su trabajo, él había añoraba mucho querer pasar tiempo con su padre como sus compañeros de escuela lo hacían con los suyos y esta vez él lo iba a lograr.

Lástima que no fue lo que había imaginado, ni que aquel niño con el que había estado también.

Una vez que llego a casa fue en busca de su madre para calmar su angustia, para calmar aquella dolorosa herida, por más que había buscado por toda la casa nunca la encontró así que recurrió a refugiarse en sus tantos juguetes que sabía que nunca lo abandonarían.

Sobre todo, que no le harían daño como el que le habían hecho.

Porque, aunque no había entendido lo que sucedió, sabía que fue muy doloroso y que solo quería estar en los brazos de su mamá.

Al día siguiente se encontró con su madre cuando entre tanta inseguridad salió por fin de su cuarto observándola así en la cocina en donde preparaba los exquisitos desayunos que tanto le encantaban.

─ ¿Qué pasa pequeño? ¿Qué tienes? ─cuestiono al ver a su pequeño correr hacia ella y aferrarse a una de sus piernas.

─ No te vayas de nuevo, ¡no me dejes solo otra vez mami!

Ella no entendía el comportamiento que estaba teniendo su hijo, pero le prometió que no volvería dejarle solo, si tan solo hubiera podido cumplirlo.

Ella durante ese día le pareció extraño que su hijo no estuviera tan energético ni siquiera alegre como los días anteriores, más bien se veía como si le tuviera miedo de que pasara algo y por eso siempre se mantuvo al lado de ella en todo momento.

Cuando llego la hora del baño ahí entendió todo y estaba tan enojada, no podía creer que su esposo fuera capaz de hacerle aquello a su hijo. La ropa del infante se encontraba con sangre en su ropa interior y cuando fue a sentarse en la ducha para que pudiera bañarlo no dejaba de pedir ayuda porque le dolía mucho sus pompis.

Después de bañar al pequeño lo llevo a su habitación y le pregunto sobre lo que hizo ayer con su padre, al principio tuvo miedo de contárselo porque su padre le había advertido que si contaba algo no volvería salir nunca más con él. Le insistió, por los que termino diciéndole solo supo que cuando se encontraba entre sus brazos había hecho bien porque ahora le dijo que irían a un lugar lejos y que nunca más saldría herido. Que irían a un lugar en donde seria amado y protegido.

Esa misma tarde empacaron sus cosas hasta que llego la noche, estaban esperando a que padre fuera a dormirse para salirse, pero algo salió mal y el pequeño JiMin no comprendía lo que pasaba más que había gritos y los fuertes sonidos que se escucharon fuera de su habitación. Lo único que hizo para protegerse fue taparse con su manta amarilla favorita, aquella manta que le regalo su madre y la cual le hacía sentir seguro.

No era la primera vez que oía a sus padres pelear, pero esta vez sentía que no era de estas peleas que después de discutir se arreglaban y volvían a ser una vez más la familia "feliz".

Una vez que terminaron los gritos espero un rato mientras abrazaba su oso de peluche, los minutos pasaron y al no ver que su madre volvía decidió salir. Bajo de su cama sintiendo el suelo frio al tener sus pies descalzos, aun sin soltar su peluche salió de la habitación con la idea de buscar a su mamá.

WornDonde viven las historias. Descúbrelo ahora