Los rayos de luz comenzaban a entrar por la ventana de mi pequeño cuarto. Dandome cuenta que mi alarma no tardaría en sonar, con ese sonido molesto que tanto odiaba. Y no me equivoqué a los segundos esta sono.
Odiaba ese tono, es como si me avisara que volvia al mismo tipo de bucle de siempre vivia.
El siempre vivir lo mismo. El levantarme arreglarme, ir a mis estudios, regresar y trabajar. Para que todo los días se repitiera sin ningun tipo de piedad. Claro que intentaba cambiar la misma rutina de siempre, pero por el tiempo que tenia y por más que intentaba, siempre volvia a lo mismo de todos los días.
Con toda mi pereza y mis ojos aún pesados por el sueño, me levantede de mi cama y quitando las sábanas, para apagar ese ruido molesto al que se le llamaba alarma.
Solte un suspiro algo soñolienta luego de que esta dejara sonar, me acerque a mi armario para buscar ropa y bañarme. Decidi por una pantalonera blanca con una blusa de manga corta color verde pastel, para meterme a bañar.
Quite mi ropa rápidamente y abri la llave de la regadera. El agua estaba fría, lo cual dude para meterme a bañar, tenia que hacerlo, claro, asi que conté hasta la cuenta de 3 segundos, para meterme al agua y terminar dando un gritito por lo fría que se encontraba.
Salí rápidamente para cambiarme, peinarme con una coleta baja dejando dos mechones sueltos por enfrente, y ir casi corriendo a la sala-comedor del departamento donde me encontraba.
Me hize un café rápidamente, sin haberme fijado en el tiempo que lo habia dejado, pues habia perdido tiempo echando los que necesitaria, quemandome la boca de lo caliente que este se encontraba.
Salí a gran velocidad, con el miedo de llegar tarde a mis estudios, miraba rápidamente por la calles de Shibuya para evitar algun accidente. Llegando a tiempo como siempre sucedía
Acaba de salir de la Universidad, el sol estaba casi por esconderse asi que solo saque mi celular para ver la hora. Eran cerca de las 7:00pm Ahora tomaria camino por mi lado contrario para ir a mi trabajó.
Tomando camimo algo cansada, las calles de Japón todavia se encontraban pobladas.
Lo unico que me gustaba de todo la misma rutina de mis días, eran dos cosas, que me encantaban demasiados. Una era ver lo lindo que se veian las calles de una variedad de gente caminando y luces iluminado toda la cuidad, aunque no podia evitar sentir envidia del ver como casi todos reían y disfrutaban de su estadia.
