La primavera era su época favorita, la estación significaba que los árboles tenían tantas hojas que podría llegar hasta la copa y perderse en el frondoso follaje de este.
Siempre que podía, se escapaba de los ojos de su padre y hermano para ir al árbol más grande que podía encontrar en el parque y lo trepaba con la gracia de un animal del bosque.
Siempre que llegaba a una buena rama de buen tamaño, se sentía orgullosa de su trabajo.
Amaba esa sensación de vértigo que le golpeaba cuando miraba al suelo desde su posición, era similar a verse como una especie de reina que apreciaba a sus súbditos desde la cima del trono.
- ¡Oye!
Una voz de un niño le llamó desde el suelo, volteó para mirar a sus espaldas y se encontró a un par de niños que le miraban. El más bajito le sonreía, mientras que el de cabello negro le miraba con curiosidad.
Cansada de la vista y sin querer comenzar a gritar, bajó del árbol con rapidez para encarar a los niños. No era raro encontrar a otros además de ella, después de todo se trataba de un parque público en el que tanto adultos como niños podían entrar sin ningún tipo de restricción.
Al estar sobre una de las ramas a un poco más de un metro y medio del suelo, la (c/c) decidió lucirse y hacer una pirueta para aterrizar de manera casi perfecta en el suelo terroso. Sabía que si su padre o hermano mayor la veían haciendo esas cosas, era seguro que la matarían por su imprudencia, sin embargo, no le importaba, había aprendido ese truco y anhelaba con presumir en cada ocasión que pudiese.
- ¿Qué quieren?- Preguntó la niña.
El rubio dio un aplauso ante la acrobacia de la (c/c), no parecía estar siendo sarcástico o burlón, en su mirada había diversión genuina.
- ¿Qué te dije? Parece un mono.- Exclamó el rubio.
(__) arrugó su nariz, tomando la respuesta de los dos niños como una clase de insulto, así que solo se cruzó de brazos e hizo una mueca.
- ¿Un mono?
- Lo dice por las piruetas.- Explicó el pelinegro.
El rubio se acercó a la niña con sus ojos brillando con el interés, tal y como lo haría con un juguete nuevo.
- Eres tan genial.- Exclamó el niño bajito.- ¿Cuál es tu nombre?
Aturdida por el repentino interés, la niña tardó un poco en procesar lo que ese extraño le preguntó.
El recuerdo vago de haberlo visto un par de veces en la zona le golpeó en la cabeza, nunca habló con él por lo rápidos que habían sido sus vistazos, tampoco era como si estuviera interesada en conocer a todos los niños que veía en aquel parque.
- (__).- Respondió.
Un puchero subió por los labios del rubio, lo mismo pasaba con el pelinegro que había arqueado una ceja, ambos estaban escépticos a creer que ese nombre era real.
Ambos asumieron casi de manera automática que se trataba de una broma.
- ¿(__)?- Dijo, tratando de saborear el nombre en su lengua como si fuese un dulce, pero de inmediato una mueca de disgusto subió por sus labios.- Eso no nos sirve, no es muy masculino.
La niña les devolvió la expresión disgustada.
- ¿Masculino?
- Sí, tu nombre es muy femenino.- Dijo el rubio.- ¿No tienes un apellido? ¿A caso no quieres sonar tan genial como te ves?
¿A caso estaban jugando con ella?
(__) apretó sus labios en una línea recta y frunció el entrecejo.
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Girando Como Una Rueda De La Fortuna [Tokyo Revengers X Reader]
FanfictionLa pandilla Tokyo Manji ha tenido muchos miembros desde su inicio. ¿Cómo reaccionan los fundadores al encontrarse con un viejo amigo de la infancia que no es lo que parece?