07

48 6 1
                                    

Estaba molesto, confundido, frustrado. Aunque le costó demasiado el contratar los expertos servicios de Changkyun, al final no pudo descubrir quien se escondía detrás de aquel aparato celular.

Por lo poco que le había dicho Changkyun ─O más bien lo poco que Kris entendió─, no existía nada detrás de aquel celular, no hubo ninguna red social relacionada, tampoco hubo algún correo electrónico, mucho menos existía una dirección o código postal. Por lo que Changkyun llegó a la conclusión de que se utilizó un teléfono desechable.

No pudo hacer nada más, puesto que ese mismo teléfono fue usado para la llamada que recibió días después. Por lo que literalmente ya no tenía nada más.

Se quedó estancado.

Internamente deseaba tener un nuevo contacto con aquella persona, pero ya habían pasado un mes y simplemente no había recibido ni una señal de humo. Nada. Y eso cada día lo volvía más loco.

Ahora ya no tenía tanto tiempo para darle toda su atención al asunto, puesto que ahora se encontraba en semanas de promociones de su nuevo álbum, lo cual le consumía el 99% de su tiempo, y el 1% restante, lo usaba para dormir, comer e ir al baño.

Aun así, todo seguía rondando por su cabeza, haciéndole sufrir de una terrible jaqueca que lo mataba lentamente. Decidió no contarle nada a nadie, ni siquiera a Changkyun le contó todo lo que había detrás de aquella búsqueda tan importante que tuvo que realizar.

Si no se lo contó a su cómplice, mucho menos se lo contaría a Woozi, quién notaba a la perfección el comportamiento tan distante y desganado que tenía Kris todos los días, o al menos últimamente. Aún sin saber nada, decidió hacer algo para ayudar un poco a su niño, como a Woozi le gustaba llamar a Kris.

Dejó escapar un leve quejido, al sentir como algo en su espalda trono deliciosamente. Definitivamente, el masaje había sido la mejor idea que había tenido Woozi en los pocos años que llevaban trabajando juntos.

─ Se siente bien, ¿no? ─Miró al rubio, quien tenía los ojos cerrados, y Kris estaba casi seguro de que en cualquier momento, Woozi se quedaría dormido.

─ Si...─Respondió apenas, en ese momento se sentía bastante relajado y un poco perezoso, ni ganas de hablar tenía.

Se sentía minimamente afortunado, pues las promociones estaban a un día de terminar, y aunque hubiera preferido aquel masaje en el día en que no tuviera nada que hacer, no se quejaba. Creía que podía ser una buena idea relajarse antes, para el día en que todo terminará, pudiera irse a dormir directamente. Eso le serviría de mucho.

Después de su masaje, Kris se vio obligado a asistir a una sesión de fotos para una revista de moda. Ahora que se sentía más tranquilo, podía realizar su trabajo con más calma. A demás, había algo que le daba la pequeña esperanza de que todo fuera más ameno.

Justo unas semanas antes, tuvo la oportunidad de compartir un muy corto desayuno con ZiTao, después de tantos días sin saber nada de él.

Toda su comida terminó en ellos hablando sobre trabajo, y al Kris mencionar aquella revista en su agenda, Tao sonrió en grande, comentandole sobre que él siempre trabaja con aquella revista a la hora de maquillar a los modelos. Y Wu no pudo evitar sorprenderse por ello, pues las fotos siempre se veían muy artísticas, en especial el maquillaje que usaban las y los modelos.

Al entrar a su camerino, su sonrisa se borro al ver a una chica de pie al lado del tocador. Suspiró un poco decepcionado, pero intento ocultarlo, debido a que no quería ser grosero con la muchacha.

Se sentó en la silla, y sin decir nada, la chica comenzó con su trabajo, maquillandolo de forma natural y simple, no había nada de especial. Se encogió de hombros, y por mera cortesía le agradeció a la chica, saliendo al instante para dirigirse al estudio.

Y muy en el fondo, deseaba poder ver pronto a su más reciente amigo.


•••


(Al día siguiente...)

Dejó su bolso a un lado, observando la oscuridad del departamento. Aunque para muchos fuera deprimente y frío, para Kris era lo mejor que podía haber en su vida.

─ Al fin estoy en casa...

Si fuera alguien muy dramático, ya habría comenzado a llorar como magdalena, y agradecía al señor no ser dramático. Se lanzó al sofá, y suspiró de forma satisfactoria, abrazando uno de los cojines, realmente había extrañado la comodidad de su casa.

Aunque quisiera quedarse tumbado, aun había cosas importantes que debía hacer, como alimentarse. El fuerte rugido de su estómago se lo recordó, debido a todo el trabajo que había tenido en los últimos días, no pudo alimentarse del todo bien, tuvo que saltarse algunas comidas, y no porque quisiera.

Se levantó de un salto, estando extrañamente animado, aun cuando tenía mucha hambre. Caminó a pasos agigantados hacia la cocina, y en el proceso se dispuso a poner música. Quería tener un ambiente más alegre, así que terminó poniendo su canción favorita, de su grupo favorito; Sweet Witches de F(x).

Se negaba a admitir que escuchaba música de grupos femeninos, simplemente porque eso no ayudaba a su imagen de chico malo, y él no quería que dejaran de verlo como alguien "cool".

Hasta ahora, el único que sabía sobre eso, era Woozi, y solo porque Kris lo obligaba en ocasiones a poner Mr. E de Red Velvet mientras viajaban, pero siempre procurando que estuviera bajito, lo suficientemente fuerte como para que él escuchara.

Ya estando en la cocina, se preparo algo sencillo, unos sandwiches, porque la verdad no tenía ganas de estar cocinando. Del refrigerado saco una cajita de jugo de manzana y la colocó en la barra, junto con su comida.

Frotó sus manos con una enorme sonrisa, y justo al tomar su sandwich, con la intención de plantarle una gran mordida, el timbre resonó en sus oído.

─ ¡Ay, no puede ser! ─Gruñó, dejó su sandwich en su lugar, y maldiciendo por lo bajo, caminó hasta la puerta. Estaba dispuesto a moler a golpes a quien sea que  se haya atrevido a interrumpir su ritual de alimentación, pero la simple idea se esfumó al instante, al ver quien tocaba la puerta.

Una sonrisa radiante adornaba su rostro, tal y como siempre lo hacía. Su figuraba estaba completamente cubierta, desde la cabeza hasta los pies. Llevaba puesto un sombre negro, sus características gafas de sol y una gabardina roja.

─ ¡Hola! ─Dijo con voz emocionada, mientras se quitaba las gafas, dejando al descubierto su mirada felina. ─Supe que terminaste tus actividades promocionales, así que se me ocurrió visitarte.

─ Oh, yo... Realmente no me lo esperaba, Tao. ─El mencionado dejó escapar una leve risa, mientras negaba.

─ Era obvio. Bueno, ¿me invitarás a pasar? ─Preguntó con ambas cejas arqueadas.

─ Oh, si, si, pasa. ─Wu se hizo a un lado, dejando que el pelinegro pasara. ZiTao pronuncio un leve "con permiso" y se adentro al departamento, mirando todo con curiosidad y hasta fascinación.

─ ¿Por qué viniste? ¡Digo! No te lo tomes a mal, pero realmente me gustaría saber qué te trajo aquí. ─Preguntó, aún algo consternado por la visita, realmente no acostumbraba a recibir visitas de nadie.

─ Mmm, solo quería visitarte, hace tiempo no nos veíamos...

Kris se acercó hasta el chico, quien le daba la espalda, mismo motivo por el que no pudo ver el cambio repentino en las facciones de Huang. Su sonrisa se había borrado, y su mirada se oscureció.

─ ¿Seguro que solo es eso? ─Insistió Kris. Había algo en su interior que le decía que esa visita no era una simple visita. Y eso realmente lo preocupaba un poco.

─ Bueno... En realidad había algo de lo que quería hablar contigo. ─Su voz tomó un toque más sensual, mientras sus dedos se deslizaban por los botones de la gabardina.

─ ¿Ah, si? ¿Y qué es?

Inevitablemente, Kris se había puesto algo nervioso al ver los movimientos de Tao. Aún teniéndolo de espalda, la forma en que sus brazos se movían, indicaban muy bien que estaba desabotonando la prenda que lo cubría.

𝐵𝐿𝐴𝐶𝐾 𝐿𝐴𝐶𝐸 → ĸrιѕтαoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora