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Capitulo 2; cuestión de un tropezón

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20_11_22 - Qatar

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│❝ 𝑵𝒐 𝒃𝒖𝒔𝒄𝒂𝒃𝒂 𝒏𝒂𝒅𝒂, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒎𝒆 𝒕𝒐𝒑𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒕𝒖𝒔 𝒐𝒋𝒐𝒔 𝒆𝒔𝒂𝒔 𝒑𝒂𝒍𝒂𝒃𝒓𝒂𝒔 𝒔𝒆 𝒆𝒔𝒇𝒖𝒎𝒂𝒓𝒐𝒏 𝒕𝒂𝒏 𝒓𝒂𝒑𝒊𝒅𝒐 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒕𝒖 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒂𝒅𝒂 ❞
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El sol se colaba por la rendija de la cortina, el hombre de barba entreabrió sus ojos con pesadez, pero los cerró de inmediato al verse deslumbrado por su brillo cercano, giró hacia el otro lado, buscando evitar la molesta luz que amenazaba con perturbar su sueño. Más a los pocos minutos de buscar retomar el sueño, el sonido irritante de la alarma rompió el silencio, un gruñido ronco brotó en el cuarto vacio y un golpe causó que el aparato se callé de una vez. Un suspiro cargado se propagó por toda la habitación mientras frotaba sus ojos y, con una mirada aburrida, se encontró contemplando el techo, donde la oscuridad permitía dislumbrar el frío cemento. En medio de la nada que su visión encontraba, alzó su mano sin rumbo aparente viendo como el rayo de sol pegaba su piel en la acción.

En medio de un estado de confusión, los recuerdos del enigmático hombre enmascarado sujetando sus manos solo para calmarlo se colaron en su cabeza de forma sorpresiva, provocando un sonrojo en sus mejillas y un estremecimiento en su cuerpo. No recordaba los eventos de la noche anterior, pero tenía la certeza de que Scaloni lo reprendería enérgicamente por haber roto varias reglas ya antes mencionadas por él. Suspiró profundamente, sentándose finalmente en la cama y estirándose ligeramente entre las sábanas que se adherían a su cuerpo. Su mente se perdía en la imagen de aquel hombre con hermosos ojos de color caramelo... no, espera, ¿eran avellana? no lo sabia bien, lo único que recordaba con claridad eran los rizos arreglados que llevaba.

Más el dolor en su pecho como ojos, le daba la idea de que tuvo otro episodio en plena fiesta, fue un grave error sucumbir a la tentación de beber en exceso, sabiendo perfectamente que su médico le había prohibido hacerlo debido a los episodios de ansiedad que experimentaba ultimamente con frecuencia. Y estaba muy consciente de que estos ataques nerviosos podrían comprometer su estado físico y su capacidad para mantenerse en forma durante los próximos años en su carrera futbolística, por ello tenía que esforzarse más en mantenerlos bajo control.

Se escuchó unos golpes en la puerta, y Messi dirigió su mirada hacia ella con cierta tranquilidad a pesar de la pesadez en su cabeza y el dolor causado por las bebidas de más, debía de ser Daddy o algunos de sus compañeros asi que con la voz ronca, pronunció un débil pero audible "pasa". La puerta se abrió casi al instante, revelando el rostro de Ángel mientras asomaba la cabeza en la habitación, pronto adentrando su cuerpo con una pequeña sonrisa. En sus manos llevaba un vaso de agua y, aparentemente, un paquete de pastillas.

Lionel solo pudo devolver la sonrisa ante su gesto.

──Creí que el capi necesitaría esto luego de las rondas de shots que se mandó antes de irnos ayer, eh? ──sentandose al borde de la cama en lo que extendia aquel vaso de agua junto a la pastilla.

──Gracias eres un Ángel de la guardia para mí en estos momentos..──sonreía amistoso mientras tomaba la pastilla para tragarla junto al agua, el rosarino río ante el comentario.

(𝙖𝙨𝙞𝙣𝙩𝙤𝙩𝙖) (en correccion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora