(𝙖𝙨𝙞𝙣𝙩𝙤𝙩𝙖) (en correccion)

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Capitulo 4: lluvia de oportunidades

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23_11_22 - Qatar

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│❝ 𝒆𝒎𝒑𝒆𝒛𝒂𝒓 𝒂 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒆𝒍 𝒑𝒊𝒆 𝒊𝒛𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒅𝒐, 𝒇𝒖𝒆 𝒆𝒍 𝒕𝒓𝒐𝒑𝒆𝒛𝒐𝒏 𝒎𝒂𝒔 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒐𝒔𝒐 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 ❞
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Descansaba cómodamente en mi cuarto vacio al haber pedido espacio, con mis ojos hinchados y fatigados por el exceso de lágrimas contenidas, que quedaban atrapadas entre las suaves fibras de la almohada, llevándose consigo las evidencias de mi pesar descarga de toda la frustración de hoy. Dirigí mi mirada hacia la ventana, donde se vislumbraba el nacimiento de un nuevo día, y me reprendí internamente, sabiendo que necesitaba dormir, pero era imposible apartar mi mente del partido y la lista se sumaba él, Emiliano. Ocupando un rol protagonico en mis pensamientos, y la avalancha de problemas que merodeaban como incansables moscas en mi mente, simplemente no era suficiente para desplazarlo del escenario.

Sin palabras, debe haberse extrañado por lo que le hice. Puta madre..¿Por qué lo hice? Él es mi compañero, y aunque quizás en un instante de deseo pasó por mi mente la idea de besarle tal vez apasionadamente, no tiene sentido alguno. ¿Por qué me torturo con pensamientos tan descabellados? Es absurdo perder tiempo reflexionando sobre eso; simplemente, fue un gesto de consuelo hacia alguien que estaba mal. Al menos, él está mejor ahora.

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──pulgaa, pulguita? desperta carajo! Que no me tomé el vuelo al pedo che──murmuraba de forma irritante sacudiendo el cuerpo acurrucado en la cama.

Irritado era la palabra perfecta para describir el cómo se encontraba Lionel ante la interrupción de su sueño, más el peso en su regazo lo obligo a tener que abrir sus ojos, más con solo ver ese rostro familiar la irritación desaparecia siendo reemplazada por felicidad pura.

──Kun!──gritó con suma emoción el castaño con una sonrisa de oreja a oreja, mientras sus ojos cansados se achinan.

Era un abrazo calido el cual llego y no dudo de corresponder. Messi no podía creer la sorpresa que se llevó al despertar y Agüero solo podía embozar su más dulce sonrisa cual al separarse del cuerpo ajeno mantenía aún.

──mejor no?──vocalizo el azabache sin apartar sus ojerosos ojos del hombre de barba.

Apretó sus labios en una sonrisa contraída como sus cristalinos intentando no romperse ante la mirada de su mejor amigo e hizo que lo vuelva abrazar aun más fuerte que antes, ocultándose en su hombro.
Sergio permanecía en silenció lleno con un semblante neutro del cual acarició el cabello del más enano con plena suavidad.

──shh..tranca pa, ya el kuni esta aquí Leo, el kuni llegó..──susurraba con suma calma apoyado en su hombro, con calma al finalmente poder darle ese ansiado abrazo.

Los sollozos pequeños empezaron a ser audibles en su habitación, esos brazos donde se dejaba quebrar de forma tan sencilla sin que nadie lo sepa.

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──es una broma!?..──se escuchaba la voz exaltada de Jiménez cuál era una de las pocas atrevidas a romper el silenció ante la declaración del Tata quien permanecía frente a ellos firmé.