tritón ❧ kookv.

Epílogo.

Jungkook caminaba con una bolsa en su mano, las calles estaban siendo adornadas por los faros y las pisadas de sus zapatos eran calladas por los autos que pasaban de un lugar a otro viviendo su vida cotidiana como a ellos les gustaba, pronto llegó a su casa la cual lo acogió después de haber regresado del mar después de que Namjoon no le permitió quedarse. Abrió la puerta de su casa para dejar sus zapatos en la sala principal se dirigió a la cocina dejando sus compras en la mesa para después dirigirse a la sala.

—Bienvenido, Jungkook —una voz masculina le dio la bienvenida.

—¿Qué has hecho hoy, Taehyung? —murmuró Jungkook—. Huelo algo sumamente bien, apuesto a que has cocinado algo delicioso.

Namjoon había puesto casi todo su poder para que Taehyung volviera a tener piernas, San no había hecho muy bien el hechizo así que se pudo revertir, Namjoon dejó que su hijo se fuera para que pudiera estar con el amor de su vida no sin antes amenazar a Jungkook. Porque tenía que dejar ir a su hijo a donde su corazón lo llevara.

—No mucho, he limpiado, es tan cansado —dijo el ahora humano—. He sido educado como un príncipe así que el hecho de limpiar se me hace tan cansado.

Taehyung vestía unos pantalones de color crema sueltos con una playera más grande que él de color negro junto con su cabello ya creciéndole y unas botas del mismo color que el pantalón. Ellos estaban juntos al menos dos semanas.

—Te cargaré hasta nuestra habitación —Jungkook pasó sus manos por debajo de las piernas de Taehyung y apoyó una en la espalda.

Taehyung puso sus manos en el cuello ajeno. Se habían casado, Namjoon no podía simplemente ver como se llevaban a su hijo mayor sin verlo bien casado bajo las reglas maridas y las reglas terrestres no obstante ellos nunca habían estado juntos. Lo sentó en la cama.

—Taehyung... —llamó—. ¿Cómo los tritones y las sirenas están juntos?

—No lo sé, mis hermanos tampoco pero papá me cuenta que los deja ir a la isla Stay gold y se dan muchos besitos —mencionó emocionado.

Jungkook rió.

—Tú papá no te dijo la verdad y yo te mostraré que miente —juntó sus labios dulcemente empujando a Taehyung a la cama dejándolo acostado en el suave colchón.

Taehyung se sonrojó cuando Jungkook comenzó a besarlo en el cuello retirando la camisa, la piel morena de Taehyung siempre le sorprendía. Tiempo después ambos estaban haciendo el amor de una forma lenta y especial, amándose. La sábana de color azul cubría sus cuerpos desnudos y dejaban a imaginación muchas cosas pero eran perceptibles los movimientos de penetraciones junto con los sonidos. Los toques de labios nunca faltaron y los suspiros de Taehyung se escuchaban por los más recónditos rincones de la habitación.

—Te amo mi sirenito.

Un ligero rubor rosa apareció en los pómulos de Taehyung todavía pintándose sobre el puente de la nariz.

Taehyung y Jungkook se dirigían tomados de la mano a una cafetería que era muy concurrida por esos lugares, era la cafetería de su hermano mayor, Wonwoo, el cual al verlo lo abrazó mientras le preguntaba dónde había estado.

—Es una larga historia —tomó firmemente la mano de su pareja.

Wonwoo vio a Taehyung e inmediatamente le susurró a su hermano:

—¿Y el chico bonito quién es?

—Es mi esposo —le enseñó la mano de Taehyung que tenía un anillo con una piedra hermosamente cara.

No era más que una piedra preciosa perdida en el mar, la que Namjoon le mandó a buscar.

—¡¿Cómo?! —vaya que tenían que hablar de varias cosas—. ¿Papá y mamá lo saben?

—Todavía no.

Se sentaron en una mesa para poder platicar un poco, claramente Jungkook no le platicaría a su hermano que Taehyung era un tritón y que su suegro era el rey del mar. Wonwoo tuvo que dejarlos para atender su negocio junto a su esposa. La cuñada de Jungkook le llevó dos capuchinos vainilla y un café americano, bueno esa noche el príncipe del mar probaría muchas bebidas cafeínadas.

—Es demasiado bueno el mundo terrestre —Taehyung tomó del capuchino donde la espuma quedó en sus labios formando un bigote artificial.

Jungkook estampó sus labios con los de su sirenito quitando la espuma.

Taehyung desvió la mirada con las mejillas espolvoreadas de un lindo color rosa.

—Tal vez después de este café tú y yo... —murmuró en su oído.

Y las mejillas se espolvorearon de un lindo rojo pálido.

La vida de Taehyung como humano era maravillosa, por las noches salía a pasear con su marido si bien extrañaba el mar tanto que tardaba mucho tiempo en la bañera recordando cuando nadaba libremente por su reino, extrañaba tener su cola azul la mayoría del tiempo sólo la usaba cuando estaba en la bañera sin embargo le gustaba su nueva vida como terrestre no iba a negar eso. Le gustaba conocer lo que nunca había visto incluso la ropa que llevaba puesta y la cual compraba era demasiada linda, su estilo además a Jungkook lo provocaba, su familia iría a visitarlo todos los fines de semana para ver cómo estaba todo y porque lo extrañaban.

—Jungkook... quiero conocer a tu madre pronto y mostrarle que todo lo que dice es cierto.

Pronto la lluvia azotó frente a la gran ciudad, las gotas de lluvia golpeaban violentamente los ventanales de la panadería. Taehyung miraba maravillado el agua. Jungkook tomó la mano de Taehyung y juntos se dirigieron a la salida, la campanilla sonó cuando la puerta se abrió. La pareja se divertía bajo la lluvia Taehyung extendió los brazos dejando que el agua lo empapara, Jungkook lo abrazó por la cintura juntando sus labios en un energético beso hasta que ya no pudieron más.

—Gracias por quedarte conmigo, Taehyung —muy poco le importaba el frío que sentía—. Gracias por aceptar mi vida.

Taehyung tomó el rostro ajeno y acarició sus pómulos.

—Gracias por aceptar un sirenito como yo —sonrió mostrando sus lindos dientecitos, cerrando sus ojos—. Por mirarme como la cosa más hermosa entre todo lo que has visto.

—Porque eres la cosa más hermosa que he visto internamente como superficialmente. Te amo Taehyung, te amo mucho —los pies de Taehyung ya no tocaban el suelo, Jungkook lo sujetaba de la cintura fuertemente.

Taehyung sonrió acariciando el rostro de su amado juntando sus narices. Amaba a ese hombre con el alma. Jungkook presionó sus labios con los de Taehyung. Estaban dispuestos a dar todo para estar juntos.

Finalmente el amor de un sireno y un humano era demasiado indestructible para romper un hechizo. Namjoon, Seokjin, Jimin y Hoseok miraban la escena bastante felices, también se dejaron mojar por la lluvia, Jungkook le daba vueltas al príncipe mayor del mar mientras reían. San se unió a la familia real sonriendo, no fue mala idea desobedecer al rey para que Taehyung tuviera piernas y así estar con el amor de su vida que nada tenía que ver con el mar.