CAPÍTULO 4 - ESTOS MUROS SON EL ÚNICO TESTIGO

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¿Dónde...? ¿Dónde está? La sangre no es de ella, el olor es distinto, bastante fuerte.

Fui uno de los primeros en levantarse al ver a la chica de vestido ensangrentado, pero no por ella precisamente o el caos en el que estaba cayendo la multitud, sino por aquella presencia desconocida que pude sentir a unos metros de ella. No pertenecía a un humano y tampoco a Luzu o Samuel. Eso quiere decir...

—Hay otra criatura en esta escuela...—. Susurré para mí mismo, sintiendo pequeños empujones a mis costados en lo que trataba de seguir aquel desconocido, pero está se desvaneció repentinamente.

Continúe avanzando hasta llegar a toparme con el cuerpo recostado sobre el suelo. Volteé la mirada hacia alrededor para asegurarme de que nadie me viera, así como para buscar la presencia de mis amigos. Afortunadamente, todo el mundo parecía estar más preocupado por salir que por la pobre chica. Por otro lado, solo pude encontrar a Samuel llegando casi a las afueras del gimnasio, siendo arrastrado por la multitud de cuerpos.

Sin más espera, me agaché hacia la chica, posando dos de mis dedos sobre su cuello, justo bajo la mandíbula, en búsqueda de su pulso. Pude sentir las constantes vibraciones bajo mis yemas aunque parecían ser un poco débiles y lentas. Alejé la mano para darle un rápido vistazo a su cuerpo en búsqueda de alguna pista que me llevara hacía la criatura. Su cuerpo no parecía tener heridas y tampoco algo útil o importante.

Afortunadamente, el bullicio empezó a escucharse cada vez más lejos y la mezcla de olores que había causado el caos comenzaba a dispersarse, permitiéndome diferenciar los de su vestido en sí. Obviamente, lo que más resaltaba era la sangre, suponía que de la chica asesinada. También, estaba presente el perfume de la desmayada junto a otra esencia casi imperceptible, pero algo familiar. Decidí no parar a pensarlo demasiado y concentrarme en el cítrico olor. Exhalé un par de veces para captar el rastro, notando como este empezaba a verse como una estela de color naranja que se perdía tras la puerta que daba hacia las afueras del gimnasio, hacia el lado contrario a dónde toda la gente habia salido.

Casi caigo de bruces al suelo de lo rápido que me levanté para empezar a correr hacia ella y abrirla de par en par con un fuerte empujón. El frío aire de la noche golpeó mi rostro de inmediato junto a la total oscuridad que inundaba el lugar. Por suerte, no tomó mucho tiempo para que mis ojos empezaran a acostumbrarse a la falta de luz gracias a la visión nocturna, permitiéndome ver todo como si llevara una linterna supremamente potente conmigo. Al parecer estaba en un sendero pavimentado frente a otro edificio.

—Según las fotos, este debería ser el edificio principal...—. Ssurré. La anaranjada estela volvió a aparecer, guiándome hacia la puerta de ese lugar. Me quedé observando aquel punto por un rato, intentando encontrar algún deje de la presencia sobrenatural más allá hasta que esta volvió a dejarse ver como una blanca silueta difusa a lo lejos, justo en ese edificio. Retomé mi caminar, ahora, hacia aquel edificio para abrir la puerta mucho más cuidadosa y lentamente. Por alguna razón, mis sentidos se exaltaron, poniéndome los pelos de punta.

El intenso olor metálico me golpeó fuertemente en cuanto puse un pie dentro del lugar. En un acto reflejo, tapé mi nariz, dejando escapar la puerta para luego escucharla cerrarse a mis espaldas. Levanté el rostro, notando el brillante color rojo que emanaba del suelo en el centro del edificio.

Oh no...

Dejé escapar un quejido, en lo que comenzaba a caminar hacia allí. A diferencia de Samuel y Luzu, el olor o la sangre en sí no me agradaba ni creaba alguna reacción en mi cuerpo. Es más, podría decir que hasta le creaba cierto asco a mi lobo. Al estar parado justo frente a su origen, me atacaron arcadas. Mis ojos intercambiaban entre aquellos dos mortales agujeros sobre la blanca piel y los vacíos orbes de aquella chica. Me quedé varios minutos solo viéndola fijamente, grabando aquel rostro y vestido como fuego en mi memoria. No podía creer lo que veía y el que tuviera aquella herida solo me daba muchas más preguntas que respuestas que no pude pararme a pensar o resolver ni por un segundo.

A través de las paredes, pude escuchar las estruendosas sirenas llegar a las afueras del edificio, justo enfrente, lo que me hizo reaccionar del pequeño shock. Era cuestión de segundos para que entraran y me vieran aquí, debía irme. Decidí volver por la puerta de antes, corriendo hacia las afueras, escuchando las puertas abrirse abruptamente en compañía de fuertes gritos dentro del edificio. Suspiré aliviado antes de empezar a caminar de nuevo hacia el gimnasio. Podía escuchar lejanamente algunas voces ya dentro de él, así que decidí rodear la edificación para llegar hacia el bosque, hacia donde toda la gente había salido.

Mi cuerpo parecía moverse en automático en cuanto llegué. Buscaba con la mirada perdida los rostros de mis amigos entre los pequeños grupos de gente. Si aquellas heridas fueron causadas por lo que creo que fue, necesito encontrarlos lo más pronto posible. Sin embargo, no estaban aquí. Intenté concentrarme en sus presencias por su falta de olor, pero tampoco parecían estar cerca o yo estaba demasiado aturdido como para ubicarlos.

—Dios... Samuel, Luzu, ¿dónde están?—. Susurré abatido, sintiendo un fuerte dolor arrasar mi cabeza mientras caminaba lejos de todo el ruido, hacia el estacionamiento en donde había dejado el coche.

Para cuando estuve frente a la puerta del conductor, mis energías estaban al mínimo. La abrí totalmente agotado para desplomarme sobre el asiento, cerrándola de paso. Recostando la cabeza sobre la almohadilla, cerré los ojos, buscando un poco de descanso.

—Hey. ¿Estás bien?—. Escuché seguido de un par de toques al vidrio de la ventana, a lo que abrí levemente los ojos. —Necesitamos que todos estén reunidos en un área para hacerles unas preguntas sobre lo sucedido—. Le asentí comenzando a salir del coche para caminar siguiendo al oficial de regreso al claro frente al gimnasio.

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⏰ Última actualización: Jan 09, 2023 ⏰

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