Conocerte fue lo peor o lo mejor que me ha pasado en la vida. Sí, eso es lo primero que diré.
No esperaba nuestro encuentro, creo que tú mucho menos, de hecho, fue una completa sorpresa el que me dejaras acercarme a ti, al igual que tú a mí, sin objeciones.
Enamorarme no estaba en mis planes, no creí que llegaría a tanto, no creí que una persona como tú enamoraría a alguien como yo, no creí que al ver tus ojos tan de cerca y al sentir a nuestros corazones latiendo al unísono, me hubiera hecho caer.
Tampoco estaba en mis planes ilusionarme, pero debo admitir que fue un error que vino solo de mi parte por ser tan romántico y torpe.
Es solo eso: un error.
Tú no hacías más que sonreírme y cuidarme como el amigo que soy, estábamos uno al lado del otro, todos los días sin falta, jugábamos, salíamos, hasta dormíamos en la misma cama, la promesa de estar juntos en las buenas y en las malas era cumplida por ambos, estaba latente.
También confundía mi mente. De nuevo me ilusionaba.
No había mentiras en esos días. No había de qué culparse. No había porqué llorar.
Pero ese día, esa tarde, esa vez cuando nos encontrábamos solos, cuando tus ojos y los míos se conectaron, cuando tus manos sin querer me rozaron y cuando mi mente se puso en blanco, me di cuenta de algo... Me había enamorado.
Había caído.
Trataba de negarlo. Quise evadirlo. Pero no funcionó, más fuerte se volvió.
Y desde ese ahí, las veces que me encontraba solo, me preguntaba cuando sería el día que te enamoraras de mí. Desde ahí, mis ilusiones y fantasías eran parte de mí día a día.
Fue un poco estúpido de mi parte pensar que nuestra historia sería como la de una película romántica. Pero era un chico enamorado, tratando de buscar respuestas donde no había preguntas.
Buscando amor solo donde había amistad.
Y es en casos como estos cuando mi cerebro comienza a maquinar con fuerza buscando explicación a tus acciones, es en estos momentos donde imagino todo como si fuera escrito en una historia romántica, cuando evidentemente no lo es.
Y odio eso.
Hoy me diste tu suéter, me sentí muy afortunado, me sentí protegido, amado, por supuesto, también me abrigado. El clima era frío y yo, no portaba que nada pudiera cubrir mi cuerpo.
Ese suéter era tu favorito, ahora se ha convertido en el mío de igual manera.
¿Sabes lo increíble que es sentirse tan cerca y tan protegido de la persona que te gusta...? ¿Sólo por un suéter?
No, no lo sabes, porque la persona que te gusta está contigo, a tú lado, tomándote de la mano, sonriéndote, mostrándote ese cariño que a ninguna otra persona le mostraría. Y te hace feliz.
Tu suéter era negro, tú color favorito, todas tus prendas tienen, aunque sea, un poco de ese matiz y sé también que, a ella, también le gusta.
A mí en cambio me gustan los colores pastel, debería ser más masculino, "más hombre", como diría mi madre, pero, ¿Qué puedo hacer? ¿Debería cambiar? ¿Ser algo que no soy por la opinión de los demás?
Soy un hombre, me gustan los colores pastel, me gustan las cosas delicadas, y a veces me juzgan por ello.
Creí que hasta en tiempos como estos, el que un hombre sea más delicado, había pasado por el tubo de cosas que no deberían importarle al mundo.
Pero eso no tomó importancia cuando me lo diste, en realidad, nada importó, ni lo grande que me quedara, ni qué tu perfume me cubriera, ni lo bien que me abrigara, porque luego dijiste: "Se te ve mejor en ti que en mí"
Mi respiración se detuvo por unos instantes y te miré con intensidad. Tú solo sonreíste y acariciaste mi cabeza.
¿Cómo es posible que hagas a mi corazón latir de esa manera? ¿Cómo es posible que viva así por ti? ¿Por qué me haces llorar y reír de un momento a otro? ¿Cómo es que no sales de mis pensamientos? ¿Si quiera lo mereces?
Tal vez, no.
Dirían algunos.
Pero yo creo que sí.
DANI ✨
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Ella || OhmNanon
Fanfiction[1] Enamorarme definitivamente no es fácil. Es una lucha constante. Una lucha que siento interminable. Estoy cansado. Estoy agotado de tanta mentira. Me derrumbo fácilmente, vuelvo a caer por tu sonrisa y esa mirada fría. La amas a ella y yo sigo es...