¿Mi pecado?
Mi pecado fue querer verte sonreír,
Ser el motivo de esa sonrisa.
Fue pensar que podríamos ser felizes aún sabiendo que éramos de mundos distintos.
Pensar que aun si todo estaba en contra...
Podríamos ganar.
¿Mi pecado?
Mi pecado f...
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Habia llegado al campo de batalla, se encontraban muchos demonios y diosas heridos, todo era un caos.
Comenze a atacar a cualquiera que no fuera demonio, todo iba a nuestro favor, hasta que llegaron los arcángeles.
—Oh, Meliodas, es un placer verte—Reconocí esa voz enseguida.
—Lamento no poder decir lo mismo Ludociel, pero después de que acabe contigo, no creo que podamos encontrarnos ni en la otra vida.
—Ay Meliodas, solo un demonio como tu me causa tanta repulsión con tan pocas palabras—Sonreía de manera tranquila mientras se lanzaba hacia mi y me atacaba.
Sus habilidades eran buenas, pero podía con el.
Fue entonces que otro Arcángel me atacó por la espalda, comenzaron a golpearme repetidamente entre los dos, yo me defendía bien, recibía algunas cortadas y golpes pero nada serio.
Fue entonces que sentí un impacto contra mi pecho y me sentí débil, después todos se volvió oscuro.
Abri los ojos de golpe, ¿donde estaba?
Vi una diosa a mi lado que veía fijo afuera de la vegetación, ahí estaban los Arcángeles buscanandome.
Se me hizo raro, ¿Siendo diosa no me habría ya delatado?, luego vi bien nuestro al rededor... Era un tipo de escudo de magia, ¿Ella me estaba protegiendo? ¿Por que? ¿Que diosa protege a un demonio?.
Ellos se fueron, no me habían encontrado.
La chica suspiro de modo para liberar tensión de su cuerpo, yo aproveche para poder matarla, saque una cuchilla y se lo puse en el cuello, ella se quedó estática sin saber que hacer.
—¿Por que me salvaste?
Quería saber la razón de tal estupidez.
Ella respiro ondo para calmarse y hablar más tranquila.
—Todos merecemos la oportunidad de vivir, ya sea que sean humanos, gigantes o demonios.
Enserio que era tonta, la vida inferior moría por ser débil, por eso no tenían la oportunidad de vivir, pero al mismo tiempo pensé en la posibilidad de vivir todos juntos en paz, vaya que esta mujer me hace pensar puras tonterias.
Estaba decidido a matarla, pero por alguna razón, no podía, ya sabía lo que tenía que hacer, pero mi cuerpo no respondía.
Al final solo le hice un pequeño Corte que sanaria rápidamente, pensé que como salvó mi vida, no quería deberle nada.
