𝒯ℛ | ❝ 'Cause I loved you, I swear I loved you
'Til my dying day And I can go anywhere I want
Anywhere I want, just not home ❞.
˚(🪦) ֗ ⋆༄ Donde se dice por ahí, que el
príncipe Aegon quemaría todo
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La verdad era que, Alessanya durante toda su vida, jamás había pisado el interior de la Fortaleza Roja, visto las maravillas de las que Rhaenyra hablaba.
Lo más cerca que había estado, había sido estar en la fosa de los dragones, pero eso solo era cuando tenía pequeñas conversaciones con Aegon, aquellas que la llenaban de alegría y tranquilidad.
En ese momento, estaban viajando a Desembarco del Rey para ver quien tomaría el mando de Driftmark si Lord Corlys no se recuperaba. Alessanya veía a Lucerys sentado a un lado de su hermano, luciendo angustiado y asustado por lo que depararía su futuro y ella no lo culpaba, si estuviera en su posición también lo estaría.
Era cierto que Alessanya no heredaría nada, su madre era una princesa rebelde que en un principio no debía nacer y Daemon se convertiría en el rey consorte. Tenía cierto conocimiento de que los adultos querían comprometer a sus hijos entre ellos, lo cual significaba que de alguna u otra manera, sus hermanas heredarían títulos honorables para ellas.
Alessanya sabía que la historia dejaba nombres y deseaba con toda su alma, que el suyo fuera nombrado como símbolo de poder en el futuro, que las futuras generaciones pensaran en ella para nombrar a sus hijas. Su marca sería la mejor princesa guerrera que el reino hubiera visto, sus antepasados tuvieron títulos excelentes para ellos; Visenya la conquistadora, Maegor el cruel, Isabenya la perdición y Vysena la rebelde, quería que el suyo resonara como eco en el salón del trono cuando contaran su historia.
