Siempre he sido una chica insegura, al menos desde el accidente así lo recuerdo.
En aquel entonces era bastante tímida y aunque ahora considero seguirlo siendo ansío interacción social.
Tal vez parte de mi inseguridad tiene que ver con desconocer mi apariencia de la que solo recuerdo mis grandes ojos café, los que mi papá siempre adulaba y decía que los había sacado de él, aunque desde hace muchos años van cubiertos por unas gafas oscuras, no quiero incomodar con mi mirada fija a Otto o a mi profesora, además de que me ayuda a proteger mis ojos si sufro alguna caída.
Son ya tantos años que no he visto mi rostro o mi cuerpo que he acabado por olvidarlos, además de que supongo que ha cambiado mucho desde aquel entonces, pero simples placeres como apreciar mi reflejo en un espejo son cosas lejanas para mí.La única persona que me ha ayudado con esas inseguridades todos estos años es Otto.
Otto es mi vecino desde que éramos niños, como nuestros patios coinciden y solo son separados por una reja nuestras madres solían dejarnos jugar en casa del otro.
Luego del accidente no hablamos por poco menos de un año, no estaba lista para que nadie supiera de mí.
Un día entonces decidí comenzar a sentarme en el patio de nuevo, llevaba mucho tiempo sin salir de casa y quería sentir los rayos de sol tocando mi piel, ahí fue donde me habló de nuevo, estaba bastante preocupado por mí.Luego cada tarde cuando mi profesora se iba y él llegaba de la escuela íbamos a conversar.
A veces en nuestras charlas me contaba cosas de sus día a día que parecían sumamente interesantes para mí como ir a la escuela, a la playa, de paseo con amigos, a una fiesta, entre otras eran situaciones que sólo podía imaginar.
Luego Otto consiguió una novia, como es normal ellos pasaban mucho tiempo juntos y las charlas en el patio se fueron por un tiempo, eso me hizo sentir terriblemente sola.
Mi madre últimamente no habla mucho conmigo, está siempre encerrada en su habitación o en el escritorio, a la hora de la cena apenas me dirije algunas palabras.Ayer Otto regresó al patio, me contó que había roto la relación con su novia, me sentí mal por él pero a la vez sentí felicidad por mí, extrañaba mucho conversar con él.
Le pedí me contará que había pasado pero se negó a hacerlo, no quise insistir para evitar que se sintiera mal, así que traté de desviar la situación.
- Descríbeme!, le pedí ansiosa.
El quedó algo confundido con mi pregunta.
- Descríbeme, necesito saber como soy, como luzco... Tengo tanta curiosidad que no me puedo aguantar.
Otto accedió.
- Eres hermosa!, fue lo primero que alcanzó a decir, yo lógicamente quedé sorprendida, no esperaba para nada ese comentario.
Luego siguió :
- Tienes el cabello oscuro y largo, con hermosas ondas despeinadas, tu piel es muy clara, creo que porque nunca sales de casa, tu nariz es respongada y pequeña, me gusta mucho... Y tú cuerpo, tu cuerpo es realmente hermoso, en fin, cada parte de ti lo es, tienes las proporciones exactas que harían que cualquier chico se derritiera por ti.-Wow! Pensé, y no me atrevía a dejar salir ni una sola palabra, nunca esperé que me describirse de esa manera.
-Tengo algo que contarte Andrea, dijo Otto, pero deberás esperar a mañana, iré a visitarte a casa y ahí te diré.
-¿Por qué no puedes decirme ahora?, pregunté algo ansiosa, no me gusta la incertidumbre.
-Es una sorpresa, espérame mañana como te dije, ahora tengo que volver a casa a hacer algunas cosas, tú también deberías entrar a casa, se está haciendo de noche y comienza a hacer frío.
-Está bien, respondí apenas sin ganas y entré a casa.Esa noche no pude dormir, en mi mente daba vueltas lo que había dicho Otto, me preguntaba una y otra vez ¿cuál sería la sorpresa?
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Un viaje por tus sentidos
Teen FictionAndrea, una chica con discapacidad visual que sueña con llevar una vida acorde a su edad comienza a independizarse de su madre y a descubrir cómo es la vida, a través de sus sentidos. Pero, ¿será fácil para nuestra protagonista lograrlo con su condi...