Un viaje por tus sentidos

Capítulo 3: La Sorpresa De Otto

Di mil vueltas en mi cama antes de decidir levantarme, luego estuve muy inquieta toda la mañana, ¿qué tendría Otto que contarme que tuviese que esperar?

Cuando al fin decidí comenzar mi día caminé hasta el baño y me duché, cubrí con un albornoz mi cuerpo y me dispuse a elegir la ropa que usaría, creo que soy de las pocas chicas de mi edad que confía en el gusto de mi madre para vestirse. Pero, ¿acaso tengo otro remedio?
Para una vez que recibo visitas quería esta arreglada sin parecer que me esforcé mucho en ello. Elegí un vestido a rayas blancas y negras, y una chaqueta color café.
Busqué mi cepillo para el cabello y me dispuse a peinarme, mi cabello es largo y con largas ondas, me siento afortunada de que sea tan fácil de peinar.
Busqué en el cajón al lado de mi armario un labial y me lo puse, es un color sutil y natural según lo describe mi madre.
Me siento afortunada mientras busco mis gafas de haber adquirido algo de independencia para arreglarme durante todos estos años, existe el mito de que las personas ciegas no somos vanidosos o no nos preocupamos por nuestra imagen pero lo cierto es que a pesar de que nosotros no podamos ver no significa que no disfrutemos de que nos miren bien arreglados.

El típico sonido de mi pancita hambrienta no se hizo esperar, bajé entonces al comedor y el agradable olor a panqueques inundó mi nariz. Mi madre los había dejado en la mesa y me senté gustosa a comerlos.

Cuando mi hambre estuvo saciada subí de nuevo a mi habitación. No me gusta perder el tiempo así que he estado tomando algunas clases de inglés online, me ha ayudado mucho, espero poder algún día tener un trabajo y valerme por mí misma, de veras estaría genial.

Una hora después mi clase ha terminado, me aburro, pongo música y bailo descalza en mi habitación, se siente tan bien! Adoro la música, esta vez es Dua Lipa quien me pone a bailar. Imagino que bailo esa canción en una fiesta y me divierto mucho, eso me emociona cada vez más.
La canción finaliza y trato de calmarme, los latidos de mi corazón están acelerados, me río pensando en lo tonta que debía verme bailando, una loca sin dudas! Jaja

Me siento entonces en mi cama y recuerdo a Otto, ya son la 1 pm, debe estar por llegar.

No quiero pensar y tomo entonces uno de mis libros favoritos, con mis manos recorro cada frase pero no me concentro, la ansiedad corre por mis venas como si fuera mi propia sangre, sentía que precisamente ese día el tiempo había decidido enlentecer su paso.

Respiro profundo y vuelvo a concentrarme. Es una hermosa historia de amor la que leo, desearía tanto enamorarme como sucede en la historia, vivir un romance de libros con un chico, imagino su olor mientras me abraza, la textura de su piel, el sonido de su voz diciéndome hermosas palabras de amor, ir tomados de la mano por algún lugar sintiendo el sonido del cantar de los pájaros...sin dudas me pierdo en la lectura sin tomar cuenta del tiempo .

Por fin llegó el momentos que tanto había deseado en el día  y el timbre de casa sonó, no pude evitar ponerme tensa pero me quedé sentada en la sala, mi madre fue a abrir la puerta y allí estaban Otto y su madre, Olivia.
Mi madre se alegró de verlos, no es común que recibamos visitas, Otto se apresuró a saludarla con un abrazo y caminó hacia mí dejando a las 2 señoras atrás, las cuales se dirigían a la cocina para charlar.

Otto me abraza apenas se acerca, me toma un poco por sorpresa pero lo abrazo de vuelta, el contacto físico se siente bien después de tantos días separados por la valla del jardín.

Yo: -¿Qué querías decirme? Le pregunto impaciente.

Otto: - Tranquila, pronto sabrás.

Yo: -¿En serio aún tengo que esperar? La curiosidad me esta matando.

Insisto en preguntar pero Otto utilizando voz de niña pequeña y este de nuevo se niega a responder y me recuerda que es una sorpresa.

Un olor delicioso comienza a recorrer la casa poco a poco hasta llegar a donde estamos, y ese sonido inconfundible en mis oídos solo puede ser...
- Café!!!! Exclamó de repente mientras me saboreo los labios.
Otto que ya conoce mis gustos deja salir una carcajada. Y como adulta bien madura que soy le saco la lengua, le agarro del brazo y lo dirijo hacia la cocina dando dos pasos rápidos pero luego dejo que el me guíe.

Olivia: -Que bien que llegan, ya iba a buscarlo.

Mamá : - Vamos a sentarnos, he ultimando detalles con Olivia sobre algo que ya me había comentado tiempo atrás y estuvimos planeando por WhatsApp, queríamos que fuera para tu cumpleaños pero no tuvimos oportunidad de acabar todos los detalles para ese día.

Respiro agitada, ¿que estarían tramando todos que era yo la única que no se daba por enterada?

Mamá : - Olivia y su familia se irán de viaje de invierno pronto, sé cuánto has deseado llevar una vida más acorde a tu edad con nuevas experiencias, así que nuestra sorpresa es que irás con ellos! , quiero que disfrutes tu edad y no te la pases acá encerrada entre las paredes de la casa.

Me quedé sin habla cuando escuché a mi madre, en serio iría de viaje? En serio podría salir sin ella de guardaespaldas?

Otto: - ¿Qué te parece la idea? ¿Aceptas? pregunta exaltado, se nota que ha hecho un gran esfuerzo por no confesármelo antes.

Mamá : - Si no quieres ir es totalmente comprensible, no te obligamos, lo dejamos a tu decisión.

Yo: - Si quiero ir!!!, me apresuré a decir con miedo de que se arrepientiense.

Se el esfuerzo que hace mi mamá para dejarme ir, pero eso hora de que ella reconstruya su vida y yo comience la mía.

Otto se apresuró a exclamar de felicidad, me abrazó de nuevo, se notaba que estaba muy feliz. Al abrazo se sumaron mi mamá y Olivia. Creo que hacía años que no me sentía tan feliz.

El viaje duraría 2 semanas, sería a la casa en Madrid de los padres de Otto que antiguamente pertenecía a los padres de Olivia, donde vivieron hasta que Otto nació , me emociona mucho porque año tras año van y Otto me cuenta las historias del lugar, allá tiene muchos amigos y se pasa de maravilla, espero ser yo quien cuente historias esta vez al regresar.