¿Por que él?

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Una semana después

Ya llevaba una semana desde que regrese a mis clases de danza, por lo cual todo mi cuerpo estaba adolorido.

Christina—Arriba, buenos días, Pili, levántate que ya es tardísimo. (Mi madre se acerca a mi cama y me quita la sábana que me tapaba todo el cuerpo).

Pili—Estoy muy cansada, un rato más.

Christina—No, ningún rato más, levántate por favor, que ya se acabaron las vacaciones cariño, te estamos esperando abajo, el desayuno ya está listo.

Pili—No tengo hambre.

Christina—Pili ¿cuántas veces hablamos de esto? Yo pensé que ya habías superado eso de saltarte las comidas. Acuérdate que el desayuno es la comida más importante del día.

Pili—No me vas a obligar a comer.

Christina—Bajas en cinco minutos, y no te estoy preguntando.

Odiaba que la gente me obligara a comer, no podía, necesitaba mantener mi cuerpo perfecto. Me puse la sudadera que estaba tirada abajo de mi cama y baje al comedor, donde ya estaban mis papás y mi hermano.

Lukas—Vaya, ya despertó la bella durmiente.

Christina—Y todavía quería seguir dormida. (Mi madre me acercó un plato de comida, pero era imposible que pudiera comer).

Nicolás—Pili, hoy voy a salir con los chicos. ¿No te apetece venir? Vienen Sira y Ester.

Pili—Em... vale, después de mis clases de ballet, voy con ustedes.

Christina—No piques la comida, ponte a comer.

Lukas—¿Que quieres hija? ¿Se te antoja algo más?

Pili—No, es que no tengo hambre, de verdad no me fuercen que menos voy a comer. (Me pare de la mesa y me fui a mi habitación).

Christina—¡Pilar!

Nicolás—Déjala mamá, ya sabes cómo son las chicas de su edad, les gusta verse bien.

Christina—Pero eso no significa que debe dejar de comer, ella es perfecta así cómo está.


(...........)

Me encontraba en el estudio practicando para una competencia que tenía en un mes en Madrid, no aguantaba las piernas, me pesaban muchísimo por el dolor que sentía.

Dominick—Pili, eleva más esas puntas, necesito que ese salto quede intacto. Más fuerza, más fuerza, eso gira ahí. Bien descansa. (Tome un poco de agua y el maestro se acerca a mi).—Pilar ¿estás engordando? ven que te peso.

Me subí a la báscula con temor a pesar más de lo que debería. Ya que para seguir entrenando con los de alto rendimiento necesitaba estar muy delgada.

Dominick—47 kilos. Te dije que no comieras comida grasosa, subiste 4 kilos. ¿Si sabes que no estás haciendo el salto perfecto verdad? Estás gorda, necesitas adelgazar, tanto peso no te va dejar saltar bien. Acuérdate que en un mes los de alto rendimiento tienen una competencia en Madrid y el próximo año son las audiciones para el ballet de Nueva York, no puedes ser excelente un día y el otro un desastre. Necesito que empieces con dieta de nuevo, nada de azúcares, ni pan, ni lácteos, puras ensaladas ¿me oyes?

Pili—Si.

Dominick—No te escuché.

Pili—¡Qué si!

Solamente si es con él Donde viven las historias. Descúbrelo ahora