365 Pensamientos Escritos Al Azar.

Dos vidas, dos caminos.

Me abandonaste
Y huiste como un cobarde.
Nunca te atreviste a llamar,
Tampoco recibí un mensaje de tu parte.
Entonces yo jamás me animé a escribirte.
El miedo me cegó y preferí no buscarte.
Nunca volví a saber de ti,
entre tanto caos de la ciudad.
Nunca volví a creer en palabras similares a las que tú dictabas.
Todas ellas fueron falsas, así como tú,al engañarme.
Nunca te importé.
Pero tú, a mí sí.
Más de lo que me gustaría admitir.
Te elegiste un lugar en mi corazón
Y fuiste el primero en levantarse y correr lejos de él.
Fuiste el primero que tuvo poder en mí corazón y sentimientos.
Pero también fuiste el primero en tomar mis miedos y volverlos realidad.
Y romperlos, tirarlos y destrozarlos contra la pared.
Fuiste el primero en agarrar mis sueños y pisotearlos,como si fueran barro en las suelas de tus zapatos.
Fuiste el primero en quien confíe,y me demostraste que no eras lo que yo creía.
Me demostraste que uno de los dos no encajaba en ese rompecabezas.
Uno de los dos no coincidía.
Que no estábamos hechos para ser medias naranjas, tampoco medios limones.
Nuestras vidas no estaban destinadas a encontrarse.
Pero aún así yo te di una oportunidad.
Desafíe al tiempo y al destino.
Busque soluciones dónde no las había.
Incluso llegué a culparme porque las cosas no funcionaban, cuando no era yo la equivocada, eras tú quien nunca ayudó.
Quien prefirió rendirse y escapar.
A quien no le importó el rumbo de nuestras vidas.
Y fue así como terminamos.
En una emboscada,creada por la vida.
En una guerra sin nombre.
Cruzados en un fuego que no tenía intención de apagarse.
Pero con un invierno a punto de intervenir.
Fue así como tú preferiste subir a ese tren y no volver.
Fue así como yo te vi irte y no te pedí que te quedes.
Fue así como jamás nos volvimos a encontrar.
Y nunca nos volvimos a buscar.
Cuando nuestras voces solo se encontraban a minutos,a segundos en una llamada telefónica.
Un Creo que al final nuestra historia jamás debió existir,de lo contrario tu nunca te hubieras ido y yo te hubiera esperado.
Sí debió de existir no tendría que haber terminado como lo hizo.
Tú no te hubieras rendido y yo tal vez te hubiera dado una segunda oportunidad.
Pero las segundas oportunidades no existen y lo nuestro tampoco, porque ya se terminó, cuando tú cruzaste esa puerta y cuando yo no corrí detrás de ti.
Pero así fue como tenía que ser.
Cada uno en un camino diferente.
Tu allá y yo acá, a miles de kilómetros.
Dos vidas,dos caminos.
Que una vez quisieron ser uno, pero nunca lo lograron.
Porque nunca se pusieron de acuerdo
Y así terminó.
Unos corriendo, otros caminando y otros remando contra corriente solo para demostrar las diferentes formas de ser feliz.
Y ellos lo demostraron, cuando hablaron y se contaron los más profundos secretos.
Pero también cuando no les importo las circunstancias y decidieron despedirse después de tanto dolor.
Porque sus vidas solo se habían resumido en un horrible dolor,sin intención de terminar.
Pero las flores volvían a renacer.
Y aquellos que ya no se encontraban juntos lo hacían al compás de la primavera,en diferentes realidades, en diferentes hogares.
Ya no había dolor ni vacío en sus corazones.
Ya no había malos recuerdos.
Solo abundaban los pensamientos.
Los planes y las ideas para un nuevo futuro.
Solo buscarían el camino a la felicidad después de tantas tormentas.
Solo se sentarian debajo del sol, a ver como este alumbraba y calentaba al mismo tiempo.
Solo dejarían que el tiempo corra ,sin prisas por el reloj desgastado de la repisa.
Solo esperarían que la noche avance para escuchar los ruidos de la oscuridad.
Los ruidos que siempre estuvieron, pero de los que nadie se percató.
Porque estaban tan empecinados en pelear,en esa vida cotidiana llena de gritos, que jamás se miraron fijamente a los ojos.
Que jamás escucharon el bombear de sus corazones.
Pero ya era tarde.
Porque ambos habían elegido diferentes formas de vivir.
Porque no había forma de volver al pasado.
Aunque si de cambiar el futuro.
Si de cancelar los planes y detenerse a detectar los minúsculos detalles que siempre habían pasado por alto, pero que siempre se encontraron más cerca de lo que realmente se creía.
Pero ya era tarde.
Las horas habían pasado y era imposible volver a ellas.
Solo se podía secar las lágrimas y seguir caminando por las calles.
Con la vista al frente y un montón de pensamientos rodeando los sentimientos.
Con un montón de posibilidades y palabras no dichas que jamás tendrían la oportunidad de cobrar vida y salir a la luz.
Porque las decisiones estaban tomadas y ya no había nada por declarar ante un desconocido que prefirió escapar del destino disfrazado de tiempo.