•El rostro del fantasma.

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Su cuerpo temblaba, se sentía tan frío que llegó a creer que estaba muerto, la respiración en su cuerpo era lenta y torturosa, le dolía. Su cuello ardía, y sus piernas estaban entumecidas.

Sus ojos no podían abrirse pero escuchaba risas y murmullos a todo su alrededor. Entonces, escuchó con claridad. — Dejunie, despierta, ternura.

La orden fue automático, sus ojos se abrieron apenas la tenue voz aterciopelada, apenas los abrió se dió cuenta en dónde estaba. Había una gran lámpara en techo, las paredes estaban agrietadas, había un gran espejo con una rotura en el medio.

Él estaba en una tina gigante de color blanco, ahora tenía sentido la frialdad de su cuerpo, el agua estaba helada que sentía entumecidas sus piernas, las cinco figuras estaban frente a él

El de cabellos grises tocaba sus piernas, el de los ojos gatunos lo miraba fijamente pegado a la pared, el de los ojos rojos era quien estaba a milímetros de su rostro, el de los cabellos azules tocaba su pecho desnudo, y el de los ojos completamente negros tocaba sus glúteos dentro del agua. Dió salto cuando sintió los dedos adentrándose dentro de sus nalgas. Aquella cosa solo sonrió haciendo ver sus negros ojos, mucho más brillosos.
— ¿Te asusté, cariño?

No le dió tiempo de responder, rápidamente el de los ojos rojos habló. — Ahora estás limpio.

— Ya no huele a él. — Dijo el de los ojos gatunos. Los demás asintieron.

Dejun estaba desnudo, habían lavado su cuerpo, había un olor agradable en el agua helada dónde estaba sumergido.

— No debiste de borrar la pureza de tu piel. — Dijo el de los ojos negros.

— No debiste de abrir tus piernas para ese hombre. — Ahora habló el de cabellos azules.

— Él te ama.

Dejun sintió temor. Habían lavado su cuerpo porque se acostó con Jaehyun.

— Oh, claro que sí mi amor. — Mencionó el de cabellos grises, sintió que había leído su mente. La sonrisa creció mucho más en su rostro y repitió. — Dije, claro que sí, mi amor.

— Ahora entiendes que no tenías que estar con alguien más antes que nosotros. — Habló seriamente el de ojos negros aún con sus manos sobre sus muslos.

— Es doloroso, mi amor, pero aún así, te queremos. Te haremos sentir mucho mejor que él. Te daremos amor.

Todos tenían grandes sonrisas en sus labios, sus dientes eran brillosos colores blancos con unos pequeños pronunciados colmillos.

Dejun se sentía expuesto, después de todo estaba desnudo pero, era mucho para él. Las máscaras le causaban terror y tocó en su mejilla dónde aún sentía el corte en su rostro.

— ¿Quiénes son ustedes?

— Ya nos conoces. — Mencionó uno, le hacía sentir tan tímido con su impotencia, Dejun tragó saliva. Estaba asustado, las máscaras aunque cubrían todo su rostro, hacia notar sus tétricas sonrisas. — Él, te habló de nosotros, ¿Lo olvidas?

Como olvidarlo, las historias de los cinco tenía tanta oscuridad como lo tenían sus miradas. Asintió con miedo, quería gritarle que dejarán de tocar su cuerpo.

— Creo que estás listo. Vamos a vestirte.

Cargaron su cuerpo con tanta facilidad que ni siquiera sintió el tacto en su piel, es como si aún solamente fuera él y el agua.

Estaba tan expuesto pero se dejó hacer porque tenía miedo, y porque si saldría corriendo no lo haría desnudo.

Lo vistieron con nueva ropa, a decir verdad, era similar a la que ellos usaban, camisa blanca de mangas largas anchas y encajes a todos sus alrededores, unos pantalones negros flojos con cadenas y broches dorados, si no es que sea oro real. No podía moverse, y no era solo por el miedo. Literalmente su cuerpo no le hacía caso a sus súplicas, el tipo de los ojos gatunos sonreía sin quitarle la mirada encima. Sentía que los ojos verdes brillaban mucho más.

Phantom. WayVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora