•Las lágrimas de los fantasmas.

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Sus ojos se abrieron y ni siquiera sabía que se había quedado dormido o que todo no fuera real. Tenía solo sus pantalones puestos con el pecho al descubierto. Supo con facilidad en donde estaba. Era la habitación de Jaehyun.

Jaehyun salió del baño igual con el pecho expuesto.

Aparte de saber dónde estaba, también sabía en cuando estaba. Es cuando habían terminado de tener sexo con Jaehyun.

Recordó la confesión de amor de Jaehyun, las manos de su amigo acariciando su cuerpo.

Su pecho se alzó de alegría corrió a los brazos de Jaehyun sintiendo lágrimas en sus ojos ante saber que estaba bien. — ¡Hyun, tuve un sueño horrible, tenía mucho miedo, te extrañé tanto!

Jaehyun lo abrazó acariciando sus grises cabellos, la calidez de su mejor amigo lo arropó mucho mejor que una gruesa manta en invierno. Sintió los protectores brazos de su amigo rodearlo por completo.

— ¿Qué pasó, Dejun?

— No quiero recordarlo, Hyun.

Deseó que Jaehyun lo besara de nuevo, deseó senir nuevamente los tibios labios de Jaehyun. Y como si su mejor amigo le hubiera leído la mente tomó su mentón atrayendolo a sus labios.

Se dejó besar, se hizo el inmóvil para que Jaehyun se encargara de todo, sintió paz, y amó lo que su cuerpo sentía.

— ¿A sí te gusta Dejunie?

Asintió mirándolo a los ojos y luego retrocedió. No eran las bonitas perlas castañas, eran esos ojos gatunos de color verde, luego rojos, neon, grises y negros.

Había una enorme sonrisa en los labios de quién creyó ser su amigo. Sus oídos dolieron cuando él hablaba. Eran todas las voces de ellos por segundo.

Los ojos y las voces cambiaban y hablaban con burla. — Nuestro pequeño Dejunie, ¿Decepcionado corazón? Has dormido lo suficiente. Es hora de despertar. Ven a jugar con nosotros. Te vamos a dar amor.

La figura de Jaehyun se hizo cenizas frente a sus ojos llenos de lágrimas. Dejun fue ingenuo a creer que todo era una mentira. La habitación se caía a pedazos creando oscuridad.

Y entonces despertó. A unos pasos de la salida, Dejun golpeó su pecho, gritó y corrió creyendo que ahí Jaehyun lo esperaba, creyendo nuevamente que podía salvarse. Corrió con las lágrimas sin dejarle ver algo, y cuando sentía podía salir. El suelo se partió por completo sin siquiera poder saltar, sin siquiera poder dar un paso porque la oscuridad lo tragó por completo.

Cayó a más de seis metros y se golpeó contra un nuevo suelo. Su cuerpo dolió, sus manos se rasparon. Todo dolía, pero no murió. No como Guanheng lo había hecho.

Dolía y mucho, pero sus manos y piernas estaban intactas, podía moverse aún así fuera doloroso.

Estaba gateando por el suelo. Kun apareció con su inigualable sonrisa y en ese mismo momento aparecieron los otros cuatro dos de cada lado. — ¿Dormiste bien?

— ¿Deseabas una canción de cuna? — YangYang le siguió después de Kun.

— ¿Un beso de buenas noches?

— Quizá un abrazo.

— Déjenme ir. — Pidió, de todo su cuerpo lo que más dolía era su hombro izquierdo, su mano lo sostenía con fuerza cómo si fuera a aliviar el dolor.

— ¿Te duele? — Guanheng habló, su mano derecha sostenía su máscara. — Caiste de muy alto.

— Te quitaré el dolor. — Chittaphon quien también sotenia su máscara quitó el leve agarre y está cayó partiendose en pedazos como cristal y diamantes por todo el suelo.

Phantom. WayVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora