Ella estaba en su apartamento se había despedido de Mara en la mañana, compartieron el desayuno un ambiente que la hacía olvidar sus sentimientos.
Si se sentía culpable había dejado ir una gran oportunidad en su carrera para llegar a ser una Arquera Profesional. Un campeonato como ese no estaba a la vuelta de la esquina y lo sabía.
Con ese peso en su alma solo quería estar sola y pensar por que todavía no lograba entender como podía haberse equivocado de esa forma y en su mente solo había preguntas.
¿En qué me equivoqué?
¿Porque olvide como hacerlo?
¿Que me pasó allí?
¿Porque lo arruine?
¿Y si ellos tenían razón, y talvez nunca estuve lista para afrontar esto?
Todo esto la atormentaba no importa cuando saliera a divertirse junto a Mara siempre tenía un vacío en su vida del que nadie sabía. Probablemente terminaría cosumiendola.
Sus actividades diarias se vieron afectadas por esto aunque su rendimiento académico seguía normal no se podía decir lo mismo de ella.
Los ataques se volvieron más constantes los comentarios por parte de las compañeras del equipo no pararon y si ella se hacia la fuerte frente a todos ellos pero su casa, la almohada y el espejo de su baño sabían la verdad.
Al regresar siempre pasaba horas en la ducha llorando en silencio cuando acaba de iba directamente hacia su cuarto donde se ponía la ropa para dormir. Metiéndose debajo de las mantas para seguir dejando hablar a su corazón hasta el amanecer.
Ya no era la misma y eso era lo que más estaba buscando.
