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En la primavera de su segundo año en la escuela secundaria, el primer día de clases, se había sentido nervioso desde la mañana.

Este día comienza con una auto-presentación , en la que Hira es patéticamente malo. Cuando vio el cartel que anunciaba la ubicación de la clase, se sintió aún más angustiado. Hubo muchos estudiantes gentiles el año pasado, pero este año, hay mucha gente popular incluso en este grado, y el nivel de riesgo es alto para estudiantes como Hira.

A pesar de que todavía tartamudeaba, había estado practicando mucho el año pasado, y en este punto apenas cometió errores notorios. Hira, que tiende a mantener la cabeza gacha y es reservado, es reconocido como de clase baja y piensa que está bien que lo vean de esa manera. No está de más ser completamente ignorado como una persona típica en la clase más baja de la pirámide social, en lugar de ser compadecido y tratado como extraño por enfermedad o inferioridad.

Por favor, que este año sea pacífico.

Con este deseo en mente, Hira ingresó a su nuevo salón de clases. Se sentó en el asiento de acuerdo a su número de asistencia e inspeccionó el salón de clases a través de los espacios en su largo flequillo. De alguna manera, ya se han formado grupos. El salón de cases en el primer día es un campo de batalla brillante y animado en la que todos luchan con un rifle imaginario. Hira solo observa.

Sonó el timbre y entró el tutor. Después de un breve saludo, comenzaron la habitual auto-presentación y Hira respiró hondo sin llamar la atención. Uno, dos, tres. El aire inhalado presiona contra su estómago y se establece la estabilidad. Han pasado más de diez años desde que estaba en la escuela primaria, por lo que estaba acostumbrado hasta cierto punto.

Todos dicen sus nombres y pasatiempos en orden. El maestro de aula responde a cada broma y hace reír a todos. Mientras tanto, Hira mantuvo raya la ansiedad al pensar en la imagen de capitán pato fluyendo sin resistencia.

A medida que se acercaba su turno, el chico frente a él se puso de pie.

''Soy Kiyoi Sou''.

De repente, tuvo la ilusión de estar colocado en una marea baja. Cuando levantó la cabeza, arrastrado por ese tirón magnético, todos los estudiantes del salón de clases miraban hacia allí al mismo tiempo.

Hira no podía ver e rostro del estudiante llamado Kiyoi desde donde estaba sentado. Desde allí, todo lo que podía ver era una mandíbula increíblemente hermosa y un cuello delgado y largo. Debido al tamaño de su cabeza, las proporciones de su cuerpo eran muy buenas.

Kiyoi solo dio su nombre y se sentó sin más presentaciones.

''Oye, ¿no hay nada más?, ¿Qué hay de tus pasatiempos?''

Inclinó la cabeza ante la pregunta del profesor.

''No realmente''

Apoyó el codo en la mesa con la barbilla en la mano y con una pierna sobre la rodilla. Sim embargo, sus extremidades son largas y delgadas, por lo que es sorprendente como se ve igual a un modelo que está posando.

Aunque no dijo nada interesante, las chicas se rieron como si se sintieran tímidas y los chicos también sonreían. Parecía que era una persona de la cima de la pirámide social.

''Luego, el chico en el asiento 13''.

Los ojos de Hira estaban fijos en la esbelta espalda, sin darse cuenta de que estaba siendo llamado.

''Oye, número 13, ¿qué pasa?, ¡El grande allí!''

Hira se sobresaltó cuando Kiyoi se dio la vuelta de repente.

El impacto fué como si alguien aplaudiera frente a sus ojos.

Él era hermoso. Las esquinas de sus ojos parecía haber sido barridas con un cepillo. Nariz fina y labios bien formados. Sus rasgos, que parecían haber sido cuidadosamente creados y arreglados por Dios, eran más hermosos y atractivos.

Sus ojos se posaron en Hira, como si lo estuviera observando brevemente de pies a cabeza., luego desvió la mirada como si hubiera perdido el interés de inmediato.

No vale la pena.

Hira entendió que fué juzgado en un instante. No había sentimientos de ira ni tristeza. Tal arrogancia le sentaba demasiado, él, que era increíblemente hermoso.

Mientras miraba como un toto cautivado, sintió que algo golpeaba suavemente su cabeza. Cuando levantó la vista, el profesor con un cuaderno enrollado estaba justo a lado de Hira.

''No estás respondiendo sin importar las veces que te llame. Preséntate. No te distraigas en tu primer día''.

Hira se puso de pie rápidamente, como si le estuvieran dando una fuerte patada. Quería decir solo su nombre. Soy Hira. Solo eso. Sin embargo, tropezó con la primera sílaba.

''Hola-''

Esto es malo. Cuando pensó eso, no pudo parar más.

''Hola-Hola-Hola-Hola-hi-hi''

Kiyoi, el profesor y todos lo demás lo miraron con la boca abierta. Mientras tartamudeaba sobre esta sílaba repetidamente como una abeja, su rostro de repente se calentó. Un sudor frío se resbalaba por la espalda y por debajo d las axilas.

''Ah lo tengo, Hira Kazunari. Puedes sentarte''.

El profesor que entendió algo dijo eso, así que Hira se sentó en la silla.

''¿Qué fué eso?''.

''Oh Dios mío''.

''¿Se acaba de reír?.*

''Dijo que...''

*(TN: Debido a que Hira tartamudeó ''hihi'', creen que se rió).

Los susurros volaban por todo el salón de clases.

Incluso sin levantar la cara, los ojos que lo juzgaban lo perforaban de principio a fin.

Ahh, Capitán Pato.

Incluso si pensaba que estaba acostumbrado a varias situaciones como esta, en momentos como este siempre quería desaparecer. Se agregó una nueva vergüenza a la vergüenza acumulada hasta ahora, y el muro en e se atrapó se volvió más grueso nuevamente.

¿Por qué soy así?

La presentación de sí mismo continuó y, finalmente, dejó de escuchar los susurros.

Cuando levantó tímidamente la cara, en el salón de clases, lleno de sol primaveral, las espaldas de sus compañeros parecían extrañamente dignas de en sus ojos. Las vidas de todos eran mundos aparte de la suya, donde siente que se está muriendo.

En la esquina de sus ojos, una vez más ocultos, notó un dedo que golpeaba.

Era Kiyoi.

Está sentado perezosamente en su silla, con sus largas piernas cruzadas y jugando en secreto con su teléfono. Dedos delgados y largos se deslizaron hacia arriba y abajo, hacia la izquierda y deracha en la pequeña pantalla. Sus dedos parecían estar bailando.

Las presentaciones en la clase continuaron, pero él no estaba escuchando en absoluto.

Hira levantó lentamente la mirada y como si se abrieran las cortinas del escenario, lo vio en todo su majestuoso brillo.

Una cabeza pequeña con una región occipital bien formada. Cuello y extremidades largas. El cabello castaño claro reflejaba la luz del sol con sus contornos casi derritiéndose. Dejó de jugar con su teléfono, apoyó a barbilla en la mano con un codo sobre la mesa y bostezó, luciendo aburrido.

Estaba en un estado de ánimo totalmente diferente al de Hira, que tenía ganas de morir. El mundo de Kiyoi y sus compañeros de clase también parecía completamente diferente.

Hira y él eran los únicos que parecían estar en un mundo diferente.

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⏰ Última actualización: Jan 12, 2023 ⏰

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