Lost in Arrogance| Neji Hyūga

Capítulo 21

La pelinegra se sentía nostálgica de caminar por las calles de Konoha, habían pasado solo unos meses desde que se fue, pero para ella habían sido una eternidad.

La aldea estaba tal cual como la recordaba.  Vestía con una capucha y una capa que cubría la mayor parte de su apariencia física, no podía dejar que la vieran o la reconocieran, no sin antes ver a Neji, a su amor. Lo había extrañado tanto.

Cada día había estado pensando en él, y aunque muy en su interior no quería aceptar que posiblemente ya no volverían a verse, la esperanza no había muerto. Y los giros del destino la habían traído nuevamente hasta aquí.

No era muy difícil para ella saber dónde encontrarlo; en los terrenos dedicados al entrenamiento Hyüga. Con un poco de suerte ningún miembro del clan notaría quien es, y podría hablar con él.

A medida que sus pasos avanzaban por la aldea, se empezó a sentir nerviosa, cada vez estaba más cerca del lugar, presionó con fuerza sus manos entre sí, dentro de la capa, intentando calmarse, sabía que él estaría allí y no tenía idea de lo que pasaría después, pero estaba decidida; una vez allí no volverá atrás.

Cuando estuvo cerca, en medio de la puesta de sol, sus ojos oscuros divisaron a un hombre de estatura alta, con su cabello castaño corto, que le daba un aspecto distinto y varonil. Se preguntó qué había ocurrido para que haya decidido finalmente cortarse el cabello. Iba a seguir detallándolo pero sus miradas se cruzaron, de inmediato él paró su entrenamiento.

La joven de cabello azabache siente su corazón detenerse por un instante, un dolor punzante invadir su pecho y un nudo formarse en su garganta. Por supuesto que era él, no importa cuanto haya cambiado en estos meses, ella lo reconocería sin dudas, reconocería esos ojos color plata que ahora estaban acompañados por una oscuridad debajo de ellos, para ella seguían siendo hermosos, esos ojos, sus ojos que la miraban con estupefacción, porque él también la reconocía, a pesar de estar oculta tras esa capucha.

— ¿Katsumi?—lo escuchó preguntar a lo lejos. En ese momento miles de emociones salieron a flote, todo lo que había guardado por tanto tiempo.

Ella no respondió a su llamado al instante, en cambio, se acercó más hacia él asintiendo en respuesta con un movimiento de su cabeza. Aunque él sabia que era ella, era como si necesitara que se lo confirmara.

Dejando atrás su entrenamiento se apresuró a su encuentro y lo primero que hizo fue abrazarla con fuerza. Ella abrió sus ojos con sorpresa, no esperando este recibimiento por su parte.

—Sabía que volverías— le escuchó decir con una voz increíblemente cálida y llena de cariño, que nunca le había escuchado antes. El momento es tan conmovedor para ambos que caen de rodillas, mientras él sigue sujetándola con sus brazos, como si no quisiera soltarla nunca más, como si soltarla significara perder su vida—.Por favor... perdóname—susurró en el costado de la joven mientras intenta esconder su rostro entre su largo cabello y su hombro izquierdo—.Todo, absolutamente todo, es mi culpa.

—Neji... Lo siento tanto, nada es tu culpa—sollozó en respuesta a ella, sin poder contener el manojo de emociones que experimentaba en ese instante. Deseaba que ese momento fuese infinito y nunca más tuvieran que separarse, que el pasado quedara atrás junto a todo el dolor y el daño causado.

Porque no eran solo una canción con notas bajas que no transmitían nada, ellos eran una canción que pocos entenderían pero que era suficiente con que ambos la sintieran en sus corazones.

En pocos segundos unos cálidos y necesitados labios la besaban, casi con desesperación. Las ansias que había frustrado los últimos meses era demostrada en esas caricias, él nunca había necesitado tan angustiosamente a una mujer hasta que la conoció a ella, pero haberla perdido, lo había sumergido en un abismo sin fondo en el que solo volvió a ver la luz en sus brillantes ojos oscuros que lo miraban con amor, un amor que no supo comprender y valorar antes.