CAPÍTULO 1

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Bajé del coche de mi padre y me diriji a la puerta de mi nuevo instituto. Acababamos de mudarnos desde Valencia a Madrid. La verdad es que allí no dejo mucho, bueno, si, a lo más importante de mi vida, mi gran apoyo, mi mejor amiga. Ella y yo nos conocíamos desde que tanemos 2 meses, y dicen que una amistad que dura más de 7 años es para siempre, ¡MENTIRA! ¡NO HE OIDO MAYOR MENTIRA EN MIS 16 AÑOS! No es para siempre, no si unos cabrones transladan a tus padres muy lejos de tu amistad.
Entro por la puerta de aquel gran edificio y varias miradas se posan en mi. Camino con la mirada pegada al suelo. Soy muy vergonzosa al principio y no soporto que me miren fijamente. Lo peor es que estamos a mitad de curso. Ser nueva a principio de curso es mejor porque se pasa mas desapercibida.
Me dirijo a secretaria y les digo que soy la nueva.
-Venga, acompáñeme.- me dijo la directora.
Es joven y guapa. Nada que ver con el típico director. Para empezar porque es del sexo opuesto.
-Esta es tu clase.-dijo señalándome una puerta azul con unas cuántas palabras rayadas.
-Gracias.- dije sonriéndole posando mi mano sobre el pomo de la puerta.
-No es nada. Cualquier problema, al tutor o a mi. Hasta luego.- se fué.
Me quede una rato alli, escuchando como el sonido de los tacones de la directora chocaban contra el piso. Conté hasta diez, coji aire y suspire. Abri la puerta lentamente. Apenas me salia un hilo de voz cuando pronuncie "Buenos dias" ya que todas las miradas se habían posado en mi.
-Oh, tu debes de ser la nueva, pasa- dijo el profesor dejando la tiza.
Era guapo, joven, alto. Me ruborize, tenia una belleza ante mis ojos.
Me acerqué, con paso ligero pero lento, la mirada pegada al suelo.
-Presentate, venga- dijo sonriendome.
-Hola, me llamo Maria, tengo 16 años y vengo de Valencia.
-Venga, ahora señalare por orden y vais diciendo los nombres uno por uno, a quien señale, lo dice.
Iban diciendo los nombres uno a uno.
-Dani.
-Jesus.
Espera... ¿¡Que!? Les mire detenidamente. Son... Me va a dar algo. Estoy en el instituto al que van Jesus y Daniel. GEMELIERS. Mis idolos. Mis amores platonicos.
Pensando acabaron de decir los nombres y el profesor me tuvo que dar un empujoncito para que reaccionara.
-Sientate, allí, al lado de Jesus.
Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda y mierda. Joder, joder, joder. Me ha sentado al lado de Jesus, Jesus Oviedo Morilla. Me acerco con la mirada fija en un punto fijo, joder, no puedo mirarle a la cara, es que... No puedo. Me siento a su lado u me sonrie.
-Hola guapetona.
-Ho...hola- dije sin mirarle.
-Mirame, anda.
-...
-Venga mirame.
Suspiro y le miro a los ojos. Me pierdo en su mirada. No digo nada, pero el tampoco. Seguimos mirandonos a los ojos, siento cosas increíbles. Tenemos una conexion mediante los ojos. Seguimos morandonos. Riiing Riing. Suena la campana que anuncia el recreo y volvemos a la Tierra. Me sonrie y le sonrio. Contemplo su sonrisa un momento y me giro. Recojo mis cosas y me levanto.
-Adiós- me dice
-Adiós- le dije tímidamente saliendo por la puerta.
Me dirijo a mi taquilla, que sabia cual era gracias a la informacion que me habia dado la directora anteriormente. Pienso en Jesus, su mirada penetrante. El es... Simplememte perfecto. Y yo solamente soy una mas. Nunca veria nada en mi.
-Ay, lo siento...- dijo una voz estridente despues de haberme estampado la puerta de su taquilla en la cara.
-No te preocupes.
-Oye, ¿tu ere sla nueva?
-No me lo recuerdes.
-Ven, vamos juntas al recreo, te presento a mis amigos y amigas.
-Estaaa ¡aaah!- no puede acabar de hablar porque me cojio del brazo y corrimos por todo el pasillo.
Genial, mas miradas posadas en mi...
-¡Hola chicos!- dijo la chica cuyo nombre todavia no sabia saludando con la mano.
-Hey- contestaron unos cuantos.
-No...puedo...mas...- dije sin casi poder hablar.
-¡Chica! Te hace falta hacer ejercicio, vaga, si no hemos corrido nada.
-Si, claro..- dije ironica soltando una pequeña carcajada.
-Bueno, esta es...- dijo pensando - ¿tu nombre?
-Maria- dije riendome- ¿el tuyo?
-Anna a su servicio mi señora. Por cierto, no trabajo los dias laborales, ni el sabado, ni el domigo, gracias
-Hola, encantada, soy Miriam.
-Yo Alex
-Javier
-Susi
-Dani- Dani... ¡Dani!
-Tania
-Jesus- dijo mirandome fijamente.
-E... encantada.
-Y bueno, cuentanos sobre ti. No se, para conocernos mejor.
Les conte infinidad de cosas. Les dije que alli, en Valencia, practicaba ballet y patinage. Les conte tambien mis colores favoritos, comida, etc. Me hicieron infinidad de preguntas. Hubo una... Una que puff... Me costó contestar.
-¿Que grupos de musica te gustan?- me dijo Jesus sonriente
-Mm... ¿Vosotros?- dije timida.
-¿Enserio? ¿Eres gemelier?- se sorprendio Dani.
-Si. ¿Que pasa?¿No puedo?- rei
-No, no. Si que puedes, claro- dijo Jesus.
Acabo la hora del patio y volvimos a clase. Pasaron las horas lentas, ya que me aburria demasiado.
Por fin libre sali a toda pastilla del instituto. Me diriji a la puerta y esperé a mi padre.
Esperaba y esperaba, y como ví que no llegaba le llame.
-Oh, lo siento cariño... No puedo ir.
-Tranquilo, no pasa nada- colgué, miré el movil y resoplé.- ¿Y como vuelvo yo ahora a casa? ¿Con mi unicornio rosita llamado Stif, que tiene el pelo azul?- hablé para mi misma sentandome en la hacera.
-Si te sirve una moto y no tu unicorno te puedo llevar- dijo una voz a mia espaldas.
-Jesus...- dije girandome.
-Dime- se sento a mi lado.
-Oh, nada, solo estaba comprovando quien eras, podias ser un violador.
-Eres tonta- dijo riendo.
-¿Yo?- me hice la ofendida y reí
-Cuéntame algo.
-¿Como que?
-No se... ¿Que tal con el tema de ligues?
-No he tenido nunca ninguno en mi vida. Ni me he basado con nadie- dije avergonzada- soy petética, lo se.
-No, que va. ¿Patética?¿Tu? Ni en sueños de tu peor enemiga.
-Bueno... ¿Tu?
-Ahora estoy de lío con Aroa. Pero no creo que dure mucho.
-Oh... Bueno, ¿vamos?- dije levantandome
-Vamos.
Subi a la moto con cierto miedo. Le coji con fuerza, pensaba que caeria en algun momento, a pesar de estar parados.
-Tranquila, no te pasara nada...
-Buff, esta bien, intentaré no cojerme fuerte, pero me estoy cagando de miedo...
Rió y arrancó. Le indiqué donde paraba mi casa y me dejo allí.
-Te acompaño hasta la puerta- dijo siguiendome.
-Esta bien.
-Adios.- dije dandole una abrazo- Gracias.
-No es nada. Ya nos veremos.
Me quedé observando como se alejaba con la moto. No me podia creer todo lo que me habia pasado. El corazón me iba a mil.
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