Cambios

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Un nuevo día había comenzado. Mariana bajo a la cocina con su uniforme puesto, y su cabello recogido en una coleta despeinada. Al bajar, se encontró con su hermano el cual acababa de regresar de su viaje de España.

-Hola Mar, ¿como te encuentras?- Juan Pablo, su hermano, estaba sonriendo de una manera sospechosa lo cual hizo que a Mariana le diera curiosidad.
-Hola Juan Pa, la verdad no tan bien ¿y tu? - dijo esperando una respuesta que la sacara de sus dudas. Ella se preguntaba por qué su hermano se comportaba tan raro.
-Me siento muy bien, tu por otro lado creo que tu humor cambiará durante el desayuno.
-¿A qué te refieres?- pregunto ella, pero su hermano no le respondió.

Después de varios minutos de suspenso, Ana, la mamá de Mariana, bajo y le entregó un plato con unos waffles.
-Mariana, creo que ya sabrás que algo está ocurriendo.
-Si mamá, los noto muy raros a todos y nadie me dice que está pasando- dijo ella mostrando mucha confusión.
Ambos, su hermano y su madre, se voltearon a ver y esperaban con ansias decirle las noticias.
-Escucha Mar- prosiguió su madre - he notado tu humor los últimos días de escuela y he notado que no estás contenta, y por eso tu padre y yo hemos decidido que sería una buena manera de empezar el año escolar si estuvieras rodeada de gente que de verdad si te hará feliz.
Mariana no sabia que pensar. ¿Sería este el cambio que tanto estaba buscando? Quería salir del laberinto eterno en el que se encontraba, y consideraba si acaso sus padres la ayudarían.
-Mamá, de que estás hablando? -preguntó con ansias.
-Mar, a partir de mañana dejarás el colegio, y estudiarás en la preparatoria Atlas junto con tu mejor amiga Natalia.

Mariana estaba congelada. Sentía su sangre correr por sus venas y su corazón palpitar muy rápido. Por fin, sus tormentas se convertirían en días soleados y podría conocer a gente nueva. Mar abrazo muy fuerte a su mamá y a su hermano y subió las escaleras rápidamente para abrazar a su padre que estaba recostado. Al bajar, agarro su mochila y se preparo para su ultimo día en su antigua escuela. Estaba tan feliz de comenzar una nueva aventura, y de olvidar todos sus problemas y dejarlos atrás. Hasta que recordó que cambiarse de escuela significaría olvidar sus problemas, sus rencores y sus dudas, pero sería también empezar un nuevo capítulo de su vida. Y por mas feliz que pudiera estar también estaba muy nerviosa por eso cuando se puso el sol  y mientras se ponía la pijama, Mariana se imaginaba los diferentes escenarios que pasarían en su primer día de escuela. Pero después de unos minutos cayó dormida en su almohada.

Fuera del laberintoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora