•∆• Harry Potter AU •∆•
¡Luffy recibe por fin su carta de aceptación en Hogwarts! Sientiendose dichoso de poder empezar a aprender sobre la magia que tanto le apasionaba, pues deseaba ser como el más grande mago de todos los tiempos: Gol D. Roger.
A...
Sabo se despertó de su plácido sueño para hacer el desayuno ya que ninguno de sus hermanos lo haría por el, o al menos no con éxito en la tarea. El rubio se sentó en la cama tomando su varita de Álamo y se dirigió hacía la cocina a preparar la comida tal como Makino le había enseñado hace ya algunos años con su varita, siendo que Dadan no era un az en cuanto a culinaria se refería.
Ya a punto de servir la mesa para poder llamar a sus hermanos quienes no dejaban de ser ruidosos ni siquiera en los brazos de Morfeo, Sabo divisa por la ventana de la cocina a aquella ave que pertenecía a su hermano llegando a toda velocidad con una carta en el pico. Aunque parecía que la lechuza iría a reducir su velocidad para posarse en el marco de la ventana, ésta siguió a través de la misma con rapidez hasta chocarse con el piso de la cocina y soltar la carta que llevaba en el pico, acto que hizo a Sabo suspirar.
—Ay... Marco, ¿Estás bien? —le preguntó a la lechuza a la vez que se agachaba para comprobar su estado, el ave se sacudió un poco para después volar hacia una pequeña jaula abierta para él.
Sabo recordaba perfectamente el día que Ace obtuvo aquella torpe lechuza, al contrario de lo que se esperaría, Ace la adoptó específicamente para molestar a uno de sus amigos, motivo por el cual llamó al ave de la misma forma diciéndole "Lo llamé Marco porque es igual de torpe que tú".
Miró aquella carta que había quedado en el piso de madera y la tomó con curiosidad, tenía el sello de Hogwarts.
— No parece que sea para Ace o para mí... — dijo abriendo el sobre y leyendo el primer párrafo — "Querido señor Monkey. D..."
Sabo ahogó un grito y abrió los ojos de par en par por la sopresa, no podía creerlo. Salió corriendo hacia la habitación que compartía con sus hermanos y entró azotando la puerta.
— ¡MALDITA SEA! ¡ACE, LUFFY DESPIERTENSE!
Los dos pelinegros se despertaron pero no completamente. Así, como si de un animal se tratase, ambos chicos se fueron como una estampida hacía el comedor de donde venía ese olor que tanto les encantaba, carne. Sabo fue tras ellos viendo cómo se servían en sus respectivos platos cantidades enormes de comida y comenzaban a devorarla como si su vida dependiera de ello.
— Ace, Luffy, ¿Podrían escucharme, por favor?
— Ffi, fzi Sabvo — dijo o al menos trató de decir Ace con la boca a reventar.
Sabo volvió a fijar su vista en la carta que tenía en manos y se le dibujo una sonrisa orgullosa en la cara.
— "Estimado señor: Monkey. Luffy. Tenemos el placer de informarle que fue aceptado en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería." — Sabo tomó auna pequeña pausa antes de continuar— "Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio."
Ace dejó su cuchara a medio camino volteando a ver al rubio con incredulidad, ¿De verdad ya era el momento para que su pequeño hermano fuera a Hogwarts? ¡Que orgullo! Siempre esperaron el momento en que Luffy comenzara a ir a aquella escuela de hechicería y aprendiera a controlar aquella magia y potencial que ya demostraba desde antes de los 10 años de edad. Desde pequeños fueron testigos de los como Luffy era capaz de hacer magia guiada por sus emociones logrando que a veces su cuerpo pudiera ser de goma.
Luffy por otro lado seguía comiendo sin prestar demasiada atención a su alrededor pues lo que más quería en ese momento era llenar su cuerpo de toda esa deliciosa carne que su hermano había preparado.
— ¡Luffy! — le regañó Sabo dándole un golpe en la nuca— ¿¡Si me escuchaste!?
— ¡Auch! ¿Qué quieres Sabo?
El rubio simplemente puso la carta frente a los ojos del menor pero como era de esperarse, este simplemente siguió comiendo.
— Lo sfiemto, ¿Quef dhise? — preguntó con las mejillas hinchadas sin querer leer aquello.
— ¡Dice que entraste a Hogwarts, idiota! — gritó Ace mientras le arrebataba la carta — Oh dios, esto es increible. Sabo, tenemos que conseguir todo lo que le piden. ¡Para antier es tarde!
Sabo rió un poco, cosa que fue interrumpida por el sonido de Luffy ahogandose con hueso.
Vaya familia de magos.
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