A lo lejos escuchaba sonidos distorsionados. Traté de encajar mi mente y sentidos. Recordar que había ocurrido. Fragmentos revolotearon por mi mente revuelta y el temor inundó mi cuerpo. "No quiero abrir los ojos. Quiero escapar de la realidad" pensé atemorizada, pero sabía que nada de eso ocurriría. Tenía que vivir con lo que me estaba ocurriendo, así que abrí los ojos despacio para adecuarme al nuevo ambiente donde me encontraba. Parpadeé varias veces y me sorprendí. El lugar era un espacio amplio, lleno de cortinas de seda que caían del techo. El piso estaba cubierto de alfombras y cojines. Me incorporé lentamente. Mis manos y pies estaban amarrados a una cuerda. Logré sentarme y apoyarme a un cajón. "¿Dónde estaré?" pensé confundida. Los sonidos que anteriormente había escuchado ya no estaban. Todo era un silencio profundo. Lo único que podía escuchar era el sonido de mi corazón. ¿Qué día sería? ¿Cómo estarán mis padres, mis hermanas, el reino? ¿Qué será de mi vida?. Preguntas que no tendrán respuesta inmediata. Apoyé la frente en mis rodillas y cerré los ojos. No podía evitar llorar. Tenía miedo. "Eres una princesa Amelie, no llores y ponte erguida" el recuerdo de las palabras de mi madre retumbaban en mi mente y como si la tuviese a mi lado regañándome, erguí mi espalda y dejé de llorar. Es cierto. No hacía nada con llorar. Esos hombres de alguna forma me necesitaban y por los momentos no me matarían, por lo que tenía que conseguir la manera de escapar.
Escuché algunos ruidos y tres hombres entraron al lugar. Mi cuerpo tembló de forma involuntaria al reconocer a Elric. Él sonrió cuando se dio cuenta de mi miedo. Apreté mis puños y dejé de temblar. Los miré a todos con frialdad. No debía dejar mostrar mi miedo. Perdería.
- Mi bella princesa, bienvenida---desvié mis ojos hacia el hombre de piel oscura y estatura baja que estaba entre Elric y el otro hombre que iba en el avión---las fotos no reflejan tu verdadera belleza. Espero que te guste y disfrutes tu nuevo hogar temporal.
- ¿Quién es usted? ¿Dónde me tienen secuestrada?---pregunté con frialdad---Esto jamás será mi hogar y dudo mucho que me guste y que lo disfrute---El hombre dejó de sonreír. Apretó los labios, mientras Elric soltaba una carcajada y se cruzaba los brazos en su pecho. Su mirada era de perversa diversión.
- Elric y Han ya me habían comentado de tu vena rebelde, pero eso pronto acabará Amelie---el hombre se acercó a mi y me sujetó del cabello con fuerza. Acercó su rostro que reflejaba su furia---si quieres que se te trate como una princesa, lo mejor es que te comportes como tal y dejes de hablar con suficiencia. Si aun no te has dado cuenta, eres mi prisionera. Y puedo hacer contigo lo que quiera--- Soltó mi cabello y volvió a erguirse. Retrocedió y se sentó cómodamente en un cojín. Tanto Elric como el otro hombre, que supongo se llamará Han, se quedaron en su puesto con los brazos cruzados. Me sentí como si estuviera en un escaparate de exhibición. Apreté mis puños para no temblar--- Estoy seguro que tienes la curiosidad de saber quien soy y que ocurrirá a partir de este momento---él sonrió con ironía---Quiero ser el rey de Alebestera y tu eres pieza fundamental para lograrlo.
- Nunca---exclamé con fuerza
- Sabía que no lo harías de forma voluntaria---él suspiró teatralmente---pero quiero que sepas que ya tenemos a tus hermanas---sentí que mi cuerpo se helaba. Quedé tiesa--- Fueron fáciles de capturar. Tus padres si son otra historia. Lamentablemente lograron escapar, pero nuestro grupo pronto los encontrarán y los matarán.
- No...
- Si querida---él sonrió--- Ahora bien, el futuro de tus hermanas está tus manos. Había pensado matarte y quedarme con alguna de tus hermanas que sea más manejable, pero el reino confía en ti. Fuiste educada para ser reina, no como tus hermanas, así que te quiero a ti---miré los ojos de ese hombre y deslumbré diversión. Desvié la mirada hacia Elric, quien me observaba como un depredador. Como si en cualquier momento se lanzara sobre mi. Tragué grueso---El destino de tus hermanas depende de ti. Puedo matarlas ahorita mismo, pero si cooperas, dejaré que tus hermanas vivan.
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Mi Amor por el Jeque- N°8 Serie Amigos de la Realeza
RomanceEl reino de Alebestera estaba pasando por dificultades y para solventar los problemas políticos, la princesa Amelie D'Alessandro, es prometida a un rey vecino para aliar fuerzas. Amelie estaba resignada a su destino, sin embargo, días antes de su bo...