Capítulo 2.
La verdad, los hechos no justifican los actos.
Y yo utilizaba lo que me había pasado para ser una persona de mierda, justificaba cada golpe, cada mal trato, cada insulto como una excusa para tratar a la gente como me viniera en gana.
Y no era justo, pero era un jodido muro de carga que nadie podía atravesar, que no quería que nadie atravesara. Quería mi soledad, mi corazón roto lo tenía entre mis manos como gata en celo cuidado sus gatitos, nadie puede acercarse.
Estaba tan rota, tan vacía que utilizaba mis groserías, mi altanería para evitar que las personas se acerquen, a tal punto que la única persona que podía dirigirme palabras era Matt y el 98% de lo que hablábamos era sexo.
¿En qué me había convertido?
No reconocía aquella dulce chica que le daba miedo llevarle la contraria a alguien, y cuando llegue a este país solo quedo la sombra y cada nueva persona que conocía solo conocía esta cara, la hija de puta de Annie Evans. Aquella amable chica de años atrás llora en las sombras esperando salir, agobiada por la nueva versión, la nueva realidad.
Ya deja de llorar como niña pequeña y sigue con tu vida.
Seco mi lagrimas frente al espejo y solo puedo ver aquellos ojos sombríos que reflejan una profunda tristeza.
Nunca te había visto tan triste Annie, lo siento por no salvarte antes.
Borro los pensamientos con una sacudida de cabeza y tomo mis tacones que reposan a mi lado para llevarlos a mis pies y ajustarlos. No necesito esto hoy, estamos cerrando semana y si mi primer pensamiento del viernes es este, las probabilidades de que me emborrache para perderme o pase el fin de semana llorando son grandes.
No puedo darme aquel lujo, tengo mucho trabajo acumulado, mucho que leer, mucho que estudiar, no estoy para estupideces del pasado.
Me miro de nuevo en el espejo, el maquillaje no se ha movido de su lugar, pero sobresalta el rojo de mis ojos por la irritación.
Maldita sea.
Sigo hasta el baño para buscar mis gotas para los ojos y dejarlas caer.
Con eso bastara.
¿Soy demasiado dura? Puede ser, pero no puedo permitirme llorar todos los días porque jamás saldré de aquí y necesito enfrentar mi mundo, mi realidad, ya no hay vuelta atrás: la tristeza, el dolor, las violaciones, los recuerdos, los golpes tiene que quedar atrás, no puedo mantenerlo presente.
Tomo mi cartera junto con maletín y las llaves para salir del departamento, tengo reunión a primera hora con el Sr. Adams.
El ascensor no tarda en llegar cuando lo llamo y cuando me estoy montando puedo escuchar la puerta del apartamento del frente abrirse.
No, no necesito a Jeon Jungkook ahorita mismo.
Marco Lobby rápidamente para que no le dé tiempo de alcanzarme, pero escucho su grito.
—Annie, espera— será cabron.
Estoy a punto de omitir su llamado, pero no puedo, así que mi dedo se mueve al dedo para mantener las puertas abiertas y cuando veo la melena casi rubia entrando por las puertas de metal me arrepiento.
Debí haberme ido sola.
La chica es guapa, debo admitirlo, tiene las tetas y el culo en su sitio, no muy segura si son naturales o no.
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Broken - Jeon JungKook
Romance¿Cómo se les llama a aquellas personas que están tan rotas por dentro? No importa cuánto le demuestres que merecen más que la melancolía que siente su corazón, sabe que la tristeza jamás se ira de allí. ¿Como me reparo? No puedes.