𝘗𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘰 𝘖𝘮𝘦𝘨𝘢

ᴏɪᴠ

—Pasa algo?— El silencio reino en el auto —Eu, estas bien?— pregunto nuevamente

El omega estaba pálido congelado en su lugar, quizá era por el tremendo frío que tenía al estar mojado, o por el echo de aver perdido la llave del hotel donde se quedaba

—No encuentro la llave....— iba a llorar. La carcajada que soltó Emiliano y el zape que le metió Paulo lo hicieron despertar de su pequeño trance — Perdi la llave!— se tapo la cara con sus manos apoyando sus codos en sus rodillas, definitivamente iba a llorar

—No te acordas si la dejaste en el hotel?— Paulo intentaba calmar al otro, mientras regañaba al Alfa por reirse de la situación  del pequeño

—No se, no me acuerdo. Hice muchas cosas hoy— Su voz salió ahogada producto del llanto, últimamente estaba muy sensible. Desde que pasó 'eso' en el avión

—No tenes algún familiar acá?, para quedarte ahí y mañana buscas la llave del hotel— el omega negó con la cabeza undiendose más en sí mismo, Dybala miro a Emiliano con preocupación ¿que se supone que iban a hacer con el otro?

Los siguientes minutos solo se escucharon los sollozos de la parte trasera del auto, nadie hablaba para empeorar las cosas y que todo fuera de mal, en peor.
El conductor del automóvil estacionó y obligó a su co–piloto a bajar del auto

—¿Que haces?— le pregunto entre molesto por literalmente sacarlo del auto casi a patadas y confundido por tal acción

—Me lo voy a llevar.— Declaró

—Que?— Dybala frunció el seño— No, no te lo podes llevar a él complejo de la AFA , Scaloni se va a enojar y ni hablar del equipo técnico— Lo sabia. Sabía que no podía llevárselo a las instalaciones de la AFA donde se estaban quedando los seleccionados para jugar la Copa América

—Ya se— Pero todavía existía un lugar en donde dejarlo — Y es ahí en donde entras vos, Paulito— Le sonrío, sonrisa que hizo que un escalofrío recorriera su espina dorsal

—No!, la respuesta es No!—

—Dale paulito, haceme el aguante— Emiliano intentaba persuadirlo, quería llevarse al omega que conoció en un avión a su casa para que pasara la noche, y después lo ayudaría a encontrar la llave que perdió

—No, ya te dije que no— Movia sus manos expresando sus palabras, los nacidos en Argentina siempre utilizaban su cuerpo para comunicarse–[yo me muevo un montón cuando hablo]– — Si Scaloni se entera me mata —

—No se va a enterar. Decile que me enferme, se murió mi tía o algo— Coloco ambas manos en los hombros del inquietó omega, el más bajo apretó sus labio y desvío la mirada. Emi sabía que era un sí — Gracias Paulito, te amo!—

Pobre de Dybala, ahora el tenían que enfrentarse a un Scaloni cubriendo a su compañero. Y digamos que su entrenador, no era el más simpático cuando alguno faltaba al entrenamiento