Después de la guerra, viene la paz.
Eso pensaba Harry, junto con todos los que estaban en el Gran comedor.
Cuando aparecieron de la nada, personas inesperadas.
Tercera generación en presencia.
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Ningún personaje...
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Luego del llamado otra figura subió a la tarima y procedió a despojarse de dicha capa. Revelando así a una hermosa chica de largos cabellos rojos como el fuego, ojos azul como el cielo, una hermosa piel clara y labios carnosos. Vestía una blusa escolta con un pantalón de cuero ajustado, y traía unas botas oscuras del mismo color que su blusa oscuras.
Ella es una Weasley, pensaron casi toso los de la mesa de Harry.
Se escucharon varios silbidos por lo que la chica trató de cerrar un poco la capa sobre sí misma.
- Saben un poco de respeto no haría mal – hablo la chica con molestia – uno de ustedes podría ser mi padre ¿no lo creen? Que asco me dan. – Su franqueza, sorprendió a todos.
suspiro pesadamente y prosiguió, luego de que todos se callara.
– Mi nombre es Helena Azahara Ponce Wesley
No pudo seguir por que al fondo se escuchó un ruido seco y pesado.
- ¡Magnifico, otra nieta más! Espero sea la generación de las mujeres Weasley – decía emocionada la matriarca
- Exactamente hija ¿de cuál de todos los Weasley? – Preguntó Sirius con burla
- A eso iba señor Black. Soy hija de la única mujer de esa panda de hermanos – contestó a lo sencillo
Ginny se puso tan pálida, que Ron la agarro antes de que se desmayara.
- Tía Luna, podrías despertar a mi padre, por favor – preguntó la niña
- ¿Soy tu tía? – preguntó la chica otra vez asombrada, ya que luego de la separación, no pensó que se relacionarían más nunca.
- Más que mi tía eres mi madrina
- ¡Oh! Vaya, es una grandiosa noticia – Luna giro su cabeza hacia Ginny sonriendo le – Gracias
La pelirroja asintió hacia la rubia, por otro lado, una morena estaba se le tiraba encima a la pelirroja, por el solo hecho de dirigirle la mirada a su chica. Pensaba que debía dejarle claro de nuevo a la comadreja esa cuál era su lugar.
Volviendo con Luna, está se levantó de su asiento y camino hasta el chico que estaba tirado en el suelo, luego procedió a lanzar una aguamenti helado, a la cara de este.
- Johan, tu hija está al frente y tu durmiendo, espabila – le golpeó la cabeza una vez se hubo levantado como mismo idiota.
De ese mismo modo lo estaba mirando el comedor entero.
- Oh bueno te lo explicaré como tú lo hiciste, papá, La abejita polinizo la flor con mucho es fuerzo y nueve meses después llegué yo al mundo de una flor – dijo con una sonrisa
