No sé cuánto tiempo pasó desde que actualicé esto--
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Las noches son las más pacíficas en la posada Wangshu, bajo la luz de la luna, los amantes pueden encontrarse. Ahora, la habitación que se le ha brindado por respeto, alberga un silencio espectante. Dar besos es una cosa, un comienzo, pero Xiao jamás imaginó ir más allá. Claro que lo había presenciado, su señor, el mismo arconte geo era el principal mentor en ese mundo tan mundano, tan nuevo que se rehusaba en acceder. Tal vez por temor. Y no es porque ellos hubiesen tenido algo en concreto, pero la teoría no se comparaba a la práctica. Casi de inmediato empujó a Venti con ambas manos sobre su pecho, jamás de manera brusca pero si como un acto totalmente inconsciente que le hizo recalcular segundos después arrepintiéndose.
Las acciones de Xiao eran contradicciones constantes con el arconte anemo. Era tan frustrante no saber que decir, tan torpe e inexperto, no como las sólidas batallas a las que estaba acostumbrado.
— no creo que esto sea a-apropiado— dijo con un leve tartamudeo al final de su oración recostándose de lado para darle la espalda y poder apretujar sus manos contra su propio pecho. — yo estoy exhausto por la pelea, he comenzado a perder el control de mi y pienso que..
— ¿Que piensas? — susurró como el mismo viento el arconte, sentándose en el futón.
Hubo una singular pausa y los labios de Xiao picaban.
Venti se asomó contra él y le tomó el mentón para verle, aquellos ojos amarillo vibrante le decían que correría en cualquier momento y lo besó.
— ¿Que esta mal? — respondió Venti besandole de nuevo, más profundo haciendo que Xiao se derritiera.
— no fui creado para eso...yo no soy... — sus ojos apenas se abrían por los labios del dios que le tomaba. — no sé cómo...
Venti sonrió mientras deslizaba su lengua fuera de la boca de Xiao, le dejaba respirando pesado, con los labios brillantes y el antebrazo sobre la frente.
Las mejillas del dios estaban ardiendo por esa imagen, esta vez no podía culpar al alcohol pero si lo incluyó, sosteniendo la botella de vino para beber lo que quedaba de ella y dejarla rodando por la habitación.— es porque no sabes cómo se siente, liberarte, por un segundo.
Xiao no podía negarse a una oferta tan tentadora y su cuerpo cedió a la boca de Venti, sus besos eran considerados, sobre su cuello y pecho. Sintió su peso sobre él y se atrevió a mirar aspirando el aire como si fuera lo único a lo que aferrarse cuando sentía que su uniforme de Yaksha era levantado. Revelando más que solo cicatrices de peleas, él tenía un abdomen firme y un curioso tatuaje del hombro que tenía una gran extensión por uno de sus costados que no esperó.
Reconocía que los adeptos tenían un cuerpo bastante interesante, era una especie con el arte sobre la piel y Venti no dudaba que eran marcas de nacimiento. Pasó sus manos sobre estas mismas marcas, que desprendían una muy tenue luz, hasta el inicio de aquellas telas que se apretaban a la cintura del Yaksha. Hubo un pequeño intercambio de miradas antes de que Venti pudiera colocar su mano sobre la entrepierna de Xiao y darle un muy placentero apretón.
No pudo controlar el impulso de quitar aquellas telas de su camino para que la erección de Xiao saltara haciendo que este mismo arañara el suelo al verse tan expuesto.
— bien bien, es justo que estemos en igual de condiciones. — afirmó el arconte dándole un respiro a Xiao para poder quitarse la ropa tan característica de bardo.
Venti lo tomaba con tranquilidad, a decir verdad, estaba más cómodo sin todo eso, desde la boina hasta el corsé. Regresó con Xiao que no le había quitado un ojo de encima y rió al ver su expresión, con el pene tatuado exigiendo atención. Venti se recostó sobre él y lo besó de nuevo, pero con una intención diferente, se sentía increíble así, contra la piel de Xiao. Y aunque al principio estaba dudando sobre qué posición le caería mejor al Yaksha para ser una primera vez, pudo deducirlo cuando le abrazó por la cintura correspondiéndole.
Tampoco es como si Xiao fuera inmune a lo que su propio cuerpo comenzaba a sentir, ahora entendía por qué su arconte geo lo practicaba a menudo. O el simple hecho de que muchos pusieran en un pedestal el sexo.
Las piernas de Venti se aferraron a la cintura de Xiao, restregando sus caderas y mandando una satisfacción que brotaba en la voz del Yaksha. Los besos del arconte eran los que se aventuraban más al cuerpo ajeno, vacilando por su cuello y mordiendo la piel. Esa era la intensidad que Xiao sentía sobre sí, que lo motivaba a tocar el cuerpo que tenía a disposición hasta verse deseandose mutuamente.
Venti se levantó buscando entre sus piernas la erección de Xiao para frotar la punta contra su entrada. — la pondré en mí.
— ¿En tí? — dijo crédulo haciendo sonreír al mayor.
Pero cuando Venti comenzó a sentarse sobre él, sus labios se abrieron sin emitir sonido, con asombro y algo más, satisfacción.
Cuando estuvo todo dentro reaccionó pegando su nuca contra el futón sin poder explicar con palabras lo placentero que se sentía solo estar allí, Venti no tardó en notarlo, meciendose de manera circular, disfrutando también del cuerpo ajeno. Pronto comenzó a darle pequeños saltos hasta tener toda la atención del adepto sobre sí. Perdiendo un poco el control de sus voces o expresiones, siendo tan sinceros. No era difícil entender que hacer, Xiao siguió lo que le pedía su propio instinto y lo que ansiaba esperaba el cuerpo de Venti. Ser sostenido por la estrecha cintura y ser penetrado una y otra vez.
Las piernas de Venti temblaban, cuando alcanzó ese ritmo tan bueno y la imagen masculina de Xiao siendo más concisa cuando ejercía fuerza para meter todo su miembro dentro. No le importaba que probablemente abajo de ellos hubieran personas, mortales que le escucharían. Venti gemía en voz alta cuando sentía que tener ese cuerpo mortal había sido la mejor decisión de su existencia.
— barb-atos...ah! ¿p-uedo detenerme? Mi estómago...
— no te atrevas a detenerte... estoy a punto- ahh!
Venti se encogió apretando las piernas a los costados de Xiao y masturbándose con necesidad cuando terminó sobre el pecho ajeno, sin dejar los sentones que le daba al adepto. Luego se lanzó sobre Xiao para besarlo dejando que esté mismo siguiera dándole estocadas hasta el profundo clímax que fue bienvenido dentro del arconte. Venti siquiera podía moverse, no quería en realidad, solo recostó su mejilla contra el hombro ajeno para tomar aire escuchando a Xiao de la misma manera. Solos eran sus respiraciones, por unos minutos sin ningún intercambio de palabras pero era cómodo hasta que Venti habló.
— deberíamos hacerlo de nuevo — bromeó con una leve risa cansada.
Sin esperar que Xiao se pusiera duro de nuevo. Oh ellos lo hicieron de nuevo, esta vez con un Xiao más confiado que dejó a Venti más que satisfecho hasta que sin decir más, durmieron.
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Insignificante - xiaoven
Romance"En el pasado, el Pantano Dihua era un páramo sin vida. Aunque eso ocurrió hace muchas décadas... no, hace muchos siglos." La historia se centra antes de la llegada del viajero, en donde Xiao es salvado por pura casualidad y se mira así mismo curios...