Bueno, éste es el último capítulo de la historia. No es mucho, ya se. Pero sinceramente, perdí el entusiasmo y estoy segura de que si siguiera escribiendo lo arruinaría. Por lo tanto, decidí escribir un epílogo para darle un cierre a la historia, para que sepan que paso después.
Espero que la hayan disfrutado mientras duró.
........................................................................................................................Aria eventualmente tuvo dos hijos con Ezra: Daisy y Luke. Dos hermosos niños. Ambos con los ojos azules de Ezra y la nariz de Aria. Los dos de baja estatura y encantadora sonrisa. Artísticos y educados.
Pero ahora no estamos hablando de eso.
Cuando Aria decidió que era momento de hablar con Ezra, lo llamo. La conversación consistió básicamente en el llanto de Aria y los suspiros tristes de Ezra, pero finalmente decidieron reunirse. Fueron a 'The Brew' como de costumbre.
Se saludaron un abrazo y Ezra aprovechó la oportunidad para oler el cabello de Aria. Olí a jazmin por el shampoo que usaba. Le daba paz.
Tuvieron la oportunidad de hablar sobre su perdida y llorar. Más que nada llorar. Ezra no lloraba tanto como Aria. Eso no significaba que estuviera menos triste.
Los dos habían llegado a soñar con la vida que tendrían si formaban una familia y, al perder al bebé, sintieron que se la estaban arrebatando de sus manos.
Eventualmente llegaron a seguir adelante y superarlo.
Aria quedó embarazada dos semanas luego de terminar la universidad por lo que decidieron mudarse juntos a Nueva York. Querían ir a Paris pero acordaron que no era bueno alejarse de su familia y amigos. Los extrañarían mucho.
Primero nació Daisy, fue muy consentida por Hanna, Emily y Spencer. Aria había sido la primera del grupo de amigas en tener un bebé y todas estaban maravilladas.
Luego de un hijo de Hanna y los gemelos de Spencer vino Luke, tenía solo dos años de diferencia con su hermana y era increíble su parecido con Ezra.
Eran increíblemente felices. Ezra seguía siendo profesor, Aria daba clases de pintura y, es sus tiempos libres, también daba talleres de escritura para aficionados. Cualquier problema que surgiera lo afrontaban como siembre lo habían hecho, como les gustaba:
Juntos.
