ᴏᴊᴏs ᴄᴏʟᴏʀ ᴀᴢᴜʟ • [Izumi Miyamura]

Necesito ayuda

Narrador omnisciente

Toru sentía que algo no andaba bien, así que; decidió llamar a su mejor amiga.

—Hola linda, ¿está todo bien? —sonaba muy preocupado.

—No... ¿Puedes venir? —él accedió fácilmente, la llamada terminó en un "aquí te espero" por parte de Hideko.

Al llegar, Toru la abrazo, nisiquiera sabía que había ocurrido, pero ya habían pasado dos días desde que la vió así y no era normal. Ella se dejó abrazar fuertemente por el peli-morado. Estuvieron así un par de minutos más hasta que ella decidió hablar.

—Le prometí algo a Izumi que no creo poder lograr —Toru la miró confundido.

—¿Qué fué? —ella jugaba nerviosa con sus dedos.

Bajó la mirada —. Le prometí que comería —Toru sonrió agradecido de que él haya podido hacer que esa cabeza dura de ella quisiera mejorar.

—Pero...

—Pero, no sé cómo hacerlo. Necesito ayuda, no quiero hacer esto sola Toru, me asusta que vuelvan a decir algo de mi cuerpo, me asusta que me suceda lo que le pasó a mi madre, no... —se vió interrumpida por una mano cubriendo su boca impidiendo seguir hablando.

—Cállate. No estás sola tonta, estoy yo, está Yoshikawa, Hori y ahora Miyamura, todos nosotros vamos a ayudarte, ¿okey? —ella sonrió agradecida.

—Gracias.

Shiba habló con su tía de aquél problema, ella se sentía culpable de cierta manera, pues la había dejado sola. Decidieron comenzar con sesiones de terapia, cosa que para Hideko le era demasiado reconfortante el hecho de por fin poder decir todo lo que sentía y no se juzgada o ignorada.

Había perdido el miedo a ser abandonada. Entendió que su madre pensó que era lo mejor morir lejos de ella para evitar peores traumas. Aprendió a amar su cuerpo y no escuchar los comentarios de la gente

Miyamura estaba al tanto de todo, era el ser más orgulloso pues la chica que tanto amaba estaba dando lo mejor de si, para ser feliz. Él era tan afortunado de tenerla y le encantaba ver a la nueva Hideko, aquella chica que solo bebía agua en la escuela, ahora presumía de su gran bento que ella misma realizaba gracias a los concejos de la nutrióloga.

Con el paso de tiempo Izumi se sentía un estúpido, pues aún no le hacía la pregunta, quería hacerlo, pero no sabía como ¿aún ella lo veía cómo algo más que un amigo? Era cierto que ella se volvió su confidente y él el de ella, obvio, sin dejar de lado a Toru.

Hablando con este le pidió concejos para realizar la dichosa pregunta. Ishikawa era muy malo en eso, pues le decía cosas como "solo hazla y ya" ó "yo que sé hermano, dale chocolates ya". Era un buen amigo, pero mal consejero.

Después de muchas vueltas, descubrió la forma de como hacelo, decidió preparar todo para que aquél día fuera inolvidable para ella. Su madre lo veía y se preocupaba, pues jamás había visto a su hijo así, de igual forma estaba feliz de que alguien amara a su pequeño tanto como ella.

El día ya estaba decidido, solo tocaba esperar, Miyamura era un nudo de nervios. Las preguntas que atormentaban su mente eran siempre las mismas "¿y si dice que no?", "¿y si solo somos amigos?", "¿aún le gusto?". Intentaba evitar pensar en eso, pero le era imposible.