Pt 1

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"Poco a poco la distancia
Me fue acercando a los caminos
Mi corazón se halló contigo
Reconozco que al tocarte
Me tembló hasta el apellido
Provocando que mi orgullo
Me pusiera frente a frente
Pa' gritarle a todo el mundo
Que en mi vida hay primavera
Que mi cielo lo ha pintado
Unos lindos ojos verdes"

¿Cómo es que algo así le sucedió al mismísimo Diablo? Estaba enamorado, sí. Y no de cualquier mortal, nada más y nada menos que King Dice, el manager de su casino y el cantante y presentador más famoso de Inkwell Isles. Ni si quiera se dio cuenta de cuándo ni cómo sucedió, simplemente pasó. No tenía ni idea de cómo comenzó a ver a su empleado de esa manera... solamente sabía que lo primero que captó su atención fueron sus ojos. Algo materialista, sí, pero es la verdad.

Aún recuerda la primera vez que lo conoció, así como el momento en el que aquellos ojos lo miraron por primera vez.

El primer día de trabajo de Cabell, cómo olvidarlo. Recuerda que nunca tuvo la oportunidad de entrevistar a Dice en persona para ver si era merecedor del puesto, la única comunicación que habían tenido hasta ese día era por medio de cartas escritas. Tanto así, que el verlo por primera vez, lo impresionó el gran porte que King Dice tiene, ese tipo de persona que sobresale de entre el montón.

"Tienes lindos ojos, Cabell." Fue una de las primeras cosas que le dijo. Dice le sonrió amablemente y le agradeció, mientras seguía haciendo su trabajo.

Al pasar de los meses, el Diablo encontraba cada vez más fácil el disfrutar y apreciar la compañía de King, su dinamismo y entusiasmo, así como su glamour siempre lo deslumbraron, y era una de las principales cosas por las que Dice le agradaba tanto. Es por eso que le ofreció tener su propio show, y dirigir todo el marketing del casino.

—Duhhh, ¿No ha pensado en decírselo, señor?

—¿De qué hablas?— claro, Henchman era uno de sus aliados más confiados. No más que Dice, obviamente. Pero a pesar de esto, decidió no decírselo a nadie. Ni si quiera a él.

—Por favor, jefe. Es obvio que le gusta el señor King Dice, no tiene caso negarlo. Lo que trato de decir es que.. tal vez no sería tan malo decírselo, quizá él corresponda sus sentimientos.— Henchman ya había notado el comportamiento de su jefe cuando estaba cerca de King Dice, nunca habló con el Diablo al respecto porque pensó que no tendría caso convencerlo de arriesgarse un poco, pero incluso él se había cansado de esperar.

—El tema no te incumbe, Henchman. Sirve de algo y dile a Wheezy y a Pirouletta que aún tienen trabajo pendiente, y que dejen de holgazanear, sus descansos terminaron hace cinco minutos.— El Diablo miró a sus empleados con un gesto irritado, al mismo tiempo que el demonio regordete se dirigía hacia ellos.

Las 9pm. Las puertas del casino abrían de nuevo, lo cual significaba que Dice estaría a punto de aparecer para su turno nocturno. Y efectivamente, ni un minuto tarde, King Dice llegó al establecimiento, entró caminando animadamente mientras saludaba a su jefe.

Extrañamente el Diablo estaba de buen humor.

—Ey, Dice. Tienes el día libre.— King Dice se sobresaltó un poco al escuchar el anuncio de su jefe, mientras dejaba de caminar para ir con él.

—¿Qué? ¿Por qué? D-digo, no es que me moleste, simplemente.. me parece extraño que usted me de el día.

—¿Eso te parece extraño? Y eso que no puedes leer los pensamientos de las personas..

—¿A poco puede leer los pensamientos de las personas?

—Soy el Diablo, ¿Qué esperabas?— Le dio una sonrisa burlesca a King Dice mientras este soltaba una risita por el comentario de su jefe.

Ojos Verdes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora