Pt 2

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"Y cuando te hago el amor, mi amor
Entiendo que jamás lo había hecho
Que el sexo es un impulso del cuerpo
Y este amor anida en mi pecho
Y cuando llores por mí, mi amor
Bendigo el vientre de donde vienes
Sagrado privilegio tenerte
Y verme en esos ojitos verdes"

King Dice podría escribir un libro entero simplemente sobre todas las fantasías que alguna vez tuvo con su jefe.

Simples ilusiones de lo que alguna vez fueron deseos irreales en los que vivía una fantasía con su amado Diablo, el rey del inframundo.

Su primer reclamo hacia sí mismo fue su elección. En serio, de todos los seres del mundo, ¿El Diablo? Era simplemente una mala idea, no veía algún lado positivo en enamorarse de Lucifer.

Pero aquí estaba, cumpliendo finalmente y después de tantos años su sueño frustrado, y entregándose a su jefe esa noche.

Esa noche tan inolvidable.

-Oh, Luci...- King Dice gimió, mientras el Diablo besaba su cuello y dejaba chupones por todas partes.

¿Cómo habían llegado a esto? Después de un amigable juego de cartas, pasaban a estar en la habitación privada del Diablo, mientras Dice se quitaba la chaqueta y ahora el moño y así dejarle más espacio a su jefe para continuar con su pequeña aventura.

-Dice.. jamás había hecho algo asi..- el Diablo gimió un poco mientras ahora le quitaba los pantalones a su lacayo, aún besaba su cuello mientras acariciaba sus muslos, a punto de arrancar su ropa interior y poder tenerlo solo para él.

-¿D-de qué habla? Todos saben q-que usted ha estado con varias damas allá afuera..- King Dice hablaba entre cortado mientras seguía soltando suspiros al aire y ahora abrazaba el cuello de su jefe para acercarlo aún más.

Ambos estaban más cerca que nunca.

Mientras Dice enredaba sus piernas en la cintura del Diablo, este le quitó lo poco que le quedaba de ropa mientras lo cargaba delicadamente como si fuera una valiosa pieza de porcelana, que pudiera romperse con cualquier toque.

Diablo colocó a Cabell sobre su regazo ahora con su miembro bastante visible de entre su pelaje. Algo grande para el gusto de Dice.

-No, me refiero..- el demonio lo acomodó para que estuviera en la posición perfecta y así no batallar al empezar. -Nunca había estado en esta intimidad con alguien que de verdad me importa, alguien por quien tengo sentimientos reales.- El Diablo miró a su mano derecha mientras levantaba su cintura un poco para comenzar ya.

-Ay, Dev.. me vas a hacer sonrojar...- King Dice soltó una risita, como si no estuviera ya lo suficientemente sonrojado desde que empezaron su acto.

-Ey, hablo en serio, Dice..- El Diablo ahora rodeaba la cintura de Cabell en un pequeño abrazo. -Estoy muy agradecido de tenerte.. en verdad te amo...- Diablo le sonrió a King con un sonrojo poco visible bajo su pelaje.

King Dice no contestó nada, simplemente abrazó a su jefe y lo besó apasionadamente, como si fuera el último beso que alguna vez se fueran a dar.

Dice parecía estar un poco impaciente, inmediatamente desde que comenzó el beso, dió el primer paso antes que el Diablo. Mientras daba pequeños sentones encima de su miembro, aún besaba a su amante con ternura, esperando a que él continuara con la acción.

El Diablo acarició un poco los muslos de Dice, mientras a su vez daba pequeñas estocadas y escuchaba sus dulces gemidos que eran como música para sus oídos, el sonido más bello que jamás pudo haber escuchado en su inmortal vida.

No había más sonido que los gemidos de ambos y el choque entre sus cuerpos. Era verdaderamente un acto de amor, algo que el Diablo jamás pensó hacer con alguien más.

Sí, había tenido sexo con demasiadas mujeres antes, es el Diablo, el dueño del pecado, pero nunca fue más que eso, sólo sexo.

Cabell fue el único mortal que realmente le enseñó lo que es amar a alguien en su más puro significado.

Era como un hilo de luz entre una inmensa oscuridad.

El corazón del Diablo finalmente volvía a latir.

-Ay, Luci.. n-no puedo más..- King Dice abrazó a su jefe con fuerza mientras se sentía cada vez más cerca del éxtasis.

El Diablo quiso provocar aún más a su amante. Cuando escuchó las palabras de Dice, mordió suavemente su cuello dejando un chupetón bastante visible, y muy estimulante para Cabell, al punto que lo hizo terminar.

Dice acarició suavemente los hombros de su jefe mientras recobraba la compustura, y como si este fuera el toque más erótico que pudiera existir, Lucifer terminó dentro de su amante.

El Diablo se recostó al lado de Cabell, mientras ambos respiraban agitadamente y regulaban su temperatura.

-...¿Qué te pareció?- preguntó el Diablo mientras hablaba entrecortado, tratando de recuperar el aire perdido.

-Nada mal, jefe.- contestó mientras acariciaba el mentón del Diablo a la vez que se recostaba de lado para abrazarlo. -Honestamente pensé que durarías más.- King Dice comenzó a reirse mientras su jefe lo miró enojado y confundido a la vez. -Es broma, querido. Fue perfecto.- le sonrió y luego le dió un beso de piquito mientras tomaba el cobertor de la cama para conservar el calor entre los dos.

Como si no fuera suficiente ya.

-Me alegra que te haya gustado.- Diablo abrazó de igual forma a su pareja, mientras lo ayudaba a extender el cobertor para ponérselo encima a ambos. -Espero que no estés pensado que eso fue todo. Apenas estamos empezando.

Antes de que Cabell pudiera decir algo, el Diablo lo acorraló contra la cama y volvió a besarlo con pasión mientras cobijaba a ambos por completo para continuar con su aventura.

Ojos Verdes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora